¿SE PUEDE?

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El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries          m.montescleries@telefonica.net 

                                                                     Málaga 29 de agosto de 2019

 

¿SE PUEDE?

  No se trata de pedir permiso para entrar. Me refiero a la “cuesta de septiembre” del síndrome posvacacional.   

 

     En estos días se habla mucho del malestar producido por la vuelta a la realidad tras las vacaciones. Ansiedad, depresión, dolores de cabeza, falta de apetito, dificultades para la concentración… Un rosario de pequeñas dolencias que no son otra cosa que la dura vuelta a la realidad de cada día, suspendida durante el periodo del “dolce far niente”.

 

Hace años, un viejo mentor mío: D. Ángel Rodríguez Vega, cuando era acosado por alguien que le hablaba de su dificultad para superar una adversidad, después de pararse, templar y mandar, sentenciaba: Se puede.

 

    Todas las adversidades de la vida se pueden superar. Es cuestión de paciencia y de tiempo. No es necesario ser el Santo Job para entender esto. La vida te marca, pero la vida también te ayuda a superar las adversidades con la puesta en práctica de la fe y la esperanza.

 

Sin seguir por este camino tan trascendente, me voy a parar ahora en nuestro segmento de plata. Los “jubiletas” también tenemos vacaciones en nuestras obligaciones diarias: cuidar nietos y enfermos, hacer recados, trabajos en voluntariado, mejorar nuestra  forma física y mental. Tantas tareas que nos mantienen ocupados la mayor parte del día y, a veces, de la noche.

En ocasiones, esta cotidianidad nos viene larga. La vuelta a las labores de cada día se nos hace algo dura y tenemos la tentación de alejarnos de ellas. En esos momentos es bueno recordar el trípode que sostiene nuestro equilibrio y, en base a ello, medir el trabajo, la oración y la formación. No cargarnos demasiado de responsabilidades (la herejía de la acción), ni convertirnos en una rata de sacristía en la que “se está muy bien”.

 

Ser felices… haciendo felices a los demás. Casi ná. Como decía Don Ángel. Se puede.            

             

                       

VECIN@S

25 f, 19

 

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         m.montescleries@telefonica.net      Málaga 26 de agosto de 2019               

VECIN@S

  Los buenos vecin@s son como una prolongación de la familia.

Por desgracia y debido a la arquitectura y urbanismo modernos se está perdiendo el antiguo concepto de vecindad. Sorprendente y agradablemente se sigue manteniendo en algunos lugares. En especial en los pueblos y en las zonas rurales.

Pertenezco a una generación en la que todo el mundo se conocía, especialmente los pertenecientes al mismo barrio o a la misma calle. Familias completas nacían, crecían, se multiplicaban y abandonaban este mundo rodeados de esa especie de prolongación de la familia que es la vecindad.

Se estaba al corriente de las enfermedades, alegrías y penas de los vecinos. Se celebraban bautizos, comuniones, bodas y demás festejos en común. Se cuidaban a los ancianos -a los que se les respetaba y trataba con mimo- y finalmente, cuando surgía la trifulca –casi siempre por culpa de los niños- se aprovechaba cualquier fiesta para echar pelillos a la mar en medio de la sangría, el arroz o la copa de anís.

El verano era –y es- el tiempo adecuado para fomentar la vecindad. Llevo viendo desde hace más de treinta años como en una de las casitas que viven asomadas a la vieja carretera N-340, cada atardecer se sacan a la calle inmaculados sillones de plástico –antaño eran sillas de anea- en los que se acomodan el matrimonio propietario del lugar y cuantos viandantes quieran pegar la hebra por un rato. Cuando refresca un poco, recogen el tinglado y hasta el día siguiente. Rememoran en mi mente mi infancia sin televisión y apenas radio, con largas conversaciones de los mayores mientras los niños jugábamos en la “carretera” o acechábamos la presencia de las salamanquesas que realizaban su labor anti-mosquitos.

. En las impersonales colmenas en que se han convertido las viviendas modernas de las urbes, en ocasiones, aun se sigue esperando al vecino que llega torpemente a la puerta del ascensor a fin de ayudarle, se cruzan recetas las amas de casa y se conciertan partidas de dominó entre sus habitantes. A veces el vecino o la vecina cercana, está más pendiente del que vive solo, que sus propios familiares. Desgraciadamente se descubre a un enfermo –o un fallecido- por los vecin@s que le echan en falta.

Mi buena noticia  de hoy se basa en que no se ha perdido por completo el concepto de vecindad. Este pasado jueves he visto invadir mi hogar por la mayoría de las vecinas de nuestra pequeña urbanización. Se han comido y bebido cuanto han podido –y han traído- y han hablado –mucho, mucho- de lo divino y lo humano. A diario, los chorizos del pueblo, la herrera pescada, el fruto de la huerta o las tortitas recién hechas cruzan patio y escaleras en un reparto fraternal.

Espero que nunca nos falte este sentido. Superar las discrepancias que nacen del roce y disfrutar de la convivencia que se basa en vivir-con.

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries          m.montescleries@telefonica.net 

                                                                     Málaga 22 de agosto de 2019

 

LA FERIA DE LAS VANIDADES

     Como en aquella novela de W. Thackeray, que fue publicada por entregas, la feria de Málaga cada día “nos trae su afán”.

 

     Los que vivimos la feria en la distancia –a través de los medios de comunicación- podemos observar la aparición de nuevos y, reiteradamente, los mismos, personajes, que se asoman al recuadro mágico de las fotos y los objetivos de las cámaras. Son esos personajes o personajillos que aparecen por detrás de aquellos interlocutores que están contestando a preguntas sin respuesta y saliendo en la foto para demostrar que están allí. Esperando la caída del de delante para ocupar el puesto.

 

Las cámaras no engañan. Recogen al que se pone de perfil para evitar que se conozca si va o viene; al que busca la entrevista para que vean que se encuentra en “la pomada” y al que quiere ser muerto en el entierro y niño en el bautizo. Sacan carnets del fútbol, no se pierden una corrida y se presentan en cuantos eventos ocurran. Sean del tipo que sea.

 

Al cabo de los años, ves que desaparecen del escenario, no van a la caseta de Sur y se les quitan las ganas de feria. Todo vuelve a la normalidad y se apean –o los apean- del carrusel de las vanidades.

 

Mientras, el Mediterráneo sigue siendo cualquier cosa menos el “Mare Nostrum”. Un par de barcos –amén de infinidad de pateras- cruzan sus aguas en búsqueda de una Europa salvadora que no les quiere. Ya no sabemos a que carta quedarnos. A mí, personalmente, me gustaría conocer a fondo que ideas mueven a los barcos humanitarios, los gobiernos de los países ribereños y las mafias que manejan estos pobres africanos, una vez más zarandeados por los “países avanzados”. Al final todo “huele a podrido”. Es decir a “dinerito”.

 

En fin, la feria mas larga de la historia se cerrará en un par de días y la gente volverá a sus obligaciones habituales, los políticos se incorporarán a sus puestos de una puñetera vez y alguien organizará un evento -con su “photocall” o no- en el que asomar la jeta en primer plano o asomándose por detrás. Mientras, nosotros, los mayores, seguiremos cuidando nietos, dando consejos que nadie escucha e intentando evangelizar con la Buena noticia. Cosas veredes.  El carrusel sigue girando.

 

 

 

 

 

 

 

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         m.montescleries@telefonica.net      Málaga 19 de agosto de 2019               

Contentos… pero sin pasarse

  Estamos viviendo la feria más larga de la historia.

 

Me encanta que la gente lo pase bien; que disfrute. En estos días se suceden las jornadas con más de veinte horas de continuo discurrir de las multitudes por la feria del centro, los alrededores de la plaza de toros y el Real de Cortijo de Torres.

Debido a mis actuales problemas de espalda tan solo la puedo vivir a través de los reportajes emitidos por los distintos medios de comunicación. Me da la impresión que la feria del centro se nos está yendo un poco de las manos. Por lo que puedo observar los efluvios del alcohol marcan ostensiblemente la actitud de algunos, provocando diversos “espectáculos” poco recomendables.

Pero vamos a lo positivo. La buena noticia de hoy. Se trata de la presencia activa en la feria de voluntarios de diversas opciones, que consiguen hacer disfrutar a niños y mayores, discapacitados de todo tipo y aquellos que su economía les impide participar de la misma plenamente.

Se que colectivos de personas solidarias tales como Volcaima se preocupan de llevar grupos de niños de distintos colectivos, les dan de merendar y los montan en las distintas atracciones que también colaboran en su empeño. Las cofradías malagueñas invitan a personas con dificultades económicas de sus barrios para que puedan disfrutar del ferial. Etc. (Por cierto; me encanta la noticia de la concesión de becas escolares en la cofradía de la Esperanza. Para eso nacieron las cofradías, para ayudar a los necesitados).

Creo que lo mejor es que todos participen de la fiesta con una copa de menos y un deseo de ser felices haciendo felices a los demás. Contentos… pero sin pasarse.

 

 

 

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries          m.montescleries@telefonica.net 

                                                                     Málaga 15 de agosto de 2019

 

CERRADO POR FERIA

  Este jueves, por primera vez en varios años cerramos por feria.                  

                          ¡Que ustedes se diviertan!

 

  

       ¡¡Saludos y hasta el jueves próximo!!

EL OASIS JUVENIL

11 f, 19

 

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         m.montescleries@telefonica.net      Málaga 12 de agosto de 2019               

El oasis juvenil

Allá por los años setenta comenzó a despegar fuertemente la Feria de Málaga

      Después de diversas etapas en la que se buscó acomodo al Real de la Feria –yo he conocido el de Martiricos, el parque, el paseo marítimo, la prolongación de la Alameda,  etc., hasta su actual ubicación en el Cortijo de Torres-, por fin, esta última parece ser la definitiva.

Durante el último tercio del siglo pasado una caseta “distinta” sentó plaza en dicho Real. Se trataba del “oasis juvenil”. Una idea que tuvo nuestro llorado Juan Gonzáles (PETESA). En dicha instalación ferial se homenajeaba a los mayores de los distintos distritos malacitanos. Un autobús les recogía en su barrio y les llevaban a la feria; una vez situados en unas largas mesas, se les servía una opípara cena seguida de actuaciones, bailes y la elección de los reyes de la noche a los que se le entregaba un obsequio. Todo ello “gratis et amore”.

¿De dónde surgían los fondos? Esto era un misterio fácilmente desvelable.  Juan contaba con un montón de amigos, de empresas y de instituciones oficiales que conocían su dedicación a los mayores y colaboraban con él en su empeño. Gobernadores, alcaldes, diputados, el Obispo Buxarrais, figuras del teatro, el cine, la radio y la televisión, pasaban por el “Oasis” y dejaban su “parné”. Hasta el Jesús Gil de sus mejores tiempos acudió en busca de publicidad –con poco éxito, por cierto-. Un montón de voluntarios colaborábamos en la barra, la cocina y la animación. Un chaval –hoy diputado provincial- hacía de disc-jockey cada noche y los vinateros y licoreros malagueños surtían de bebidas sin mesura y sin cobrarlas.

El espíritu de aquella caseta (y esa es mi buena noticia de hoy) ha seguido permaneciendo a lo largo de los años. Casi cincuenta años después, en el Real de la Feria de Málaga –y en su mejor sitio- sigue vivo ese espíritu en la caseta municipal “EL Rengue” donde más de 5.300 mayores van a seguir disfrutando de esa semana maravillosa en este año 2.019.

No he querido pasar esta feria sin tener un recuerdo de aquel Juan Petesa y del Oasis Juvenil.   Bienvenidos a todos a nuestra feria. Vivámosla en paz y disfrutémosla a modo… y sin pasarnos. Foto de la placa de Juan Petesa en su plaza de Churriana.

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries          m.montescleries@telefonica.net 

                                                                     Málaga 8 de agosto de 2019

 

“PONERSE EN SUS ZAPATOS”

          Esta frase me ha recordado aquella película sobre el Padre Damián que causo un gran impacto en mi juventud.

      

Aquel film: Molokai (rodada en Málaga en los Jardines de la Concepción en el 1959), recogía la vida del Padre Damián en aquella isla de Hawai habitada por leprosos, su visión marcó mi adolescencia. Aquella frase: “nosotros los leprosos” me indicó una forma maravillosa de entender el cristianismo compartiendo la vida de los que sufren desde la experiencia propia.

 

Cada vez que he tenido que intentar comprender la vida de los que sufren, en vez de pensar el porqué, procuro ponerme en su lugar y descubrir las circunstancias  de su proceso. Eso me pasó la primera vez que compartí la mesa con un enfermo de sida, entablado una larga conversación con un vagabundo o viviendo en una casa prestada con los emigrantes.

 

Desde aquel lado de la acera se ven las cosas de distinta manera. Lo pude comprobar una vez que me encontré solo en la rica Suiza sin dinero ni para llamar por teléfono y lo tuve que mendigar en la puerta de una Iglesia. Cuando hablas con aquellas personas que son marginadas por su opción sexual, por una ruptura matrimonial o por cualquier tipo de delito que les han llevado a prisión -circunstancias que les marcan ante la sociedad como culpables-, descubres que detrás de todo esto hay una experiencia vital que a ti, posiblemente, te hubiera hundido más.

 

Lo mismo pasa con la emigración desde África. Hasta que no se vive entre ellos y como ellos, no se comprende el ansia por vivir en sitios donde no falte el agua, los alimentos o los servicios médicos. Lugares donde sus niños tengan una escuela y una maestra que les eduque.

 

Esa experiencia la está viviendo mi hija Inmaculada –maestra del Colegio de los Olivos- ahora en Togo. Me enviaba fotos de paisajes, grupos e instalaciones, pero cuando ha “tocado pelo”, cuando se ha metido en sus zapatos, ha sido cuando ha acarreado agua o dado clase a un montón de niños, bastante oscuros de piel, vestida de colores llamativos. Ella puede decir ahora sin problemas: “nosotros los africanos”.

 

                                                      

 

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         m.montescleries@telefonica.net      Málaga 5 de agosto de 2019               

LAS OTRAS VACACIONES

 Hay quién dedica el periodo vacacional a ayudar a otros que lo necesitan. Son “las otras vacaciones”.

No me refiero a aquellos que se visten de “Coronel Tapioca” y se dirigen cómodamente en avión a hacerse fotos con indígenas o con animales en riesgo de extinción. Me refiero a aquellos profesionales de diverso tipo que ponen sus conocimientos y esfuerzos al servicio de los demás. Voluntarios que acompañan a niños discapacitados en colonias veraniegas, sanitarios que se desplazan a países de escaso desarrollo donde con muy poco se puede hacer mucho, arquitectos, maestros, ingenieros y técnicos de todo tipo que montan hospitales, talleres, fábricas y poblados enteros usando y abusando de sus vacaciones.

Hoy me gustaría reflejar como la buena noticia dos proyectos en los que trabajan personas muy cercanas a mí. El primero se desarrolla en Costa de Marfil y acaba de terminar una fase muy importante de su desarrollo. Se trata de la plataforma “Más nunca es menos”. Estos últimos días han puesto en marcha la edificación del complejo médico-sanitario-de acogida que llevaban años preparando desde Málaga. En Korhogo han culminado un mes de intenso trabajo después de devolver a Awa, la niña operada de corazón en Málaga. totalmente recuperada a sus padres. Otro tipo de vacaciones.

      El segundo aun lo he vivido más de cerca. En estos días se encuentran en Togo (otro país del golfo de Guinea) dos maestras malagueñas, madres de familia, que no se han conformado con animar a lo largo del curso a los alumnos, sus padres y el profesorado del Colegio de los Olivos, a fin de conseguir fondos para la construcción de un pozo y una granja, sino que se han desplazado allí para conocer in situ ese país tan necesitado de ayuda y desarrollo a fin de seguir apoyándoles desde Málaga en la medida de sus esfuerzos.

Vacaciones bien aprovechadas para romper con la rutina y valorar el esfuerzo de tantos africanos en caminar miles de kilómetros para encontrar aquello que falta en su país y nos sobra a nosotros. Esa migración que tan solo se puede solventar enseñándoles a aprovechar sus riquezas naturales así como transmitiéndoles la cultura y la educación necesarias.

Una buena noticia de hoy protagonizada en parte por mi hija Inmaculada y su compañera Pilar. Unas madres-coraje modernas y solidarias. Volverán cargadas de experiencia y satisfechas de haber puesto su granito de arena. Otro tipo de vacaciones.

        

                    

EL TRIPODE

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El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries          m.montescleries@telefonica.net 

                                                                     Málaga 1 de agosto de 2019

 

EL TRÍPODE

          Trípode es un armazón de tres pies para sostener instrumentos de todo tipo.

 

       A lo largo de mi vida he podido observar la utilidad de dicho artefacto, que al no tener necesidad de apoyarse sobre una superficie plana, permite asentarlo de forma estable sobre cualquier alteración  del nivel de la misma.

 

El trípode ha sido de gran utilidad para el cine, la fotografía, el laboratorio, la pintura e incluso la cocina. Pero a mí, me ha sido de más utilidad en el campo del pensamiento y el espíritu.

 

Hace casi cincuenta años alguien me dio una charla sobre los ideales de la vida. Su tesis se basaba en el cultivo de la memoria, la inteligencia y la voluntad. Un trípode de cualidades que te permiten caminar por este mundo siempre hacia delante. No todos las tenemos en la misma medida, pero si estiramos un poco las patas más cortas o encogemos la más sobresaliente, conseguimos el equilibrio en nuestro camino hacia la madurez. Los mayores podemos suplir la pérdida de memoria con un poco más de voluntad. La inteligencia hay que administrarla.

 

Después, en otra charla, adoptaron este formato del trípode a la vida del cristiano: Oración, formación y acción. Tres caminos para seguir el ejemplo de Jesucristo para ser más consecuentes y más útiles a los demás.

 

Por más que lo he intentado, no he visto la necesidad de encontrar esa cuarta pata que mejorara las anteriores. Con esas tres se “apaña” uno estupendamente. La oración te permite escuchar a Dios, la formación consigue mejorar su conocimiento y  la acción o caridad pone en práctica todo lo meditado anteriormente: “Quien dice que ama a Dios al que no ve y no ama a su hermano es un embustero” (Juan 4-20) y ratificaba el apóstol Santiago en (2.14-16): “La fe sin obras es una fe muerta”.

 

     El ejemplo del trípode es en sí equilibrante. Estas tres patas te permiten no dedicar todo nuestro esfuerzo a rezar y formarse sin un compromiso posterior con los hermanos; ni a empecinarse en un compromiso con los demás sin base ni conocimiento.

 

Cincuenta años acortando y alargando patas dan de si una lucha entre lo que nos gusta… y lo que debemos hacer. Si hoy no llegamos al equilibrio digamos con José Mota: mañana.

 

NOTA: Como verán sigo filosofando. Es que los paseos playeros dan mucho que pensar.