LA MENTE VACÍA

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LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         Málaga 31 de mayo de 2021

     Cuando la mente se queda vacía parece que ha llegado el fin de los tiempos

      Las ideas son como los alimentos. A veces hay muchos, pero te resultan indigestos. Otras veces hay pocos, pero consiguen saciarte.

      Creo que estamos en una etapa de vacas flacas. El mundo no te transfiere buenas sensaciones. Si miras a tu alrededor tan solo ves agresividad, odio, falta de solidaridad y la sensación de encontrarte en un mundo enfermo, pese a los conatos de superación de la pandemia.

      Esta situación te empuja a recordar a aquel amigo mío, desgraciadamente fallecido, que durante un cierto tiempo se dedicó a recoger la mala noticia de cada día, en contraposición a la buena noticia que llevo comunicando semana tras semana desde hace años.

      Aquel conato de exposición de malas noticias no prosperó. Posiblemente por el exceso de material. Hoy tendría contenidos para volver a reeditar El Caso, aquél periódico de gran éxito que se publicaba en mi infancia.     

     Cada semana procedo a devanarme los sesos buscando ese rayo de luz que permita transmitir un mínimo de esperanza a mis escasos lectores. Busco en mi mente ese “he tenido un sueño” que llenó el discurso más conocido de M. Lutero King.

       Sueño con una sociedad en que se respeten los derechos humanos y las creencias de cada uno. Que haya trabajo para todos y que los mayores tengan derecho a una jubilación justa. Que se respete la vida desde sus inicios hasta su finalización. Que los seres humanos formen la familia que estimen oportuna, pero bajo el respeto al otro y el amor a los niños. Que los políticos busquen el bien común y no la descalificación del rival convertido en enemigo. Una sociedad utópica.

    Y aquí nace la buena noticia de hoy. La utopía sigue vigente. Y asequible. Dice el diccionario que utopía es, 1:Plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en armonía. 2: Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable.

    Las palabras improbable e irrealizable son el quid de la cuestión. Sobre todo la primera; no es probable, pero es posible. Aun es posible la esperanza. Mi buena noticia de hoy me la transmiten esos héroes, anónimos o conocidos, que consiguen romper con la improbabilidad y han hecho realidad lo irrealizable.

    Tan posible como que a una mente vacía aflore un sueño. Tan maravilloso como la utopía.    

Por Manuel Montes Cleries

Málaga  26 de mayo de 2021

VAN A POR NOSOTROS

    Me siento agobiado por los diversos correos o llamadas telefónicas que recibo con el ánimo de timarme

     No se trata de un intento de “acongojarme” por parte de algún enemigo. Ni de peticiones de rescate tras una amenaza de secuestro. Se trata de “listos” que pretenden “limpiarte” las cuatro perras que tienes en tu cuenta corriente como fruto del trabajo de muchos años… o de tu modesta pensión.

    Mi correo electrónico se llena cada día de “comunicados” falsos de entidades bancarias en las que nunca he tenido cuenta o, incluso, de aquella con la que opero. A veces me dicen que tengo que confirmar unos datos, otras que acabo de recibir una transferencia, etc.

    Mi teléfono móvil recibe a diario mensajes de diversa procedencia y, a veces, me indican que he pagado un recibo de luz varias veces y que ¡¡me quieren devolver el dinero!!

     Hay una serie de personas de diversas nacionalidades que “saben que soy buena gente” y quieren enviarme donaciones de miles de dólares para que yo las use a mi antojo.

      Para terminar, cada día –siempre a lo largo de la sobremesa o de la maravillosa media hora de la siesta- me llaman por teléfono “tropecientas” compañías telefónicas o de seguros, ofreciéndome el oro y el moro si acepto sus maravillosas ofertas.

      ¡Ah, se me olvidaba! Gran parte de la tarde, la dedicamos mi sufrida esposa y yo mismo, a recoger paquetes, conteniendo compras por Internet, que nuestros queridos descendientes han domiciliado en nuestra casa “porque aquí no falta nunca alguien que los recoja”. Entre esa costumbre y que nos sobra sitio en la casa convertida en almacén familiar, he pasado a llamar mi hogar por lo bajinis como  “el xxx de la bernarda”.

      A un servidor, que está bastante escamado por la llegada, a lo largo de mi dilatada vida, de notificaciones de multas de tráfico o de requerimientos de hacienda, cada llamada inesperada o el sonido del timbre de la puerta, le hace dar un vuelco el corazón temiéndose lo peor.

   En fin, he optado por no abrir ni un correo, ni aceptar ninguna llamada, que no estén avaladas por el conocimiento del nombre y circunstancias del emisor del mismo. Así me evito sustos o contestaciones desabridas a los que se intentan conectar conmigo con aviesas o torcidas intenciones. Aunque peque de “esaborío”. 

LA BUENA LECHE

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LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         Málaga 24 de mayo de 2021

    Los católicos celebramos ayer la fiesta de Pentecostés

    En la misma se celebra la llegada del Espíritu Santo a los miembros de la Iglesia, refugiados y asustados tras la Ascensión de Jesús de Nazaret.

     Si indagamos en los catecismos de nuestra infancia podemos conocer bastante mejor al Espíritu Santo. Nos explica como se hace presente en la humanidad a través de sus “dones”. Estos son los siguientes: don de sabiduría, don de entendimiento, don de consejo, don de fortaleza, don de ciencia, don de piedad y don de temor de Dios.

    No todos podemos recibir el total de dichos dones. Apenas podemos aspirar a alguno de ellos. Pero si podemos conectar con facilidad con la influencia del Espíritu. Tan solo debemos parar la vorágine de nuestra vida y dejar penetrar nuestra mente por la “Buena leche”. Esa forma de discurrir que nace de nuestros mejores pensamientos.

    El mundo que nos rodea presta su mayor atención a los sentimientos contrarios a la concordia, la comprensión y el amor. Utilizamos todos nuestros recursos para medrar a costa de la superioridad o la opresión sobre el otro. La mayor parte de la sociedad disfruta dando culto a lo que nos separa y no a buscar aquello que nos acerca a los demás.

   Para mí, la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas es una buena noticia. Es el inspirador del sentimiento que te ayuda a discernir entre lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo. En una palabra, es la puesta en vigor de la Buena leche que anida en el corazón de todos los seres humanos. El problema estriba en que nos preocupamos más en desechar las buenas ideas que en valorarlas y vivirlas.

    Haced la prueba. Ante cualquier situación, ante cualquier noticia pararos a pensar que podéis aportar para solucionarlas; cómo podéis paliar sus consecuencias en vez de recrearnos en las mismas o magnificarlas. Poned en marcha vuestro pensamiento más positivo y no aceptéis sin más lo que nos intentan transmitir ladinamente.

    Habréis conectado con la buena leche. Quizás no arregléis el mundo, pero os sentiréis felices con vosotros mismos. Habréis conectado con ese cordón umbilical que te siguió uniendo a tu madre mientras te estuvo amantando en su infancia. La mejor leche del mundo.

Virgen de la buena leche. Patrona del Biberódromo

Cruz Roja

19 f, 21

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

Málaga  19 de mayo de 2021

    Cada día admiro más a esas personas que escudadas con una cruz roja que cubre un inmenso corazón, se encuentran al lado de los que sufren.

    Las imágenes que pudimos presenciar ayer en directo a través de las diversas televisiones eran impactantes. Despertaron en mí un sentimiento de horror, preocupación y, finalmente, indignación ante la barbarie, la manipulación y la indiferencia de aquellos que propiciaron el asalto a la ciudad de Ceuta por miles de personas que son engañadas por todos.

    Engañadas por los políticos. Les manejan a su gusto, como si fueran peones de ajedrez de una inmensa partida en la que su pérdida sea lo menos importantes. Seres humanos engañados por los traficantes de personas que les hacen gastar todos sus ahorros, e incluso empeñarse, en la promesa de un viaje hacía la tierra del Real Madrid o la de Messi, a una Europa en la que los perros se atan con longanizas.

    La única que les dijo la verdad fue ese ángel encarnado en una joven rubia perteneciente a la Cruz Roja. Una especie de madre que daba de beber sorbito a sorbito agua y que acabó abrazada a aquel muchacho totalmente extenuado. Su verdad consistió en quererlo y asumir que abrazaba a un hermano y que poco más podía hacer por él. La verdad está en ese Guardia Civil que rescató a un pálido bebé a punto de ahogarse.

    Lo demás es todo mentira, “viruta de Puertollano”, que es la viruta más mala que conozco. Los gestos de indignación, la amistad ficticia, el rasgarse las vestiduras, el “mon ami” y el apoyo europeo son una mentira tras otra. Todo es asumible mientras no se pierda la foto, el sillón y los votos.

   Nos están preparando para lo peor. Nos tendremos que venir de Ceuta y de Melilla como nos vinimos de Ifni. Con marcha verde o con marcha “nupcial”. Es igual. Lo importante son los gestos y la falsa dignidad.

   Me quedo con los “obreros de la solidaridad”. Esos miembros de la Cruz Roja que no tienen miedo al contagio y se abrazan a esos Cristos vivos que buscan un Cirineo. Gracias, muchas gracias. Sois todo un ejemplo.

Vídeo: El emotivo abrazo entre una trabajadora de la Cruz Roja y un migrante

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         Málaga 17 de mayo de 2021

       El pasado sábado se celebró a escala mundial el día internacional de la familia. Una efemérides auspiciada por la ONU

        La avalancha de “días de” que se suceden a lo largo del año, nos impide prestar atención a la importancia de muchos de ellos. No se crea la misma expectativa sobre la conmemoración del día internacional del atún –al que corresponde el 2 de mayo-, que la del día del Padre –que se celebra el 19 de marzo-.

     Creo que la ONU ha estado muy acertada con la designación del día 15 de Mayo como día internacional de la familia. La declaración de dicha fiesta por las Naciones Unidas se basa en los siguientes postulados: “El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes”. (Datos de la página Web de la ONU).

    La buena noticia de hoy se basa en que, pese a las trabas que reciben las familias bajo la influencia de “la nueva normalidad”, las voces en contra de los “nuevos tipos de convivencia” y la tendencia a la perdida de los valores familiares, la mayoría de las mismas, siguen disfrutando a diario, sin necesidad de ninguna conmemoración, de las virtudes y momentos de gozo que nos produce la institución familiar.

   No todas las personas tienen la suerte de vivir en un entorno familiar. Algunos niños viven en centros tutelares. Algunos mayores se encuentran asilados en residencias o en la soledad de sus propios hogares. Gracias a Dios, instituciones como Hogar Abierto o Nuevo futuro, que propician familias de acogida para los niños, o la Fundación Harena, que acompaña a los mayores en su soledad, palian en buena medida estas situaciones de desigualdad de muchos seres humanos que no gozan de la suerte de vivir en una familia suficientemente feliz.

   Creo que ese interés por parte de la ONU en celebrar este día es una buena noticia. Demuestra la universalidad del problema de la perdida de identidad familiar y apuesta por la búsqueda y puesta en vigor de los valores familiares que han rodeado a la humanidad desde siempre.

ORGULLO

12 f, 21

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

Málaga  12 de mayo de 2021

     A los que tenemos poco dinero, escaso poder y un prestigio discutible, solo nos queda presumir de orgullo

     Con motivo de la celebración del cuarenta aniversario de la puesta en marcha del Hospital Materno Infantil de Málaga, se ha presentado una muestra fotográfica de las actividades de dicho centro sanitario. La misma se ha hecho presente en la “sala de estar” de los malagueños. La calle del Marqués de Larios.

     Recorriendo los diversos paneles que componen dicha muestra, inopinadamente me encuentro con una fotografía que me resulta familiar. Se trata de la instantánea que recoge el nacimiento de mi último nieto (Quique, el número diecinueve) que se encuentra en las manos de mi hija Carmen, la matrona del parto, que se lo está entregando a mi hija María del Mar, la madre, en presencia de su marido, mi yerno Kike.

    Además de la consiguiente sorpresa, la contemplación del póster hizo crecer en mí un sentimiento de orgullo. Muchos de los que han compartido mi vida a lo largo de los años han triunfado en los diversos aspectos en los que hemos coincidido. Pueden presumir de bienes materiales, de honores o de prestigio merecidamente ganado. Yo me conformo con el orgullo de haber transmitido una serie de valores a mis descendientes. Por tanto presumo de un hijo médico, tres maestros, una licenciada en turismo, una matrona y dos excelentes comerciales.

    Se que estas circunstancias apenas le importan a nadie, pero las he querido hacer patentes hoy, día de los enfermeros, esos que tanto han luchado en la pandemia. El día siguiente al que, en un programa de gran audiencia televisiva, “el hormiguero”, se presenta un componente de la “nueva normalidad”: la pareja abierta o la “trieja” en la que, ya por sí misma, se crea confusión y se ignora la mayoría de los valores familiares.

    No sé que pasará en el futuro. Los ponentes de la idea, los realizadores e intérpretes de la película en la que se presenta este tema, alegaban que había que romper con 2.000 años de represión de los sentimientos animales de las personas. En fin, que volvamos a las cavernas. Eso sí, de tres en tres o más. Pendientes del vértice que nos controle.

    Reconozco que soy un antiguo. Con mucho orgullo. Un tipo raro que continúa transmitiendo la búsqueda de los valores que propician la verdadera felicidad. No seré nunca un VIP. Pero… que me quiten lo bailado. Hoy me siento orgulloso.

LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         Málaga 10 de mayo de 2021

    A lo largo de estos últimos catorce meses hemos estado sometidos a una especie de prisión domiciliaria

   Recuerdo como si hubiera sido ayer aquel decreto emitido a través de todos los medios de comunicación en el que se nos confinaba sine die. No nos imaginábamos entonces la repercusión que iba a tener en nuestras vidas esta “nueva normalidad” y el largo plazo de duración de la misma.

   Ayer pudimos recuperar gran parte de la libertad para movernos y comunicarnos, que se había perdido especialmente por aquellos que, por ser mayores, estábamos en situación de grave riesgo, debido a la especial virulencia del bicho para los que tenemos un DNI con cierta antigüedad. Este es el motivo que me hace transmitirles esta buena noticia de hoy.

   Alguna ventaja tenemos que disfrutar aquellos que hemos superado con creces la fecha de jubilación. Afortunadamente, nos han tenido muy en cuenta a la hora de repartir las vacunas que nos alejan del peligro de sufrir la enfermedad del Covid-19. Y a fecha de hoy, casi todos hemos recibido las dos dosis preceptivas de la vacuna y gozamos de cierta inmunidad.

   Por eso no dudé en apuntarme como voluntario para el traslado de más de cuatrocientos mayores, acogidos en diversas residencias malagueñas, al teatro del Soho Caixabank. La gerencia del mismo, encabezada por nuestro Antonio Banderas, obsequió a dicho colectivo con un concierto basado en música de películas interpretado por la orquesta sinfónica Pop, titular del teatro, bajo la dirección de Arturo Díez Boscovich: un director excelente, que podía buscarse  también la vida como monologuista –además de ser un gran músico es un extraordinario comunicador-. Su descripción de los diversos números  conquistó al público desde el primer momento.

    Pero como no se trata de hacer una reseña del evento, sino resaltar las extraordinarias consecuencias del mismo, me ciño a la  constatación de  las ganas de recuperar una vida normalizada por parte de los mayores. Ese colectivo que se ha encontrado solo ante una situación desconocida y que pudo disfrutar de la vuelta a la calle y a los espectáculos, gracias a los desvelos de muchos voluntarios, tales como la Fundación Harena, promotora del concierto, la Fundación de la Caixa, la Fundación Banderas y otras tantas entidades que no les han abandonado a lo largo de estos meses.

     Era un auténtico deleite ver a los mayores cantando y palmeando con la orquesta o a alguna “parejita” disfrutando del concierto cogidos de la mano. El continuo desparpajo con el que se dirigían a Banderas apenas asomaba al escenario, era un estallido de libertad recuperada. La desgarrada narración de los largos meses de soledad vividos por muchos mayores, fue el tema principal de las diversas intervenciones que varias de ellas tuvieron al inicio del evento. Todo ante la presencia de un montón de autoridades, incluido el Presidente de la Junta de Andalucía.

    Maravillosa buena noticia de hoy. Los mayores vuelven a tomar la calle y los espectáculos. Jamás se ha visto un despliegue como este de andadores y de sillas de ruedas en un teatro.  Antonio Banderas, que hasta se atrevió a coger la batuta en una de las intervenciones de la Big-band, se “enrollo” muy bien con el auditorio, lo que propició un diálogo chispeante y conmovedor. Pudimos observar como los discursos de los homenajeados fueron sumamente enriquecedores y llenos de sentido. Un auténtico espectáculo de convivencia entre generaciones.

   ¡Cuánto bien hacen esos jóvenes de la Fundación Harena! Son un ejemplo de generosidad y de amor por los mayores, a los que su aportación les ha permitido recuperar los aires de libertad. Esta se recupera no solo a través de las  elecciones o de la política. La solidaridad entre generaciones nos hace a todos más libres.

A la entrada

Foto desde el escenario que nos entregó Banderas a la salida

Por Manuel Montes Cleries

Málaga  5 de mayo de 2021

     Los de mi generación hemos disfrutado de otro tipo de maestros y profesores

      Digo viejos profesores sin ningún tipo de ánimo peyorativo. Es que eran muy mayores (o así me lo parecía a mí). Cuando temblorosamente me presenté a mi examen de ingreso en la vetusta Escuela de Comercio de calle Beatas, fui sometido a un examen oral por un tribunal en el que el más joven pasaba de los sesenta años.

       Los docentes de la época eran unos señores (y alguna señorita) ataviados con un traje muy deteriorado a veces, siempre empolvado de tiza y corbata. Las profesoras, que curiosamente todas eran docentes de idiomas extranjeros (francés, italiano o árabe), eran señoritas de cierta edad, con unas ropas indescriptibles, que en algunos casos cubrían con un batón propio de un dependiente de ultramarinos. Por supuesto que los alumnos íbamos pertrechados de los correspondientes trajes y preceptivas corbatas.

      A aquellos profesores era impensable no tratarlos de usted, ni levantarnos a su paso o cuando entraban en la clase. Nos transmitían un miedo relativo que impedía presentarles reclamaciones.

      En mi primer paso por la Universidad descubrí otra especie de profesorado. Los dioses de la cátedra. Acompañados a veces de profesores auxiliares, parece que impartían “lecciones magistrales”, que recibíamos como si se tratara de una especie de homilía. Venían a veces de Madrid (aun recuerdo las clases de Estructura de Tamames), dejaban su mensaje y se marchaban en olor de multitudes.

      Muchos años después volví a las aulas universitarias. Me encontré con un panorama totalmente diferente. El profesorado, en este caso obviamente, era más joven que yo. Salvo casos excepcionales no se desprendían del jersey y los vaqueros. Daban clase sentados en el borde de la mesa. Las profesoras se podían comparar por su atuendo con la mayoría de las alumnas y, sobre todo, el tuteo imperaba en las aulas.

    He podido ver en clase a alumnos con camisetas deportivas, pantalones cortos o chándales. Les he visto jugando con la play o el ordenador mientras el profesor de turno se desgañitaba en el encerado. En la enseñanza actual se ha llegado a un acuerdo de no agresión y a dejar hacer a cada uno lo que quiera.

    Por otra parte sigue existiendo un núcleo de alumnos que sigue las clases con la corrección oportuna y aprovecha cada momento para mejorar sus conocimientos. Ciento cincuenta alumnos en una clase dan para todo.

    He recordado a mis viejos profesores cuando he conocido el caso de ese profesor brasileño jubilado a quien sus antiguos alumnos le han comprado su coche, que había tenido que vender por dificultades económicas, y se lo han vuelto a regalar. Un auténtico acto de generosidad a modo de agradecimiento. Me ha recordado al mejor maestro que ha pasado por mi vida. Don Francisco Quero. Un maestro de escuela que me inculcó muchos de los valores que me han permitido vivir felizmente. Los que me gustaría transmitir.

MADRE

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LA BUENA NOTICIA de Manuel Montes Cleries         Málaga 2 de mayo de 2021

PEPA

   Pepa es una de esas madres corajes de la posguerra.

     Hasta el último tercio del siglo XX no se le ocurrió a los padres y padrinos de entonces el ponerle los nombrecitos que se han puesto de moda y que, a veces, no sabemos si están llamando a un niño, un animal o un electrodoméstico. Pero ese es otro tema a debatir.

Mi madre se llamaba Pepa, así, a secas. Cuando fue abuela por primera vez decidió que a partir de entonces solo la llamáramos Madre. Y así lo hicimos. Su sencillo nombre no le impidió llenar su vida con el matrimonio, la maternidad, el magisterio y la viudez activa  durante muchos años. Su espíritu era tan contundente como su nombre. Forjada en una juventud vivida en medio de la guerra incivil, unos estudios de magisterios culminados en Julio del 36 y  un paso a la madurez del matrimonio dentro de una España pobre. Tuvo que adaptarse a las circunstancias de la vida en una Andalucía del estraperlo y la falta de medios generalizada.

      Quedó viuda con poco más de cincuenta años y volvió a su magisterio abandonado por las circunstancias de ser esposa y madre. Entonces pudo disfrutar de la libertad que otorga el recibir un sueldo cada mes sin depender del marido o de los hijos. Salir de una vida marcada por la emigración y el comienzo incierto de una etapa en otra ciudad. Su actividad de maestra le permitió salir de una generación de mujeres adocenadas en la cocina, las penas o la costura. Una generación de mujeres con una dependencia impuesta por las costumbres y la falta de medios.

       Mi madre, Pepa Cleries, Madre, fue una buena noticia para su familia de origen y para la que creó con mi padre. Supongo que como todas las madres… salvo aquellas que renuncian a serlo por egoísmo o presumen de ser malas madres en las redes sociales. No entiendo como proclaman a voz en grito su incapacidad de amar y son un pésimo ejemplo para las generaciones futuras.

      Hace ya muchos años, demasiados, que perdí a mi madre. La tengo en el cielo y sus cenizas, junto a la Virgen de la Esperanza. Pero raro es el día en que viendo a mis hijos y nietos no viene a mi mente y a mi presencia su figura de madre enamorada de sus hijos. Como todas. Las madres, por el solo hecho de serlo, son una buena noticia.