JORGE BUCAY

27 f, 09

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga 28 de Septiembre de 2009

m.montescleries@telefonica.net

 

POR FIN UN BUEN PROGRAMA DE TELEVISIÓN

            Llevo toda mi vida debatiendo sobre la calidad de la Televisión. Mi tesis consiste en que no hay televisión mala, sino malos programas. Mientras,  los “expertos” se empeñan en querer demostrar que los “malos” son los espectadores. Estiman que el “homus televisivo” rebusca con avidez entre la tele-basura. Los argumentos que plantean los teóricos de la TV. se basan en la posibilidad de elegir; en la “libertad del mando a distancia”. Eso es una falacia como tantas otras.  Si en el colegio, todos los profesores se empeñaran en decirnos que dos más dos suma tres, los niños acabarían por creérselo. Si todo el mundo magnifica el aborto, declarándolo la panacea universal de nuestra “civilización”, acabaremos por querer abortar hasta los que no nos podemos quedar embarazados.

 

          Los programas buenos de Televisión gustan a todo el mundo. Un ejemplo lo tenemos con “Cuéntame” con tantos años de programación. A mi, que me apasiona el fenómeno televisivo, se me alegraron las pajarillas días atrás viendo la vuelta a las parrillas del programa de Jesús Quintero: “Ratones coloraos”. Un magazine clásico con todos sus ingredientes.

 

        Mi buena noticia de hoy me la proporcionó el espacio que programaron esta semana; un gran presentador, con un monólogo de entrada y otro de salida geniales. Una  entrevista y actuación de Luz Casal  soberbias. Un ministro que sabía lo que decía. El clásico gaditano con ángel y, como colofón, una entrevista en profundidad a un médico argentino: Jorge Bucay. Esta entrevista nos deparó un cuarto de hora de antología. Le pudo, de largo, el entrevistado al entrevistador. Aunque todo estaba pactado y ensayado, -al menos, eso intuyo yo-, no se notó en absoluto. El diálogo fue fresco, se dijeron  cosas y nos hicieron pensar. El cuento y la frase de remate fueron extraordinarios. Conclusión: un programa que forma, informa y entretiene.  Enhorabuena al “loco”. Para mí, se ha ganado la placa que tiene en la Facultad de Comunicación. Ojala no se malee. Que a veces la lía.

         Cuando sea mayor, voy a hacer programas como ese.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga 21 de Septiembre de 2009

m.montescleries@telefonica.net

 

LA MANO TENDIDA

        -“Mi humanidad consiste en sentir que somos voces de la misma penuria”-  José Luís Borges.

       

           Los que nacimos en la posguerra, -aclaro: la posguerra incivil española; desgraciadamente, todo el mundo nace en una posguerra-, nos educamos en las ideas únicas y en una sola visión del conjunto. Eso nos hizo considerar natural las chaquetas blancas, las camisas azules y las manos derechas elevadas con la mano rígidamente extendida hacia arriba. A dicho brazo, -sobre todo al del innombrable-, en ocasiones se le dotaba de un artilugio que le hacía moverse levemente adelante y atrás de manera que recordaba lejanamente un saludo aprobatorio.

 

        Un servidor de ustedes, a quién su madre había adoctrinado convenientemente para que no se apuntara a nada a fin de  “no destacarse”, se escaqueo ladinamente para evitar cantar los caras al sol y gritos subsiguientes. Mi única filiación, que siempre agradeceré, me llevaba a entonar –mal- la Salve en latín y en castellano.

 

       Posteriormente llegó la democracia y, sorprendentemente, los puños (los de los mismos)  se cerraron o abrieron de diversas maneras; presentando un abanico de posibilidades digno de competir con el alfabeto morse, dado el mensaje que contenían. Puño derecho cerrado, puño izquierdo prieto, mano derecha abierta enseñando la palma, manos abiertas haciendo la  mariposa, saludo romano, “hasta luego Lucas”…,  etc.  Seguí sin levantar la mano. A lo más que llegué fue a insinuar públicamente el porqué no bajábamos los brazos, nos cogíamos de la mano y nos poníamos a trabajar. Hemos vuelto a las andadas, hemos caído en otro rifirrafe al respecto. Pienso que para lo único que tenemos que levantar los brazos es para saludar o llamar un taxi. El resto es ganas de fastidiar.

 

           Mi buena noticia de hoy me la acaban de dar varias circunstancias: la primera,  mi último nieto, Miguelito. Hoy, por primera vez me ha echado los brazos. Para que le cogiera y cuidara. Otra: un porreta del barrio me ha ayudado a llevar leche al “Biberódromo”. A cambio de una sonrisa. Una tercera: La señora que ayuda en casa ha entrado hoy con la mano extendida en la que portaba una botella de “su aceite” para “mi” tostada. Brazos amigos.

 

    La mano tendida. Signo de solidaridad y de comprensión. De amistad y ayuda. De dar y de darse. A ver si de una puñetera vez desterramos los signos de diferenciación, enemistad y prepotencia. Manos, rima con hermanos. Me siento solidario con los mineros asturianos.  Y con el resto de la humanidad con la que comparto la penuria. Menos brazos amenazantes o triunfantes y más brazos unidos. Los brazos han de servir para acercarnos, no para separarnos.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga 7 de Septiembre de 2009

m.montescleries@telefonica.net

 

 

 

 

GRACIAS A DIOS NO SOMOS SUECOS… DE MOMENTO

 

      -Vaya veranito que me ha dado el dichoso Milenium… Me ha recordado las novelas de Marcial Lafuente Estefanía-

 

               El oficio de aprendiz de escritor, que estoy siguiendo escrupulosamente, me obliga a estar al tanto, dentro de mis posibilidades, de lo que se cuece en la literatura moderna.

 

               Cada año surgen lo que se ha venido en denominar con el anglicismo “best-seller”, que no es más que una traducción del “folletín por entregas”.  Con estos libros, mejor dicho, estos “tochos”, me ha pasado lo mismo que cuando salieron los Caballos de Troya de manos de J.J. Benítez. En su día, me trague con fruición el primero de ellos. Captó mi interés y me lo bebí de un tirón. El segundo, regular; el resto -creo que van ocho-, un auténtico tostón. Al final, me quedo con el primer librito que J.J. escribió sobre La Sabana Santa. Todo lo demás, variaciones y elucubraciones sobre el mismo tema. Ahora, le ha dado por los Ovnis.

 

       El que nos ha tocado este año, ha sido la trilogía sueca de marras Vaya veranito que me ha dado el dichoso Millenium. La primera entrega es digerible hasta cierto punto, aunque acaba como el rosario de la aurora. El resto… un desastre. Me ha recordado las novelas de Marcial Lafuente Estefanía. Aquellas en las que el héroe mataba dieciocho enemigos con un revólver de seis tiros. El fallecido literato sueco  (suicidado, para hacer juego con sus escritos), lo arregla todo del tirón y milagrosamente. Entre otras paridas, el paso de su “heroína” por la Costa del Sol y Gibraltar es memorable por “su fidelidad a los datos”.

 

      Para lo único que me ha sido útil el tragarme ¡2.500 páginas!, ha sido para afirmar mi idea de que no vale la pena ser sueco. Ya me lo maliciaba yo desde los tiempos de Olof Palme. Los suecos están muy avanzados económica y quizás culturalmente. Pero tienen el corazón de piedra. Vaya estilo de vida. Vaya familias. Vaya políticos, policías, empresarios, obreros, periodistas, etc. No sale un grupo humano que merezca llamarse de esa manera. Egoísmo, maldad, promiscuidad,  indefinición sexual, incesto, adulterio, crimen, sadismo… Muy completito.

 

         Mi buena noticia es que no estamos tan avanzados como los protagonistas de los libritos. Esa sociedad nos chirría porque aun somos humanos. Nuestros valores no coinciden con los de los suecos. La familia todavía es algo más que un “totum revolutum”.  Nuestros denostados ancestros romano-judeo-cristianos, latinos en suma, nos permiten mantener, no sin dificultad, otro tipo de valores. Y tenemos que seguir propiciando su reconocimiento. El gran pecado de la humanidad desde siempre es el egoísmo.  Los nuevos “gurús” de la sociedad como el Sr. Larsson, proclaman el hedonismo y el “primero yo, después yo y aluego naide” de aquél torero del siglo pasado. Y en el “yoismo”, sobran familia, valores, fe, religión, amor y “otras zarandajas” de los antiguos.

 

      Me quedo con nuestra forma de ser. La buena noticia de hoy: que todavía no somos suecos (de idiosincrasia  y de resultados). Con menos PIB, más déficit y más paro, tenemos menos suicidios, menos divorcios y más niños. Lo siento mucho. Ganamos por goleada.

 

      

   

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES

14 de Septiembre de 2009

m.montescleries@telefonica.net

 

A QUIEN LOS MEDIOS CREAN…

 

     -He caído en la trampa. He hablado de La Esteban.-

 

         Una de las frases que más me impactó en mi paso por la Facultad de Periodismo nació en medio de un debate sobre el impacto de los medios de comunicación. La reacción que me produjo dicha aseveración, me obligo a solicitar que la repitiera el docente a fin de memorizarla. La sentencia en cuestión es la que esboza el titulo de este escrito. Me apresuro a completarla y, a ser posible, analizarla. El profesor decía: A quien los medios crean… los medios destruyen”.

 

       Esta frase se está haciendo realidad día tras día y protagonista tras protagonista. Desde los viejos tiempos de Urtain, pasando por El “Platanito”, y otros tantos “héroes” del siglo pasado, muchos incautos buscan con desesperación “los quince minutos de fama” reseñados por Andy Warhol.

 

      La televisión dio un gran vuelco en este sentido con la aparición de la escuela de Crónicas marcianas, Moros y cristianos, Operación triunfo, Gran Hermano, etc., etc. Una serie de programas en los que daban la oportunidad de sentirse “famosos” a una serie de personas sin más merito que haber cometido una barbaridad, estar dispuesto a cometerla o inventársela directamente. Esta serie de programas ha puesto en “órbita” entre otros a los hermanos Matamoros, el “Dioni”, el “Posí”, “Risitas”, Tamara y su madre, y tantos y tantos otros. Pero la reina del “famoseo” es, sin duda, Belén Esteban. Una chiquilla monísima de un barrio madrileño de la que se encapricha un torero y que los medios convierten en la madre de la niña más famosa de España en competencia con las Infantas.

 

      A Belén Esteban la han utilizando, la están utilizando y la exprimirán hasta el final los “periodistas” de la telebasura. Se han dado cuenta de que abandera a la España sufriente de una situación terrible. Una sociedad que pone en los gritos y reivindicaciones familiares de “La Esteban” (he escuchado denominarla como “La princesa de los pobres”), aquellos que no pueden exclamar en la calle porque nadie les coordina. Y se están hinchando. Han creado una serie de programas simultáneos en las distintas cadenas,  en los que se arraciman  “brillantes analistas de la realidad” de la talla de la cuñada de Rocío Jurado, la ex-mujer de Manolo Santana, un ex-Gran Hermano, Pipi Estrada y varios ¿periodistas? como Karmele y otros de parecida talla.

 

      A la pobre muchacha la han metido en un lío mayúsculo que puede tener unas consecuencias funestas. La han hecho creer que tiene que generar noticias cada día para comer y viajar en taxi, y para ello, se ha separado del padre de su hija, se ha unido en pareja con un disc jockeys o algo por el estilo, ha presentado a los cuatro vientos la muerte de su padre, su propia enfermedad, su nueva boda y consiguiente separación, lo que come su niña, la comunión de la misma y… ¿Qué más? Le han creado una trama de “frikis” a su alrededor de la categoría del padre de Jesulín, su nueva esposa y familia,  el vecino del segundo de su casa y otros tantos seres importantes. Ya está bien, Me aburro y no quiero aburrir a mis lectores.

 

     Mi BUENA NOTICIA de hoy, es que alguien ha puesto pie en pared en este tema. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid ha advertido del gran problema que se está creando en esa niña objeto de los dimes y diretes de “los programas”. Una niña convertida en pim-pam-pum por unos periodistas y unas televisiones sin escrúpulos, Y no me hablen de audiencias. Si pusieran violaciones y asesinatos en directo coparían el share. Ya está bien de hablar de la libertad de quitar la tele. Lo que hay que hacer es no emitir basura. Los medios se han rasgado las vestiduras. Se han realizado programas especiales. Se ha publicado en todos los periódicos. Una falsa apariencia de sufrimiento esconde un tapado regocijo por la venta de publicidad.

 

      Jueces como el de Menores de Granada o el Defensor del Menor de Madrid, al que ha traicionado alguien cercano que ha filtrado la noticia, pueden conseguir hacer entrar en razón a esas personas que son explotadas, usadas y tiradas. Y que conste que le encuentro un gran mérito a esa mujer madrileña. Es una gran comunicadora y podía hacerlo muy bien si se formara y hablara de lo que sucede en el mundo, no de lo que le pasa a ella. Cuando gracias a Dios no le pase nada … no será noticia.

 

     He caído en la trampa. He hablado de La Esteban. Pero es necesario si quiero poner todo mi empeño en que los jóvenes de hoy no basen su proyecto en ser “famosos”. Tanto “casting” para salir de anonimato impide ejercitar el talento de cada uno en el servicio a la sociedad. Se está creando una generación empeñada en TENER  y no en SER. Este fin de semana nos reunimos 25 personas para preparar el trabajo de llevar La Buena Noticia a los demás. La primera conclusión es la ausencia de Dios y del mensaje  de Jesús en todas estas situaciones. Vamos a hacerlo presente en la medida de nuestras posibilidades. En una palabra volver las cosas a su sitio. Hoy por hoy el portal de Belén (Esteban) está lleno de micrófonos y preguntas necias. Nosotros queremos dirigir la mirada del mundo hacía el otro PORTAL DE BELEN en el que nació la esperanza para el mundo.