LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES. m.montescleries@telefonica.net UNA MUJER DE ALTOS VUELOS                      Nos estamos encontrando con la presencia de la mujer en profesiones que antaño parecían exclusivamente masculinas. En las películas de “guerra” de mi juventud los papeles de pilotos, tanto sea de los “zeros” japoneses, los bombarderos “Douglas” americanos o los “Messerschmitt” alemanes, eran desempeñados por espigados y barbilampiños muchachos rodeados de su parafernalia de chaquetas de cuero, noches locas en cabarets y muertes gloriosas en combates con el enemigo.         En los tiempos actuales vemos cada día con más frecuencia chicas enfundadas en monos de combate y en otras ocasiones en elegantes uniformes de pilotos del ejército o de aerolíneas comerciales. Podemos pensar que son de mujeres independientes y masculinoides, de una vida bohemia o, cuando menos, “distinta”. Afortunadamente esta apreciación esta muy lejos de la realidad.         Buen ejemplo lo tenemos en el caso que nos ocupa. Una excelente informadora, conocedora de mi interés por las buenas noticias me dio el “chivatazo”.– Búscate por ahí la vida de Carolina Aigle– Me puse manos a la obra y descubrí una noticia extraordinaria. Carolina Aigle (Aigle se traduce Águila) era una mujer francesa. La primera piloto de caza de la Fuerza Armada Francesa. Una joven de 33 años incursa en un proceso de preparación para ser astronauta. Submarinista y paracaidista, gozaba de una excelente preparación física que la había llevado a ser campeona del mundo de triatlón militar en dos ocasiones. Estaba casada con  Cristhophe Deketelaère, también piloto. Tenía dos hijos. El segundo nació a principios de Agosto tras cinco meses y medio de gestación. A su madre le indicaron los médicos, al descubrir la enfermedad que la llevaría a la muerte, que un aborto terapéutico podría prolongar su vida. Su decisión fue clara y terminante. Apuesta por la vida. Pudo ver a su hijo al que bautizó con el nombre de Gabriel. Muy pequeño, pero con grandes ganas de vivir, lo que le están permitiendo salir adelante. Ella lo tuvo claro desde el principio: “Él tiene el derecho a tener posibilidades de vivir como yo”, “No podía detener la vida de un ser que había llevado conmigo durante cinco meses”.          UNA BUENA NOTICIA, también hay mujeres que consideran el derecho a disponer de su cuerpo pero sin interferir con el derecho a seguir viviendo de un pequeño ser que no tiene quien le defienda salvo su madre. Este embarazo fue para su esposo: Su último combate… y lo ganó”. Carolina pudo coger a su hijo en brazos en varias ocasiones antes de morir.           En la homilía  de su funeral Pierre Demoures, ex-piloto de combate francés y hoy sacerdote proclamó: “La gran lección que nos da Carolina es la urgencia de amar. No es una urgencia de temer, sino la urgencia vital de saber que solo el amor trae vida. El hombre está hecho para la vida. Esta urgencia puede hacer que el amor sea más fuerte y dar vida a un tesoro en medio de los eventos más trágicos”.            Poco puedo añadir. Lo importante no es tener una larga vida sino tenerla llena. Carolina  había pasado tanto tiempo en el cielo que solo tuvo que prolongar el despegue. Solamente tuvo que cambiar de alas. (Inspirado en un artículo de Luís Olivera (periodista) en Arvo.net) 

          Cada día me voy encontrando más personas que no dudan en confesar su falta de fe sin ningún tipo de reparos. Me parece muy bien porque esta actitud manifiesta una libertad de expresión y una confianza entre ambos interlocutores. En tiempos de un cristianismo mal entendido esta simple aseveración hubiera servido para marcar una barrera por lo menos en lo referente a los temas espirituales.        Hoy en día sucede todo lo contrario. Cuando alguien que conoce mi identificación evangélica se manifiesta tan abiertamente, un espacio de luz se abre entre nosotros y la conversación se hace fluida e interesante. Hace muchos años me enseñó Frère Roger de Taizé a buscar en los demás aquello que nos une y no incidir en lo que nos separa. Esta actitud trae consigo un acercamiento y un encuentro positivo que acendra el conocimiento y posiblemente la amistad y la luz.       Precisamente el sábado pasado, en un almuerzo con periodistas, coincidí con un inteligente profesor de universidad bastante más joven que yo. Tras confesar nuestro común amor por Roma,  se estableció una conversación en la que comparamos la creencia en Dios con la creencia en el hombre y llegamos a muchos pensamientos comunes. Otrora, quizás habríamos intentado hacer prevalecer nuestros criterios y llegado a lo que eufemísticamente se denomina “contraste de pareceres” que no es más que una abierta controversia.      A medida que me hago más mayor, y en contra de lo que sería lógico, me hago más cercano a la comprensión de las ideas ajenas y a tener menos certezas, pero más firmes. Y creer más en la “Y”. Menos dividir “y” más sumar.      La buena noticia de hoy es que se celebra el día de la Iglesia Diocesana, en la que, ni son todos los que están, ni están todos los que son. Tengo la seguridad de que es hora de dar “cuartelillo” a ese Pueblo de Dios formado por hombres de buena voluntad que quizás no pertenecen a esta Iglesia tan maravillosa que tan mal sabemos presentar. Decía Teresa de Calcuta: “El que cree de verdad predica sin predicar”. A lo que yo añadiría que el que predica sin creer aleja al mundo de la Iglesia. Posiblemente deberíamos ser más abiertos y más tolerantes y dedicarnos más al fondo que a las formas y las gentes conocería a Cristo, no a los cristianos.           Dice Roger Garoudy, “La fe es la decisión de vivir con la certeza de que lo que es, no lo es todo”. Por la tanto ya va siendo hora de que los cristianos no presumamos de verdades absolutas. Nuestra fe  debe aproximarnos a los que no la tienen con el fin de compartirla. La fe es como el amor, mientras más se transmite, más se tiene.

LA BUENA NOTICIA DE MANOLO MONTES12 DE NOVIEMBRE DE 2007m.montescleries@telefonica.net LA VIDA; QUE GRAN NOTICIA        Hay ocasiones en que uno se encuentra sin inspiración. Quizás sea debido a la falta de atención a lo acaecido en nuestra sociedad durante esta semana. Con seguridad montones de buenas noticias han sucedido por el mundo. Y malas. Pero estas si se han visto reflejadas en todos los periódicos. Los diarios de hoy a veces se convierten en remedos del hace años fenecido “El Caso”. También se ha presentado un montón de noticias tristes en los telediarios. Y en los programas de tarde de todas las cadenas, tras los culebrones y el cotilleo, relación de muertos, heridos, agresiones, robos y demás lindezas de este tipo.            De pronto se ha hecho la luz. Una historia personal. Me tocaba volver a  ser abuelo dentro de ocho o diez días. Ser abuelo es casi como ser padre. Pero te coge más mayor y con más experiencia. Por eso, ni me preocupaba ni me ocupaba de lo que inevitablemente tendría que suceder. Pero Dios propone, el hombre dispone y los niños nacen cuando les da la gana. Y ahí lo tenemos. Para vergüenza  de los plazos del Ave y de la promesa de apertura del  Museo de Málaga, el niño ha nacido con una semana de adelanto. Y aquí tenemos a Luís. Un mocetón de casi cuatro kilos que ha venido a un mundo estremecido por los funestos augurios  de los “neo-nostradamus” de Greenpace que ya no saben como darnos el coñazo.          Decía D. Jacinto Benavente: “En cada niño nace la humanidad”. ¡Cuanta verdad en una frase! El mundo hoy tiene que estar contento. Ha nacido un niño querido, en una familia normal, que lucha… sufre… y disfruta unida. Un niño que va a ser orientado hacia la maravillosa misión de contribuir a establecer una humanidad mejor en la que todos sean libres y solidarios. Un niño con padre, madre, abuelos, bisabuelos, hermanos, primos, tíos, vecinos, paisanos…Lo que siempre ha sido una familia. Personajes  que hoy parecen obsoletos. Su memoria histórica no se va a basar en el odio y el revanchismo. Ni por una parte ni por la otra.             Su abuelo va a intentar transmitirle  la frase de Lincoln, (en este caso  adaptadapor un servidor), “No me tengo que preocupar de lo que hizo mi abuelo, me importa mucho más saber lo que hará su nieto”. Vivimos en un mundo tan preocupado de analizar el pasado; tan preocupado del futuro, que está perdiendo la oportunidad de vivir gozosamente el presente. Bienvenido sea Luisito a este  mundo. Todas nuestras esperanzas están puestas en él.  

LA BUENA NOTICIA DE MANOLO MONTES4-11-07m.montescleries@telefonica.net  LO QUE NO DIJO LA CUATRO

 

LA OTRA PALMILLA                           En las aulas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación se sigue indicando, (a veces con la boca pequeña), el objetivo de la Prensa: Formar, informar y entretener. Los que pretenden ser más “exquisitos” difieren de estos criterios alegando que en la práctica se confunde el concepto formar con adoctrinar. Posiblemente aquellos que así se manifiestan, son los que subrepticia y sibilínamente utilizan los medios para la propaganda, así como manipulan la información a su antojo. Así, vemos programas y cadenas enteras con espacios divulgativos y de información tendenciosos. Estos, en vez de informar, desinforman; en vez de formar en libertad, lo hacen en función de sus criterios e intereses.                          La semana pasada, se presentó un programa en una cadena privada que ha levantado una gran polvareda. Se trata del espacio de la Cuatro “Callejeros”. En él se analizó la situación de las barriadas malagueñas Palma-Palmilla. Desde el punto de vista audiovisual, el trabajo del pasado viernes tuvo ritmo, cierta gracia, un buen estilo periodístico, una excelente realización técnica y, sobre todo, un contenido interesante. En una palabra, enganchó al público. Pero… le faltó la segunda parte. Una verdad a medias es una gran mentira. El gran publico de toda España (y del mundo entero, You-tube presenta ya los fragmentos más importantes) ha conocido la parte más sórdida y depauperada que dicho barrio puede presentar.                        La Palmilla es una barriada que ha recogido la herencia de generaciones a las que  difícilmente ha podido llegar la cultura por falta de medios. Sencillamente, durante muchos años, bastante tenían con buscar los garbanzos de cada día. Un barrio-gueto que ha recogido los supervivientes de zonas marginales derruidas por la especulación urbanística. Algunos de ellos, procedentes de unas barracas que se derruyeron para no ser vistas desde la Rosaleda durante el mundial del 82.                            Los políticos miran para otro lado. El tema es de difícil solución y de poca rentabilidad política. Pero hay otro grupo de personas que trabajan allí. En la Palmilla hay mucha gente humilde que lucha por la promoción de su barrio. Otros vienen de fuera a echar una mano. Un grupo de  Asistentes Sociales  intenta mejorar el status social y sacar de la pobreza y la marginación a muchos de sus habitantes. Dos Parroquias con sus Caritas, varias comunidades de monjas, alguna Iglesia Protestante y un montón de voluntarios de todo tipo  se parten el pecho por sus semejantes.                                          Los casos sangrantes que se presentaron en el programa de marras no reflejan toda la verdad de un barrio. En especial, el de la anciana con problemas que servía de mofa a unas jóvenes no recogió el tema en toda su dimensión. Se presentó sin el debido respeto a una mujer visiblemente enferma que podía ser la madre de cualquiera de nosotros, a quien las cámaras grabaron sin permiso. Este caso, como muchos de los presentados son atendidos por voluntarios (cristianos o no, que ahora no viene al caso) que intentan mejorar lo que en dicho “testimonio-reality” parece imposible de arreglar. A la hija de esta mujer se le ha buscado un trabajo y se le ayuda a buscar una casa mayor fuera del gueto para poderse llevar a su madre y sus hermanos enfermos.                           Tampoco se recogieron otra serie de realidades; las monjas de la escuela-puente que cuidan  cientos de bebés que están suficientemente alimentados, limpios y cuidados. En las Caritas parroquiales hay talleres de formación para madres. Se ha puesto en marcha la Asociación Benéfica el Biberódromo para atender prematuros y sus madres. Hay clases para adultos. Los Trinitarios se ocupan de la población reclusa. En una palabra. Hay otra Palmilla. La del “Proyecto Hogar” que se reúnen en asambleas zonales desde hace años.                             Este humilde “escribidor” está reciente y flamantemente licenciado en Comunicación Audiovisual. Me comprometo a hacer “gratis et amore” una segunda parte del programa donde se refleje la otra mitad que completa la verdad del tema. La buena noticia también informa…  forma…y entretiene. Una verdad a medias es una gran mentira. Decía Jean Dolent: “La verdad desnuda no es toda la verdad”, y el amigo Nietzche aseveraba “Todas las verdades que se callan se vuelven venenosas”.                              Los vecinos del barrio están razonablemente indignados. A los políticos… posiblemente les de lo mismo. Mientras los voten…Con no pasar por allí… Pero la labor de esas muchas personas, entre las que humildemente me incluyo, que se están partiendo el pecho para mejorar las condiciones de vida de unos hermanos, no debe ser silenciada. Decía Cicerón: “La verdad se corrompe con la mentira y con el silencio”.                             Que se anime alguna cadena, o que la animemos entre otros. Existe otra maravillosa y esperanzadora Palma-Palmilla. Y unas monjas con redaños que se están partiendo el pecho con sus vecinos. Hay más “callejeros” que los presentados en Canal Cuatro.