Entre columnas

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                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 30 de noviembre de 2015

ENTRE COLUMNAS

El pasado jueves pude volver atrás un montón de años la vista y los recuerdos. Más de sesenta otoños. Volví a recordar mis tiempos escolares en el Colegio de San Agustín. Allí se publicaba una revista de la que conservo aun varios ejemplares. Se llamaba  “Entre columnas”, haciendo un guiño a aquél patio donde nos poníamos en cola para cualquier cosa y en el que cada domingo recibíamos el boletín de notas después de la misa.

Nos reunimos para comer -muy cerca de nuestro antiguo colegio- treinta y ocho chavales -más de tres mil años en total- que somos antiguos colegiales de aquél bello caserón de calle San Agustín. Allí rememoramos aquella foto de las clases -que alguien aportó- de la tercera, de segundo o de sexto, en los escalones en los que posábamos todos los cursos durante un montón de años y nos buscamos con ilusión entre aquellos niños repeinados de chaqueta y corbata. Recordamos a compañeros y profesores. Los que se han marchado y los que quedamos. Afortunadamente la historia se repite. Curiosamente este año ha coincidido con el 25 aniversario de la salida hacia la universidad de la promoción de mi hijo mayor del Colegio de los Olivos.

En ese almuerzo hemos vuelto a aquellos años escolares. Aquellos niños de mi clase, hoy cargados de años, de canas y de vivencias que hemos sido protagonistas de la historia de Málaga de la segunda parte del pasado siglo y los primeros años del presente. Una generación que goza de una merecida jubilación pero que hemos dejado un mundo un poco mejor que el que nos encontramos. Una generación de empresarios, profesionales de todo tipo y funcionarios. Curiosamente no nos acompañaba ningún político. Y seguro que los hubo. Yo recuerdo alguno que también ha aportado lo que ha podido.

Tiramos de recuerdos y de pasado. Hablamos de suspensos y de deporte. De las primeras novias y de la mili; unos voluntarios para escaquearse y otros en aquel Montejaque de las Milicias Universitarias. Una generación de la posguerra que ha vivido una etapa muy interesante de Málaga, de España y del mundo.

La conclusión. Una foto de treinta y tantos puretas. Un deseo de vernos el año que viene y una petición: que nos conserven nuestro viejo Colegio de San Agustín. Que como les dejemos… acabarán por cargárselo. A ver que podemos hacer.

 

 

 

columnas de san agustin

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 26 de noviembre de 2015

ACTITUD, APTITUD Y CORAZÓN

Han caído en mis manos un par de folios manuscritos redactados por el hoy Papa Francisco que entonces aún era el Cardenal Bergoglio. No tienen desperdicio. En ellos revela su actitud, su aptitud y su corazón.

 

Como tantas otras veces me he ido al diccionario a fin de corroborar mi idea de lo que significan estos conceptos. Su definición es la siguiente:

Actitud.-Capacidad de una persona o una cosa para realizar adecuadamente cierta actividad, función o servicio.

Aptitud.- Manera de estar alguien dispuesto a comportarse u obrar.

Corazón.- Animo o valor. Sentimientos.

 

Ciertamente el Papa Francisco esta viviendo su papado con una excelente actitud basada en su formación intelectual y su vida en la cercanía de los alejados… de las “periferias”. En una aptitud rayana, a veces, con el sufrimiento, aguantando el tirón ante el inmovilismo o el desconocimiento de muchos de la verdadera misión de la Iglesia. Finalmente… corazón. Lo pone en cada una de sus homilías, documentos, intervenciones en los medios y viajes.

 

Hoy mismo me ha puesto los vellos de punta con su aplomo ante lo que está cayendo. Le preguntan en el vuelo hacía diversos países africanos -considerado por todos como de “altísimo riesgo”- que si tiene miedo a algo de este viaje. Contesta con su cachaza argentina: “a que me piquen los mosquitos”.

 

El Espíritu ha estado grande con nosotros enviándonos ese ejemplo vivo de actitud, aptitud y corazón. Nosotros, los mayores, los pertenecientes al “segmento de plata”, presumimos de aptitud porque nos consideramos formados, de actitud porque vivimos en “la verdad” y de corazón porque decimos que queremos a todos. Mentira. Aprendamos de Francisco, seamos abiertos, receptores de ideas; transmisores de Evangelio y de buenas noticias, no de enfermedades y esquelas. Sin miedo. Con un corazón cansado pero abierto a los demás. Abiertos a nuestro metro cuadrado y a los de la periferia que nadie escucha. Nos sobra tiempo. Tan solo tenemos que salir de nuestras seguridades.

 

viaje del papa a africa

Excusa

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                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 23 de noviembre de 2015

EXCUSA

Nuestra sociedad está constantemente poniendo excusas para todo cuanto hace, piensa y dice. Proclama a voz en grito una serie de justificaciones que lo único que significan es lo que representan: balones fuera.

Desde el principio de los tiempos se han basado la creencia en Dios, o la ausencia de la misma, para someter, abusar, invadir, matar y sojuzgar a cuantos les han parecido oportunos. Excusas.

Y seguimos con la misma. A escala mundial, a escala nacional, a escala regional y a escala local. Ponemos a Dios o a su ausencia como motivación para justificar nuestras actuaciones. Otra excusa.

No reconocemos que es el dinero o el poder lo que activa las guerras y el terrorismo. E invocamos a Dios para justificar nuestros deseos de ser más que los demás o poder más que los demás. Excusas.

Algunos, mientras proclaman su increencia, organizan festejos de todo tipo en primavera o en invierno disfrazados de fiestas navideñas (creadas para conmemorar el nacimiento de Jesús) o de desfiles procesionales (que nacieron para recoger una catequesis sobre su pasión y muerte). Excusas.

Organizamos romerías en honor de la Virgen María que algunos aprovechan para otras actividades. Bodas y primeras comuniones se convierten, con la excusa del Sacramento en fiestas con celebraciones excesivas.

Concretando: en una sociedad cada vez más laica y de espaldas a Dios, se sigue utilizando su nombre y su mensaje como motivo para invadir, agredir, matar o eliminar personas o pueblos enteros en función de los caprichos de quienes manejan el cotarro; los adoradores del dios dinero. Y por eso se siguen celebrando las navidades y todo lo celebrable. Porque dejan dinero. Por eso siguen habiendo guerras. Porque dejan dinero.

La buena noticia de hoy me la indica el calendario. Comienza el Adviento. El tiempo de preparación de los hombres de buena voluntad para recibir la paz que emana del mensaje de aquel sencillo hijo de carpintero que nació en Belén hace más de dos mil años. Un mensaje que tiene poco que ver con los regalos, las luces y las bombas. Él sigue llenando de esperanza a un mundo que va por mal camino, pero que entre todos tenemos que mejorar. Sin excusas. Dejemos de utilizar el nombre de Dios en vano.

Adviento3

 

 

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 18 de noviembre de 2015

MI VECINO DE ABAJO

 

Aun hoy, cuando visito la página Web donde se recogen estos segmentos, me encuentro debajo de mi columna la de José Luís Navas que ya se encuentra con el Padre. Un sentimiento de tristeza, y de paz al mismo tiempo, me invade al aceptar que es la última con la que nos ha bendecido desde su permanente encuentro con Jesús de Nazaret y su ejemplo de vida. Dándola a los demás hasta el último momento. Lo que pretende recoger y fomentar estos segmentos de plata.

 

Conocí a José Luís a través de las ondas. Mi afición taurina me llevaba a sintonizar Radio Nacional de España en cuya parrilla se emitía un programa escrito por D. Juan Cortés (padre) y locutado por J.B. Ocaña y José Luís Navas. D. Juanito y el “enterao” se llamaba dicho espacio que estuvo años en las Ondas. Después aquel Maestro Nacional reconvertido en periodista subió como la espuma hasta los más altos espacios nacionales de la comunicación. Al jubilarse volvió a Málaga y siguió escribiendo como los ángeles.

 

La realidad es que yo he hablado, y discutido con él, más de Dios que de ningún otro tema. Su paso por los evangelistas no impidió el que siguiéramos compartiendo, junto a Chelo, su esposa, nuestras inquietudes religiosas. Finalmente, en un acto sublime y difícil de reflejar, volvió a la madre, la Iglesia Católica, en la que se formó desde entonces especialmente desde los estudios teológicos correspondientes y en su vida. La difícil vida con que Dios le ha distinguido.

 

José Luís, además, era un disfrutón de su entorno. Un conversador excepcional, un experto enólogo activo, un diplomado en flamenco, y tantas otras cosas que le hicieron imprescindible en cuantos foros a los que se asomaba.

 

José Luís ha dignificado el periodismo, la amistad y el dialogo. Pero sobre todo se ha ido con la satisfacción de dedicar excepcionalmente los últimos años de su vida a su familia, a la comunicación y, sobre todo a transmitir el Amor de Dios que irradiaba por todos sus poros. Pediré. No por ti. Sino por tu mediación.

 

     José Luís, ya eres bienaventurado. Feliz.

navas

 

 

Arde Paris

15 f, 15

bandera de francia

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 16 de noviembre de 2015

ARDE PARIS

En la novela con este titulo publicada en 1964 por Collins y Lapierre se relata los últimos días de la ocupación de Paris por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que los taxistas parisinos cargaron con las tropas que liberaron la “ciudad luz”. Los primeros carros que entraron por los Campos Elíseos iban tripulados por españoles adscritos a la resistencia francesa. Un ejemplo de solidaridad. En estos días Paris ha vuelto a arder por la invasión del terrorismo.

Mi mente se ha alimentado durante años de las imágenes que captaba a través de los libros, lo que me permitió viajar ampliamente en el tiempo y el espacio. Todo ello había creado una cercanía con ese Paris que jamás había pisado. Pero, al final, ya bastante mayor, he conseguido viajar a Paris en diversas ocasiones, beber absenta en un “bistró”, cenar en “les champs elysées”, visitar el Louvre y los Inválidos, subir a la torre Eiffel, recorrer el Sena en el “bateau mouche” y presenciar un espectáculo en el “Moulin Rouge”. He visto, junto a mi Ani, la ciudad desde el Sacre Coeur, la Iglesia de Notre Dame y deambulado por la “rive gauche”. Para completar mis sueños estuve en la puerta de “chez Maxims” y en la prefectura de policía de La Cité y el Quai d’Orsay de las novelas policíacas.

Como verán un recorrido de “guiri” hispano que ha acrecentado mi amor por la capital del Sena. El viernes noche  sufrí mucho con los parisinos. Una gente especial. Acostumbrada a la presencia de turistas de todo el mundo. A gente que los visite en son de paz; no a destrozar su paz, sus vidas y sus esperanzas de futuro. Más de un ciento de personas se han quedado en el camino destrozados por una gente que tan solo piensa en hacer daño. Mientras más mejor. Un viernes 13 negro que recogerán algún día las pantallas como una pesadilla.

Llevo casi doce años escribiendo pacientemente cada semana una “buena noticia”. Sin faltar ninguna. Buscándola casi con lupa muchas veces. Tras casi 600 buenas noticias hoy iba a considerar esta como una triste noticia. Y lo es. Pero una imagen y un sonido me han puesto los pelos de punta y han deshecho el velo de tristeza de mi imaginación. Surgió a las tantas de la noche. En un noticiario que se iban sucediendo en los informativos de todo el mundo. En un momento concreto se pudo ver como salían por un túnel los espectadores del partido de futbol que se estaba celebrando en esa noche trágica. De pronto, no sé como, ni porqué, comenzaron a cantar “la marsellesa” en el mismo tono de aquellos taxistas de Arde Paris. La “grandeur” de la France resurgió como en tantas otras veces. Una buena noticia. Un pueblo que ama su país y se une alrededor de su himno. ¡Qué envidia!

Saldrán adelante. Como lo hicieron los madrileños y los “newyorkinos” que sufrieron experiencias similares. Esta vez, los parisinos han dado la talla.

Allons enfants de la Patrie”. Hoy me siento muy cerca de vosotros.

Arde Paris

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                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 16 de noviembre de 2015

ARDE PARIS

En la novela con este titulo publicada en 1964 por Collins y Lapierre se relata los últimos días de la ocupación de Paris por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que los taxistas parisinos cargaron con las tropas que liberaron la “ciudad luz”. Los primeros carros que entraron por los Campos Elíseos iban tripulados por españoles adscritos a la resistencia francesa. Un ejemplo de solidaridad. En estos días Paris ha vuelto a arder por la invasión del terrorismo.

Mi mente se ha alimentado durante años de las imágenes que captaba a través de los libros, lo que me permitió viajar ampliamente en el tiempo y el espacio. Todo ello había creado una cercanía con ese Paris que jamás había pisado. Pero, al final, ya bastante mayor, he conseguido viajar a Paris en diversas ocasiones, beber absenta en un “bistró”, cenar en “les champs elysées”, visitar el Louvre y los Inválidos, subir a la torre Eiffel, recorrer el Sena en el “bateau mouche” y presenciar un espectáculo en el “Moulin Rouge”. He visto, junto a mi Ani, la ciudad desde el Sacre Coeur, la Iglesia de Notre Dame y deambulado por la “rive gauche”. Para completar mis sueños estuve en la puerta de “chez Maxims” y en la prefectura de policía de La Cité y el Quai d’Orsay de las novelas policíacas.

Como verán un recorrido de “guiri” hispano que ha acrecentado mi amor por la capital del Sena. El viernes noche  sufrí mucho con los parisinos. Una gente especial. Acostumbrada a la presencia de turistas de todo el mundo. A gente que los visite en son de paz; no a destrozar su paz, sus vidas y sus esperanzas de futuro. Más de un ciento de personas se han quedado en el camino destrozados por una gente que tan solo piensa en hacer daño. Mientras más mejor. Un viernes 13 negro que recogerán algún día las pantallas como una pesadilla.

Llevo casi doce años escribiendo pacientemente cada semana una “buena noticia”. Sin faltar ninguna. Buscándola casi con lupa muchas veces. Tras casi 600 buenas noticias hoy iba a considerar esta como una triste noticia. Y lo es. Pero una imagen y un sonido me han puesto los pelos de punta y han deshecho el velo de tristeza de mi imaginación. Surgió a las tantas de la noche. En un noticiario que se iban sucediendo en los informativos de todo el mundo. En un momento concreto se pudo ver como salían por un túnel los espectadores del partido de futbol que se estaba celebrando en esa noche trágica. De pronto, no sé como, ni porqué, comenzaron a cantar la Marsellesa» en el mismo tono de aquellos taxistas de Arde Paris. La “grandeur” de la France resurgió como en tantas otras veces. Una buena noticia. Un pueblo que ama su país y se une alrededor de su himno. ¡Qué envidia!

Saldrán adelante. Como lo hicieron los madrileños y los “newyorkinos” que sufrieron experiencias similares. Esta vez, los parisinos han dado la talla.

Allons enfants de la Patrie”. Hoy me siento muy cerca de vosotros.

bandera de francia

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 12 de noviembre de 2015

VESTIDO DE PRINCESA

Todos queremos lo mejor para nuestros hijos o nietos. Es lógico que nos preocupemos de que no se sientan jamás discriminados ni minusvalorados por los demás. Esta situación es aprovechada por nuestra sociedad de consumo que propicia cuantos actos puedan estimular el deseo de sobresalir o, cuando menos, equipararse con los demás.

Nos gusta disfrutar de los momentos puntuales en que se producen cambios en nosotros mismos o en los nuestros. Desde siempre se han celebrado las bodas, los nacimientos, el paso a la pubertad y, desgraciadamente, el fallecimiento. Se ha procurado subrayar esos momentos con fiestas y atuendos especiales. Así se ha querido resaltar el estado de alegría o tristeza inherentes al hecho o acto que se celebra.

Lo de la primera comunión es otra cosa. Se trata de la incorporación preparada y meditada a la Iglesia Católica en la que se entra en común-unión. Para llegar a este encuentro entre el neo comulgante y la comunidad, el aspirante ha pasado por un proceso de preparación (catequesis) que se ha desarrollado durante varios años.

El pasado sábado tuve la suerte de asistir a la Eucaristía de los niños en la Parroquia de Santa Inés de Málaga. Una auténtica fiesta. Un templo atiborrado de padres, hijos, abuelos y hermanos. Una celebración familiar del día del Señor. Nada que ver con trajes de princesa o de marinero, ni petición de prestamos para celebrar la comunión con banquetes, ordenadores y viajes a Disneylandia. Eso es otra cosa.

El problema, para nosotros los cristianos, consiste en la perseverancia. En la creación de espacios familiares donde se pueda seguir celebrando el día del Señor una vez pasada la fecha señalada de la primera comunión. Un ambiente agradable para aquellos que quieran seguir viviendo el cristianismo a diario.

Lo del “vestido de princesa” y “la comunión civil” del Rincón de la Victoria, no se mantiene en el ámbito de lo consecuente. He podido leer un artículo bastante atinado publicado en la Opinión de Málaga el 11-11-15 de Gaby Beneroso. Les recomiendo su lectura. No se como piensan justificarla ni que tipo de formación realizaran para la misma. ¿Con qué o con quién deberán estar en comunión? ¿Con las ideas del partido en el gobierno? No sé. No sé.

La cosa va a más. Hace unos días alguien me comparó un desfile de unos cuantos disfrazados de Star-Trek con una procesión civil. Todo se andará. Me sigo quedando con los que se preocuparon de acompañarme desde la Iglesia en mis años adolescentes. Nunca se lo agradeceré suficientemente.

La abuela

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                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 9 de noviembre de 2015

LA ABUELA

Días atrás fui testigo de un acontecimiento que me indujo a reconciliarme con esta sociedad emergente cuyas actitudes cada vez me gustan menos. Fue como si en medio del desierto me topara de improviso con unas palmeras que circundan un manantial de agua fresca. Así me sentí días atrás en ¡un entierro!

Me consta que entre los géneros periodísticos se incluye el obituario. Una palabrota que indica “sección del periódico que recoge las noticias necrológicas”. En su día gozaron de mucho predicamento. Especialmente crearon escuela  las del ABC y La Vanguardia. En nuestros días ya casi no se publican. Ni siquiera las esquelas de pago que están en desuso.

Sin embargo, hoy voy a recoger una especie de obituario digno de figurar como mi buena noticia de la semana. La celebración de una misa de Gloria (no un funeral al uso) en honor, agradecimiento y recuerdo por una Abuela. La pongo con mayúsculas porque así se lo merece. La abuela Pilar era una mujer de 96 años que llevaba su vida como una proyección de su nombre. Era el pilar en el que se sustentaban y apoyaban casi un centenar de descendientes directos y otros tantos de la periferia (entre los que me incluyo). Una mujer de esa generación que ha conocido una república, una guerra civil, una dictadura, una democracia convulsa y naciente, la muerte de varios hijos a una edad prematura, bodas, bautizos, separaciones, ruinas y etapas prosperas. Noventa y seis años de vida sentada en una mesa de camilla o arrimada a la cocina donde, como dijo uno de sus nietos “siempre estaba el aceite caliente para servirle un huevo frito al que entrara por la puerta”.

En las despedidas de los cementerios se nota cuando se trata de un “cumploymiento” o de un “siento, no miento”. Pocas lágrimas y mucha complicidad. La tristeza de la muerte y la alegría de haber compartido nuestra vida con alguien que, desde el silencio y el servicio, era el nexo de unión de tanta gente. A su alrededor los problemas se minimizaban o se suprimían y su figura fue sustituyendo la de cuantos se iban quedando por el camino. Ha sido madre de sus nietos huérfanos, refugio de los mayores perdidos en los avatares de la vida y faro que irradiaba luz a cuantos la rodeaban.

Una hija, esposa, madre, abuela, bisabuela, suegra, tía, amiga. Una mujer. Pensaba decir “Que Dios la bendiga”, pero me quedo con la idea de “que Dios nos bendiga con su ejemplo».

mesa camilla 2

El Cristo roto

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El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 5 de noviembre de 2015

MI CRISTO ROTO

 

Hace muchos años se puso de moda declamar por los rapsodas de aquellas tardes culturales, los diversos poemas realizados sobre el Cristo Roto. Proliferan las versiones del mismo; en texto, en audio y en video. Hasta alguna película se ha rodado basándose en este tema. Hoy tenemos ante nosotros la cruda realidad, que como siempre iguala o supera a la ficción.

Han destrozado y tirado por tierra el Cristo que preside mis eucaristías veraniegas. El Cristo de Lo Cea, en la torre de Benagalbón, la parroquia que arropó a mi amiga María Tapia durante toda su vida. Se trata de un crucificado realizado en serie por alguna industria de las que quedan en Olot dedicada a la imaginería. Sencillo y pobre. Como corresponde a lo que representa.

Ha sido en la noche. En la noche de la incultura y el vandalismo. En la noche en que nuestros niños aun se han esmerado en el culto a lo negativo y a la muerte inducidos por las costumbres “modelnas”. En esa noche alguien ha procurado el reverdecimiento interesado de la eterna lucha entre el Cristianismo y el Islam. En este caso claramente favorecido por el anticlericalismo militante de los movimientos políticos “culturales”.

Esto es nada comparado con el maltrato a los “Jesús” vivos de las pateras, del paro, del desamparo de los niños, los ancianos, los refugiados y los enfermos. De las familias desestructuradas y de los jóvenes pendientes del botellón, educados por los programitas tipo Adán y Eva o mujeres, hombres y… lo que sea.

Me ha dolido la imagen de ese Cristo roto por los suelos. Claro que sí. Pero sigo pensando en los otros. Los de cada día.

cristo roto

Foto Diario Sur

La palmilla

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                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 2 de noviembre de 2015

LA PALMILLA

Hoy es un día de difuntos y de americanadas horribles. Prefiero aprovechar el tiempo para hablar de vivos. De personas a las que la sociedad mediática condena sin conocerlos y cuya imagen corre por las televisiones como ejemplo de barrio conflictivo e irrecuperable.

He tenido la oportunidad de conocerlo un poco más a fondo a lo largo de la semana pasada. He mantenido entrevistas con los agentes sociales y familias que desde hace años se ocupan y preocupan de mantener la antorcha de la esperanza y la ilusión para dejarles a sus hijos un mundo mejor que el que ellos recibieron.

Un barrio de aluvión (nunca mejor dicho, se inició con motivo de las inundaciones de aquel 26 de febrero de 1958 en que la riada arrastró las chabolas del Arroyo del Cuarto) que se completó con el propósito de adecentar los alrededores del estadio de la Rosaleda con motivo del mundial 82. Allí surgió a su alrededor La palma, la palmilla y la virreina. Un distrito con más de 30.000 habitantes (como un pueblo muy grande). Con problemas y realidades; con luces y sombras.

Pero he podido comprobar que los niños, el futuro, están en buenas manos. En lo deportivo (tienen cientos de niños y jóvenes de todas las edades en los equipos de futbol), en lo formativo (unos colegios excelentes, muy bien dotados y regentados) y en lo lúdico (unos centros sociales perfectamente pertrechados e instalados).

Lo que más me ha ilusionado, y esta es mi buena noticia de hoy, ha sido la integración de los responsables del crecimiento del barrio en todos los aspectos. Los trabajadores sociales, los educadores, los monitores deportivos, las asociaciones vecinales las Parroquias y las Caritas parroquiales, la Iglesia del “culto” donde recogen y ayudan a los abundantes grupos de gitanos que habitan en el barrio y tantos grupos de voluntarios que se empeñan, y están consiguiendo, cambiar el futuro.

Una pequeño –o gran- ejemplo de la fusión de razas, nacionalidades, religión y culturas. Subsaharianos de piel oscura, rumanos y procedentes de los países nacidos de la URSS, marroquíes, hispanoamericanos, españoles de todo tipo, etc. Una pequeña ONU en la que casi todos se entienden y adaptan perfectamente a nuestras costumbres.

Por encima de todo a la forma de ser de los malagueños. Un espíritu que asumen inmediatamente. Alegría, cante y solidaridad. Después… están las ovejas negras. Pero no son tantas. Poquito a poco las iremos blanqueando.

palmilla