LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

                                            Málaga  31 de diciembre de 2023

   En Navidades te llegan recuerdos a través del Whats-App que te retrotraen a momentos importantes de toda una vida

    Sin ir más lejos, ayer me llegó una versión de esta canción del prolífico músico mejicano Agustín Lara, que estrenó Ana María González en 1941. Después, a lo largo de los años, nos han llegado una infinidad de interpretaciones de la boca de todo tipo de cantantes: melódicos, líricos, rancheras, etc.

     Confieso que soy un apasionado de toda clase de música. Pero hace años que no me gusta casi nada de lo que surge en estos tiempos. En especial todo lo que tiene que ver con el rap, el “perreo”  y la música que presentan tipos estrafalarios con pinta de narcotraficantes.

     A lo largo de los compases de esta canción se van desgranando ese momento que ha marcado toda nuestra vida. Me permito transcribirles el texto, que no tiene desperdicio:

 “Solamente una vez, amé en la vida
Solamente una vez y nada más

Una vez nada más, en mi huerto brilló la esperanza
La esperanza que alumbra el camino, de mi soledad

Una vez nada más, se entrega el alma,

con la dulce y total renunciación

Y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse
Hay campanas de fiesta que cantan en el corazón”

       ¿Qué me dicen ustedes? Estoy seguro que todos lo hemos vivido en algún momento y que disfrutamos recordándolo “solo una vez”. Si le quieren poner música, en Internet he podido encontrar hasta 29 versiones. Desde Pavarotti hasta Elvis Presley. Desde Bing Crosby hasta Nat King Cole. Desde Raphael o Julio Iglesias hasta José Carreras. Y un montón de cantantes mejicanos que la bordan.

   Mi buena noticia de hoy es que aun nos quedan los recuerdos. De momentos únicos, de boleros susurrados, de letras de canciones que se entienden y llevan un mensaje, de músicas orquestales que te retratan paisajes. Para eso tenemos todo un año, a partirde mañana, para volver a vivirlo compartiéndolo con un presente lleno de esperanza.

             Feliz año 2024

ELFIDIO ALONSO

28 f, 23

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 28 de diciembre de 2023

(Dedicado a mi amigo Cayetano Mejías)

  Detrás de este nombre complejo, nos encontramos a un músico al que hemos conocido siempre por su obra más importante: Los Sabandeños

     Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar un concierto emitido por televisión desde la maravillosa isla de Tenerife. Amén de por su calidad, el evento me emocionó por la cantidad de intervenciones como solistas de muchos de los componentes de los Sabandeños. Todo un ejemplo de participación que manifiesta la ausencia de “figuras” en el grupo.

    Este coro, nacido en el 1965, está formado por una gran parte de aquellos iniciadores de la aventura, a los que se han ido incorporado a lo largo de los años otros componentes. En su mayoría pertenecientes al segmento de plata. Me impactó especialmente la figura de Elfidio, autor de muchas de las piezas que interpretaron, que desde una silla de ruedas y con graves dificultades de movilidad, no dudó en dirigir el grupo y participar en el concierto en la medida de sus escasas posibilidades.

     Todo un ejemplo para aquellos que se escudan en la edad para apartarse de la actividad y dedicarse a envejecer quejándose de todo y de todos. Bajo esas capas canarias, se encontraban muchos años de vida y muchas horas de ensayo, que les permitieron embelesarnos con un repertorio lleno de música canaria así como hispanoamericana. Pudimos oír boleros, pasodobles y piezas guanches que nos hicieron rejuvenecer muchos años.

     También he dedicado este artículo a mi amigo Cayetano. Un rondeño asentado en Tenerife (mi proveedor de puros palmeros), que vive allí pero disfruta aquí. Otro ejemplo de un casi ochentón con pinta de indiano, que sabe disfrutar de la vida, de la Semana Santa malagueña, del verano en la torre de Benagalbón y de la comida con aquellos que compartimos nuestra infancia y adolescencia. Esos que nos reunimos cada primer viernes para compartir el pan y la amistad.

     Escuchando a los Sabandeños cantar su sublime Islas Canarias”, además de tener que limpiarme alguna que otra lágrima,  me acordé de muchas personas que han pasado por mi vida y me han dejado su huella familiar y de amistad. Como aquella vieja tuna de la Escuela de Comercio, en la que cantábamos estas canciones. Como mi amigo Cayetano.

                             ElfIdio Alonso en el concierto

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

                                            Málaga  24 de diciembre de 2023

  

   Cada año, cuando llegan estas fechas, tengo que recordar a Frank Capra

      A este cineasta norteamericano, bastante denostado en su día, debo mi afición por el cine de los 40. Una etapa en la que no veíamos cine los niños de la época y que pude disfrutar con la llegada de la televisión que se ha ocupado de revisar toda su obra. Especialmente en los días navideños en los que no falta la proyección de “Qué bello es vivir” en muchas de las cadenas.

     He disfrutado de su “Vive como quieras” y “Arsénico por compasión”. Películas que hacen un canto a la utopía. A la búsqueda de la felicidad a través del servicio a los demás. A la importancia de la influencia en la paz irradiada alrededor de nuestro metro cuadrado.

     Me acuerdo de Capra cuando llega la Nochebuena y, una vez más compruebo como ese espíritu navideño que proclama en sus películas, sigue brillando por su ausencia. El mensaje de ese niño Dios, nacido en una pequeña cueva de un pueblecillo perdido en medio de un territorio que entonces vivía sojuzgado por los próceres de la época, sigue resonando hoy en el escenario de unas luchas fratricidas terribles, que el mundo contempla como si se tratara de un espectáculo bélico lejano. Un motivo para llenar telediarios.

     He llegado a la conclusión de que debemos renunciar a arreglar el mundo. Tenemos que centrarnos en “nuestro pequeño mundo”, lejos del consumismo y la parafernalia lumínica, de cabalgatas de Reyes circenses en las que se ha perdido el valor específico de lo que representan, de anuncios en televisión de perfumes y colonias con una voz de “gilipuertas afrancesados” y de comidas de empresa que muchas veces acaban como “el rosario de la aurora”.

    Los gobernantes siguen luchando por el “quítate tú para que me ponga yo”. Sin pensar en el bien del pueblo y la concordia entre todos. Nos transmiten su “argumentarlo” embustero que renuevan cada día. Es muy difícil que así hagamos un mundo mejor. Nos rodean guerras distantes y distintas. Nos maleducan “gurús” de la comunicación, influencers y coachs. Nos rodea toda una saga de arribistas y desahogados.

      ¿Cuál es mi buena noticia de hoy?  Muy sencilla. La gente corriente, el españolito de a pie, se olvidará por un día de los problemas y recibirá al niño Dios en su corazón, acunado entre su encuentro familiar, en el que se le dará prioridad a los ancianos y a los niños, y las viandas que habrán aportado entre todos pensando en que “barriga llena a Dios alaba”.

    En mi casa seremos casi treinta. Bendecirá la mesa un niño y yo pronunciaré mi discurso anual pidiendo perdón por lo mal que lo he hecho. Como siempre me perdonarán. Seguiremos viviendo.

 FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

BENDICIONES

21 f, 23

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 21 de diciembre de 2023

  La palabra bendición viene como tantas otras del latín. Significa: bien decir

    En estos días se han sucedido las declaraciones extremistas, transmitidas por unos y otros, ante la aprobación por parte del Papa Francisco de un documento del DDF (antiguo Santo Oficio), por el que se autoriza que los sacerdotes bendigan a parejas homosexuales y a parejas de hecho heterosexuales.

     Inmediatamente han sonado las voces ¿autorizadas? de cuantos le interesan muy poco las “cosas de la Iglesia”, de las que presumen de pasar, pero que aprovechan cualquier momento para meter baza calificando las actuaciones de los que queremos seguir la Buena Noticia de Jesucristo.

      Para mi lo importante es que se bendice –se dice bien- a aquellas personas que tienen una relación no demasiada cercana a los cánones eclesiásticos, pero que demuestran con su vida, que están en el camino del amor, el proyecto común y el respeto, con el compañero-a, siguiendo las recomendaciones de Jesús de Nazaret.

     En todas las familias tenemos ejemplos de esas relaciones “irregulares”, pero a las que bendecimos “bien decimos” por su vida y actitudes. La Iglesia no ha hecho más que reconocer un aspecto de la sociedad en consonancia con “los signos de los tiempos”.

    Sean pues bienvenidos y bendecidos aquellas personas que hasta ahora se sentían alejadas de la comunidad por decretos que hoy se han superado en parte. Yo, como cristiano, me siento muy feliz por el paso dado que yo, pasándome un poco, había asumido hace años.

     En el examen final de nuestra vida, que se nos anuncia en el capítulo 25 de San Mateo, se nos habla de las condiciones para ser bendecidos. Ahí está el quid de la cuestión. Y que conste que no soy ni un exégeta ni un experto en teología. Pero me agarro a lo más sencillo. “Venid benditos de mi padre porque cuando tuve hambre, etc.”

      Ojalá todos nos dediquemos a bendecir –bien decir- a cuantos nos rodean en vez de buscarle los tres pies al gato. Tendremos un mundo mejor.   

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
Málaga  17 de diciembre de 2023

 

     Vivimos en una parte de la tierra a la que consideramos el ombligo del mundo

     Los países occidentales nos consideramos los más listos, los más fuertes, los mejor educados y los más guapos. Los hechos nos demuestran que no es para tanto. Cada día podemos observar como los orientales nos dan sopas con honda en el campo de la técnica y la investigación, así como los africanos, en toda suerte de deportes por  sus capacidades físicas. Los engreídos WASP norteamericanos, observan como gentes de todas las razas, religiones y procedencias, les van quitando poco a poco sus puestos privilegiados.

     Pero además, no solo se trata de conocimientos. También tenemos mucho que aprender de esas sociedades que consideramos tribales, pero que, pese a su escaso “progreso” económico –propiciado por las potencias colonialistas que les han ayudado muy poco-, mantienen sus tradiciones ancestrales que les convierten en ejemplo para una sociedad avanzada pero egoísta.

     Mi buena noticia de hoy me la proporciona la actitud de los habitantes de Costa de Marfil. Un país que, según he señalado en algún artículo, se encuentra en graves dificultades sanitarias y económicas. Pero hay algo que no han olvidado los costa marfileños. Su amor y respeto por los ancianos.  Como otros tantos países de la costa occidental africana, han vivido las etapas en las que sus pueblos eran asolados por los tratantes de esclavos y sometidos por la dictadura de sus colonizadores. Para colmo, su paso a la independencia está plagado de conflictos tribales y guerras civiles.

      Esta penosa situación política no les ha impedido seguir cuidando de sus mayores. La buena noticia de hoy se basa en que, aunque han conseguido montar una residencia de ancianos en Abidjan, la capital del país, esta se encuentra vacía de “clientes”.

    A diferencia de los países “avanzados”, donde los mayores son considerados como una carga y se propicia su “vejez dorada” en residencias y hogares más o menos lujosos, pero en los que le falta el calor de las familias, los africanos nos enseñan a amar y respetar a los mayores. Amadou Hampâté Bá, un escritor y etnólogo malí, defensor de la tradición oral, dictó una frase que pronto se hizo famosa: “En África, cuando un anciano muere, una biblioteca se quema”. Sus vecinos de Costa de Marfil así lo entienden y prefieren mantener a los ancianos dentro de sus hogares transmitiendo su sabiduría. Otra forma de entender la vida.

       Aunque no se lleve, sigo pensando que está totalmente vigente el refrán que nos indica “del viejo, el consejo”. Pero difícilmente les podemos escuchar si no los tenemos cerca. No todo está en la Wikipedia.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 14 de diciembre de 2023

    Parece ser que a nuestra escasa inteligencia natural la quieren sustituir con una nueva capacidad de comprender y discernir adquirida a plazos

     Lo que quiere decir que, a partir de ahora, en vez de esforzarnos y estrujar nuestra sesera, vamos a recurrir a los puñeteros algoritmos y el dichoso metaverso, para movernos por el mundo para no hacer más el ridículo. Las maquinitas en cuestión van a sustituir nuestras maltrechas neuronas por unas redes neuronales artificiales y nuevecitas, adquiridas a golpe de talonario.

    Es decir, que desde ya, los que quieran aprender algo o componer un poema, no necesitan ir a ningún tipo de centro de enseñanza. Se enchufarán a una maquina y saldrán de la misma con los deberes hechos y el título bajo el brazo. ¡Abajo el esfuerzo!

    He visto la luz. Ya no me tendré que aprender de memoria la Lista Real Sumeria que me trae por la calle de la Amargura. Durante los exámenes sentaré a mi I.A. en mi sitio y ¡ancha es Castilla!

    Hace unos días me preguntaban si a lo largo de mi provecta vida había observado el paso del progreso ante mi presencia. Contesté con un ¡buenooo! Desde que iba al colegio con pizarra pequeñita y pizarrín, hasta redactar este artículo en mi ordenador y publicarlo en los digitales inmediatamente. Desde escuchar “el parte” en una radio de capilla, hasta ver un partido de futbol en directo a través de mi reloj.

      He vivido la época en la que teníamos que pedir una conferencia desde Málaga con el Puerto de la Torre. Desde entonces hasta hoy, han pasado muchas cosas en pocos años. Lo más relevante es la rapidez con la que se desarrolla el progreso en todos los estamentos. En estos tiempos, se ponen en marcha innovaciones –al alcance de cualquiera- en una semana, mientras que los descubrimientos realizados a lo largo del siglo XX necesitaban años para desarrollarse y décadas para estar al servicio de unos pocos.

    Cantaban en la “Verbena de la Paloma”, una zarzuela de finales del XIX, que “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Fíjense lo que cantaríamos ahora. Los descubrimientos científicos nos adelantan por la derecha, por la izquierda y por el centro. Los adelantos de la ciencia nos desbordan y nos llevan cada día más cerca del “Mundo Feliz” de Huxley. Acabaremos comprando “soma” en los supermercados.

     Me niego a la mayor. Seguiré luchando con los nombres de Lagash y sus gentes a base de reglas nemotécnicas. La Inteligencia Artificial me ha cogido mayor.

LLORAR ES SANO

10 f, 23

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga  10 de diciembre de 2023

 

          En varias ocasiones -como el que oye llover- he oído hablar del “don de lágrimas”. Como con tantas otras cosas, que ni salen en la televisión, ni engordan ni son pecados, he pasado por encima de este concepto como si se tratara de otra idea trasnochada y “demodé”, propia de carcas y de gente de derechas. Hoy me he parado a analizarlo.

      A cuantos se les pregunta si lloran, o cuando han llorado la última vez, los encuestados responden que: casi nunca, o en último caso… cuando murió un ser querido. Lo confiesan con la sensación del que han cometido un acto vergonzoso. La mayoría de los seres humanos consideramos que el relajante ejercicio de llorar, va en detrimento de nuestra personalidad.

       Se llora de rabia, de pena, de risa. De tristeza o de alegría. Pero,  en general, se llora poco. “Los hombres no lloran”; “llora, llora como mujer…” etc. etc. El acervo popular nos bombardea con la reprensión, cuando no el veto, del relajante y tonificante ejercicio del “llorar a moco tendido”.

       El “Don de lagrimas”, brillantemente defendido por los místicos, es tratado en Internet como cosa de “colgados”, del tipo de Teresa de Jesús y Clara de Asís, o de “fanáticos que se evaden de la realidad eligiendo caminos de calado masoquista” (Ars medica). También es considerado como recursos de poetas, y otras muchas lindezas.

         Para mí, es un sano ejercicio de “vivir”, que me hace recuperar mí, a veces olvidado, sentido de ser humano, que ríe con el  que ríe y que llora con el que llora. Definitivamente yo soy un llorón… y a mucha honra.

         Mi buena noticia de hoy me la proporciona el descubrir que no estoy solo. De vez en cuando descubres gentes que, como tú, no ocultan sus sentimientos. Días atrás he tenido la oportunidad de comprobarlo. En un espacio concreto, lleno de jóvenes y algún mayor, alguien plantea una forma de relacionarse de manera que se consiga sacarle todo el jugo a la vida. De pronto, ante lo inesperado del discurso, varios de los asistentes –incluida la persona que organizaba el encuentro- comienzan a dejar asomar unas lagrimillas a sus rostros.

      En ese momento, todo el mundo se sintió mejor y más cerca de  los que se encontraban a su alrededor. Por una vez el corazón pudo más que la cabeza. Llorar es sano.

LOS ELFOS

7 f, 23

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                       Málaga 7 de diciembre de 2023

   Me estoy convirtiendo en un “abuelo cebolleta”. Posiblemente será porque soy viejo, cascarrabias y abuelo

     Pero es que estoy hasta las narices de tanto invento foráneo y de  la aparición de costumbres venidas de no se donde. Todas se acumulan alrededor de las celebraciones tradicionales y de los niños. Estoy en duda si es para traer “novedades”, o para intentar derrocar las costumbres ancestrales que tanto molestan a los “modelnos”.

      Entre los alcaldes, la Coca-Cola y los grandes establecimientos, se ha puesto de moda relegar el verdadero sentido de la Navidad, los Reyes Magos y cuanto tenga que ver con las creencias religiosas. (Ojo, las católicas. Las chinas y las musulmanas tienen puerta abierta). Muchas luces y poco mensaje.

    Hay colegios en los que se prohibe instalar nacimientos, pero si que proliferan las figuras de ese señor gordo, venido del norte, para anunciar bebidas refrescantes, montado en un trineo volador que me recuerda a ET. Los niños se están olvidando de los pastores, el río de plata, los borreguitos ante el portal y el niño Jesús. Pero saben el nombre de los renos volantes y ahora, lo que es el colmo, de los apelativos con que se denominan a los puñeteros elfos. Unos individuos raros que me recuerdan a un pinocho encanijado.

    Entre Tolken y Harry Potter nos han intoxicado – y por ende, han intoxicado a los niños- con estos seres diminutos, muy conocidos en los países escandinavos. Unos duendecillos de orejas puntiagudas y enormes ojos que “alguien” esconde por las casas esperando que hagan travesuras. Aquí, hasta anteayer, no les conocía nadie.

      Lo siento mucho, pero como vea por mi alrededor un bicho de estos, le pego un pisotón por si fuera una cucaracha. Seguiré poniendo con mimo mi nacimiento, en el que algunas de sus desportilladas figuras, de barro sobre alambre, tienen más de setenta  años. Exhibo con orgullo a un camello al que le falta una pata y al niño Jesús de siempre recostado en una pequeña piel blanca de borrego. Y los demás miembros de mi familia que pongan el árbol o lo que quieran.

     Zambomba, hojaldrinas y copa de aguardiente. Esas son las raíces que no podemos olvidar.

VENEZUELA

3 f, 23

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga  3 de diciembre de 2023

   Para los medios informativos hay lugares que se ponen de moda según convenga

    Este es el caso de ese país, que un día dependió de los españoles y que a lo largo de los siglos ha ido cambiando su estructura política y su manera de entenderse entre ellos. Hace unos cuantos años, con la llegada del nuevo régimen a aquel país, se sucedieron las elucubraciones sobre su maldad o bondad. Cada día se apelaba al derrocamiento de aquel gobierno y se sucedían las llamadas al auxilio de un país con muchos problemas. Otros países y otras controversias se han puesto de moda y nos hemos olvidado de los venezolanos.

    Todos sabemos que pertenecieron al la corona española, formaron parte de un virreinato y se independizaron a principios del siglo XIX de la mano de Simón Bolívar y de otros muchos. Crearon la gran Colombia que desembocó en la Venezuela actual. A lo largo de estos doscientos años han pasado por múltiples vicisitudes que ha desembocado en los gobiernos revolucionarios bolivarianos encabezados por Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

     Las consecuencias de estas alternativas políticas se pueden concretar en una realidad. Un país con muchos recursos y con una administración ineficaz, que le ha convertido en un país con muchas carencias y dificultades de todo tipo. Los caraqueños tienen la suerte de tener entre ellos a un embajador malagueño conocido por todos nosotros. El Padre Cacho.

       Cacho trabajó en Málaga durante muchos años con un resultado extraordinario que sigue patente entre nosotros: la parroquia del Buen Pastor, Teléfono de la Esperanza, trabajó con los jóvenes en maristas, la hermandad de la Crucifixión, etc.

      Cada año viene por aquí durante sus vacaciones y aprovecha para hacer “la recolecta” de fondos para ayudar a su parroquia en un arrabal de Caracas, en una especie de poblado de favelas, donde sus habitantes viven de milagro.

      Los modernos medios de comunicación nos ponen a tiro de whatsapp. Cuando surge el problema, recurre a sus amigos malagueños. Mi buena noticia de hoy me la proporciona una de esas llamadas. Nos envía una pareja de venezolanos que necesita imperiosamente enfocar su vida fuera de aquel país. Les manda para acá y les pone en nuestras manos. La solidaridad malagueña comienza a funcionar. Unos les dan acogida en su casa. Otros les apoyan en la búsqueda de documentación que les permita encontrar un empleo.

      En un par de horas se les pone en contacto con una entidad de ayuda al refugiado, donde les atienden en la medida de lo posible. No están solos. En este caso, por lo menos no nos hemos olvidado de un pueblo que está sufriendo. Como parece que ya no tenemos tan presente los problemas de Ucrania y Palestina. O de Marruecos y Burkina Fasso. Nos olvidamos demasiado pronto.

     Aquí hemos acogido a dos. De un conflicto que ya no está de moda. Esta vez han tenido suerte. Han topado con Cacho y los malagueños.