“El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

Mirar al interior

                                                       Málaga 29 de agosto de 2013   

A lo largo de nuestra vida nos vamos encontrando con personas que se encuentran fuera de los circuitos en los que nos movemos aquellos que nos autodefinimos como “normales”. Muchos años viviendo entre el mundo de la soledad y la marginación, me hacen “buscar las vueltas” de aquellas personas que me chocan por su actitud huidiza y de un enfrentamiento permanente con el mundo.

 

Hace tiempo que vengo observando a un hombre con estas características, con el que me encuentro en uno de mis lugares de ocio veraniegos. Mal encarado y mal vestido; con falta de muchas piezas dentales y un buen afeitado; con un lenguaje inadecuado y faltón. A su alrededor, hay muchos familiares que lo tratan con distanciamiento, mientras él, presume de su soledad e inadaptación a la vida familiar. Ha dilapidado su parte de la herencia y vive del trabajo que realiza cuando le apetece (es un buen profesional de lo suyo), comiendo y viviendo de cualquier manera y en cualquier sitio. Me parece adivinar que una parálisis infantil que ha marcado su vida (y hasta su nombre; le llaman por un apodo, cruel como todos, que define su dolencia) le ha dejado unas ostensibles secuelas, que, posiblemente, sean el detonante de gran parte de sus actitudes.

 

He aceptado el reto de acercarme a ese hombre. Me recibe con respeto y cierto distanciamiento. Pero no me rechaza ni me habla a voces como a casi todo el mundo. Hace unos días al ver la belleza de las flores del jardín del lugar donde nos encontramos, indagué y descubrí que era él quien las cuidaba. Me dirigí rápidamente hacia él y le felicité de corazón. Una sonrisilla cómplice se abrió en su desdentada boca y me comentó que esta era su gran aportación a un mundo con el que no se llevaba bien.

 

Volví a recordar la historia de “Los blancos dientes del perro” (una obra de teatro del escritor catalán Eduardo Criado que les recomiendo). Efectivamente, si nos preocupamos, conseguimos encontrar la parte buena de todos. Que la tienen. Lo importante es ver el interior. Quizás necesitan que les demos la oportunidad de demostrarla. Les acompaño la foto de una rosa que ha criado mi buen amigo. La he hecho hoy mismo. La recojo en su honor.

 

 

rosa torre benagalbón agosto 13

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga, 26 de agosto de 2013

“Er puente romano”

 

Cierto día de verano, hace ya de esto varios años, un amigo mío, cachondo por naturaleza, invitó a cenar a un grupo de matrimonios en un establecimiento de la costa oriental malagueña. Uno de los invitados –bastante “tisqui-misqui” por cierto- le preguntó que a donde iban a celebrar la cena. –En “er puente romano-, respondió sin dudar el interpelado. Sin más conversación, quedaron para las nueve de la noche en la Torre de Benagalbón. Junto al cuartel de la Guardia Civil.

 

A la hora establecida descendieron de unos vehículos pulcramente lavados para el evento, tres matrimonios engalanados. Ellas con traje de cóctel y ellos con chaqueta y corbata. El cachondeo fue general. Los invitados pensaban que iban a una sucursal del famoso Hotel Puente Romano de la milla de oro en Marbella. La realidad es que iban a un merendero ubicado debajo del puente que eleva la antigua carretera nacional 330 sobre el arroyo de Granadillas, en el límite  entre el Rincón de la Victoria y la Torre de Benagalbón.

 

Aparte de la anécdota, que termino con una excelente y agradable cena, “er puente romano” en sí, es una buena noticia. Se trata de un establecimiento fundado por el abuelo de los antiguos propietarios que se instaló, sin más pretensiones, en la desembocadura del citado arroyo, donde los pescadores de las diversas tripulaciones que echaban el copo en aquellas playas, se tomaban el “revuelto” matutino o el café y la torta Ramos. Al atardecer, asaban unos espetos y se tomaban sus “medias limetas” de blanco -a través de la cañilla- en la propia botella.

 

Poco a poco arrimaron unas mesas, ampliaron la minúscula cocinilla, ensancharon el recipiente de hierro para asar los espetos y popularizaron aquellos platos que se han tomado siempre en el lugar pero que no habían llegado al consumo del resto de los mortales. A saber: jureles grandes “espetaos”, berenjenas fritas con miel, fritura vegetal, revuelto de papas y pimientos, etc. Y llegó el éxito.

 

Los llenos son cotidianos. Hasta el punto de que yo voy menos por temor a soportar las largas esperas. El otro invento que aun no han patentado es el “libro de reservas”. Este se encuentra instalado en la pared de la cocina en forma de pizarras en la que se apunta –siempre lo hace el jefe- el apellido del cliente y el número de comensales. Cuando le toca el turno se vocea el apellido y a comer. Los precios son los adecuados para el género que se sirve. La factura se confecciona a pie de obra. El maître se te acerca a la mesa y, tras pedir permiso, se sienta en una silla y comienza a garrapatear la misma en el mantel ya usado. Te dice el total, cobra y cliente nuevo.

 

Otra manera de entender el negocio de la hostelería. Cerca de este establecimiento se han instalado otros que recogen a los clientes desesperados por la tardanza del puente. Pero no hay color, vale la pena esperar. Como le valió la pena a aquellos amigos de la broma el ponerse la corbata. Málaga es así. Gracias a Dios.

 

Puente “romano”, Foto del autor

 

 

 

 

 

 

 

 

puente romano 8-13 002

Por si acaso…

22 f, 13

“El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

Por si acaso

                                                       Málaga 22 de agosto de 2013   

Vengo observando que, pese al distanciamiento casi generalizado a la vivencia del cristianismo, por parte de las personas e instituciones de nuestro entorno, se sigue viviendo, cada vez más, un sentimiento de religiosidad popular alrededor de los acontecimientos lúdicos de cada día. Corporaciones de todo signo político han seguido manteniendo e incrementando su participación en actos de exaltación y presentación ante lo sagrado. Y así vemos que comienza la feria de Málaga con una ofrenda a la patrona en la que los medios resaltan especialmente lo que sucede antes y después del evento. En las plazas de toros, con lo que ha caído, se sigue manteniendo la Capilla a la que acuden muchos de los protagonistas –casi todos- de la corrida, antes de iniciar la misma. Los equipos deportivos también comienzan sus temporadas con ofrendas a sus respectivos patrones, así como también se han instalado en la mayoría de los estadios deportivos -modernos o antiguos- capillas a las salidas de los vestuarios. Casi como en los barcos, donde nunca falta una Virgen del Carmen con un farolillo encendido.

 

Todo esto me trae a la memoria una conversación que mantuve con un cofrade acérrimo, muy veterano, ya fallecido, en la que, en un rasgo de sinceridad, me confesó que no creía en nada. Al manifestarle mi extrañeza ante dicha incongruencia, me dijo que, además de sentir una gran devoción por la imagen de su Virgen, el pensaba que “podía” haber algo. Por eso continuaba en la brecha. Por si acaso.

 

      Me da pena de esta situación que es manifiestamente mejorable. Tan solo hay que dejar hablar más al corazón que a la cabeza. Vivir más los sentimientos que los pensamientos. Dejarnos invadir por el amor que Dios nos tiene y olvidarnos de las posturas ambiguas.  Normalmente esta situación llega a cada uno de nosotros ante las tribulaciones o la enfermedad. Entonces recurrimos a la oración que nos enseñaron nuestros abuelos o a la plegaria apresurada a la imagen religiosa de nuestra preferencia. Es curioso que cuando presenciamos en directo las reacciones de los espectadores de alguna catástrofe –que ahora vemos casi todos los días a través de videos aficionados- se escucha siempre la frase en Ingles “Oh my God”. Que podemos traducir por “Ay, Dios mío” castellano. Por si acaso.

 

Y sobre todo: respeto y congruencia. Por si acaso. Lo de la “procesión legionaria” de calle Larios, en plena feria y con participantes cercanos al mundillo cofrade, es amén de desagradable, censurable. Aunque algunos pasen la mano diciendo que es “cosas de la feria”.

capilla malagueta 2

Leer… leer

18 f, 13

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga, 19 de agosto de 2013

Leer… Leer

 

Vivo junto a una biblioteca pública. Para algunos, esta cercanía no parece tener mayor importancia, pero para mí sí. Mientras caminaba por los senderos de la infancia y la juventud, no tuve la posibilidad de acceder a la lectura que tengo ahora. En mi casa, como en casi todas, no había libros. Tan solo tenía la oportunidad de leerme la colección de Selecciones del Reader’s Digest que se encontraba en las estanterías de un tío mío que habitaba en otro piso de mi casa. Esta aproximación a la literatura pseudo-propagandística norteamericana -que mutilaba los libros, aunque dejaban el texto con su planteamiento, nudo y desenlace- me permitió conocer un montón de narraciones. Además, tuve la suerte de estudiar cinco años en calle Beatas con la posibilidad de acceder a la cercana biblioteca de la Diputación. Allí me bebí todas las aventuras de Salgari y de Verne, las novelas históricas y costumbristas de Blasco Ibáñez y Pérez Galdós. Para mayor gloria de mi conocimiento literario, posteriormente, descubrí la biblioteca de la Casa de la Cultura, donde me empapé de Cervantes y me zampé todos los premios Planeta publicados. Mi avidez lectora era tal, que hasta me leí los raídos volúmenes de una pequeña biblioteca que había en una glorieta a la entrada del Parque.

 

En cuanto pude disponer de unos pequeños fondos, me hice socio de dos instituciones que me han acercado mucho a los libros: El Círculo de Lectores y, sobre todo, la Librería Denisdesgraciadamente desaparecida-, de donde me surtí de enciclopedias y toda clase de libros, asesorado por Jorge o Pepe Denis. Estos libreros tuvieron el detalle de dejarme hurgar, tras el cierre de su establecimiento, entre los restos de sus existencias y que recogiera algunos textos que me interesaban. Ahora, gracias a Dios, obra en mi poder una colección de libros aceptable.

 

Como decía al principio, mis nietos y yo mismo, tenemos ahora una excelente biblioteca a un tiro de piedra. Y bien que lo aprovechamos. Uno de ellos se “carga” un libro diario. Estos niños creo que tienen más mérito que los de mi generación. Nosotros ni teníamos tele ni dinero para ver todos los programas dobles del Capitol o del Avenida. Estos, pasan por encima de la tele, del ordenador, de los juegos cibernéticos y del maldito WastApp, Wasap, Guasap, o como diantres se llame. Tiene guasa el invento. Mis nietos siguen viviendo sus propias aventuras en los libros que disfrutan.

 

Pero lo que más me gusta de la biblioteca cercana, es contemplar el rosario de lectores que acuden cada mañana a sus instalaciones para leer, sacar libros o estudiar. De todas las edades y extracciones. Desde luego aprovechan el verano. Y aquellos que la han emplazado en la casa de “peones camineros”, ampliada y rehabilitada, han tenido el gran acierto de seguir usando un edificio que ha estado desde siempre al servicio del pueblo. Primero de su carretera, y ahora como camino y vehículo para la cultura. Enhorabuena a los premiados. Que somos todos.

 

 

Biblioteca Manuel Alcántara. Torre de Benagalbón. Málaga

biblioteca manuel alcantar 003

“El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

                         Carlo María Martini

                                                       Málaga 15 de agosto de 2013   

Ha caído en mis manos un pequeño libro que me está permitiendo sobrellevar un verano lleno de malas noticias, de situaciones complicadas y de información tergiversada que me han llevado a plantearme mi futuro como persona, como periodista y como militante católico. Desde siempre vengo rumiando la necesidad que tenemos los seres humanos de madurar en nuestro pensamiento y en nuestra conducta. Para mí, este proceso pasa por que se unifique el trípode –siempre hay un trípode a mi alrededor- de la personalidad; cuando el pensar, el decir y el hacer sean una misma cosa.

 

El libro de Martini: un jesuita italiano fallecido hace un año, después de haber llegado a lo más alto como servidor de la Iglesia Católica. Fue nombrado Arzobispo de Milán en 1980, tras predicar unos ejercicios espirituales en el Vaticano. Posteriormente, Juan Pablo II, le nombró Cardenal en 1983. Durante años estuvo en todas las quinielas como papable. Pero creo que su mejor dimensión pastoral la manifestó como autor de un montón de artículos, libros y  escritos en general, que han presentado un cristianismo moderno, entendible y asequible.

 

Centrándonos en el libro: “El itinerario espiritual de los Doce”, un libro de los 70, revisado posteriormente y que aun está completamente de actualidad. El texto recoge una reflexión sobre el Evangelio de Marcos, en clave de ejercicios ignacianos. Les recomiendo los capítulos que recogen la llamada y las crisis, desde la cercanía del lenguaje llano y vivido, manifestando situaciones por las que hemos pasado y podemos pasar cada uno de nosotros.

 

Como resumen del libro he podido recoger la idea de que nos tenemos que sentir catecúmenos y llenos de ignorancia en el conocimiento de Jesús. Lo que nos identifica con los Doce Apóstoles, que no eran ni mejores ni peores que nosotros en su momento. Aunque tuvieron un Pentecostés que quizás nos haga falta vivir. Gracias al Cardenal Martini y al amigo que me ha pasado el libro. Estoy seguro que voy a seguir adelante. Desde donde me dejen. Todos tenemos derecho a un Pentecostés.

 

martini

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga, 13 de agosto de 2013

A corazón abierto

 

Intento sobreponerme del horror que ha supuesto para mi mente el contemplar un programa ¿divertido? realizado especialmente para las noches reposadas del verano. Han conseguido reunir a lo peor de cada especie dentro de la categoría de esperpentos –hoy se les dice “frikis”-, incluyendo una escritora de fama –por cierto, perdida en estos momentos- y que son atizados, cuando la cosa se tranquiliza un poco, por visitantes mas locos aun o por los familiares que se pelean con los presentadores en el plató. Una delicia.

 

Para calmarme releo el periódico. Me encuentro una noticia triste y una buena noticia. La triste: a los vecinos les molesta que se arregle un edificio en pleno barrio de la Trinidad, lleno hasta ahora de okupas y etc., a fin de instalar en el los servicios de “Los ángeles de la noche”, un comedor social que solventa los problemas alimenticios de miles de hermanos nuestros. Cosas veredes…

 

La buena noticia de hoy: “Cirujanos cardíacos del Materno Infantil intervienen a un niño de Guinea Bissau con una enfermedad congénita”. Para mi, esto es predicar dando trigo. A fin de que se pueda realizar esta maravilla, es necesario que el cuerpo médico, como siempre, se olvide por un momento de sus dificultades profesionales así como de sus justas reivindicaciones y se dedique a curar al que lo necesite. Especialmente, si en su país no tienen posibilidades. Y que la Consejería de Salud y Bienestar lo autorice. También es necesario que instituciones como la ONG Infancia Solidaria: http://infanciasolidaria.blogspot.com.es/  se hagan cargo de traer a este niño entre los más de un centenar de menores de países en vías de desarrollo  que se han seleccionado para ser operados en España en los últimos años.

 

Finalmente, quiero recordar a los voluntarios que, desde el silencio, siguen realizando una labor impresionante. Por ejemplo la Asociación Vicas Vicas https://www.facebook.com/vicascafani dirigida por dos personas que son ejemplo de la convivencia intercultural e interreligiosa: una cristiana y una musulmana, ambas defensoras de su fe y practicantes de la misma -cada una en lo suyo-, que acogen en su casa a niños africanos y a sus madres mientras son sometidos a operaciones en el materno infantil.

 

Estas maravillosas personas me hacen olvidar el campamento de los impresentables. Los médicos y los voluntarios trabajan a corazón abierto.

 

operado materno

“El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

 

Ser consecuentes

Málaga 8 de agosto de 2013   

El llegar a nuestra edad tiene sus ventajas e inconvenientes. Estos últimos son tantos que es preferible obviarlos. Hablemos de las ventajas, entre todas –que son muchas- destaca la de no tener prevenciones ni prejuicios cara al futuro profesional o personal. Cuando se tienen los deberes hechos, se adquieren unas cuotas de libertad que, mientras se tiene un futuro a plazo medio -o largo- por delante, no están a nuestro alcance. El miedo a decir la verdad –sin acritud-, o disentir del otro –sin dogmatismos-, desaparece por completo cuando solo tienes que dar cuentas a tu conciencia y, como mucho, a tu familia.

 

Este preámbulo viene a cuento de las circunstancias que te rodean al moverte dentro de  la sociedad, máxime siendo periodista y ejerciendo como tal. Se plantea entonces la necesidad de andar, a veces, entre dos aguas. Sobre todo, si no puedes renunciar a una compensación económica que te permita vivir. Esa es la cruz de muchos compañeros que han de seguir los dictados de quien le paga. Cuando no dependes de ese salario, puedes tomar la actitud de ser fiel a la verdad y a tus creencias –siempre que estén bien fundamentadas-, así como a renunciar a entrar en juegos “florales” que te quitan la paz. Esto trae consigo situaciones en las que tienes que decidir entre dormir en paz o tragar bilis.

 

Lo que digo del periodismo es aplicable a cualquier otra profesión. Cuando ya no tienes que cumplir un rol dentro de una estructura, puede que tu cuerpo no esté en la mejor forma, pero tu mente y tu corazón vuelan libres. Decía Ghandi: No hay camino hacia la libertad, la libertad es el camino”. A mi la libertad me obliga a ser consecuente. Es decir: que lo que piense se asemeje a lo que diga y a lo que haga, casi siempre políticamente incorrecto. San Juan nos dice en su Evangelio unas palabras de Jesús que, como todas, son un canto a la libertad y a la naturalidad: «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. En esas estamos. De algo tiene que servir ser mayor.

 

libertad

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

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Málaga, 5 de agosto de 2013

Se nos ha ido el “Santos” al suelo

 

Se dice con frecuencia “se nos ha ido el Santo al cielo” para indicar que hemos perdido el norte. El viernes por la noche se nos fue el “Santos” al suelo.

 

Recuerdo, como si fuera ayer, aquellos torneos veraniegos con los que los aficionados al fútbol de Málaga y Cádiz nos teníamos que conformar para ver esporádicamente, en el Carranza y el Costa del Sol, a los equipos grandes de todo el mundo. Entre ellos destacaban los brasileños y los argentinos. Siempre recordaré al Pereira de sus buenos tiempos o a aquella selección argentina del 67 que acabó a palos el torneo Costa del Sol. En aquellos años conocimos al Santos.

 

El Santos fue, y es, un equipo señero y referencia del fútbol brasileiro. En dicho equipo realizó toda su carrera el mítico Pelé, al que solo he visto en pequeños reportajes televisivos y el estrafalario Neymar Jr., al que vimos debutar el pasado viernes en Barcelona. Después de la abultada derrota (8-0), creo que la torcida brasileña estará llorando por los rincones y apelando a todos los Santos celestiales para que pase pronto de ellos este cáliz.

 

Yo, que soy un catalino contrito y confeso, al que le gusta mucho el fútbol del Barcelona de los últimos años -no tanto sus dirigentes y sus actitudes políticas prepotentes y separatistas-, volví a vibrar viendo un Barça desatado, con sus mejores armas de ataque, (sin Neymar hubieran hecho lo mismo), con dos laterales soberbios, un centro del campo inigualable donde Iniesta, Xavi, Busquet y después Cesc lo bordaron, con unos puntas con puntería y unos centrales casi excelentes. Encima, dos buenos porteros me hicieron recordar al ídolo de mi época, Antonio Ramallest, fallecido recientemente, cancerbero de aquél equipo mítico que repito de memoria: Ramallest, Olivilla, Rodri, Gracia; Gensana, Segarra; Tejada, Kubala, Martínez, Suárez y Czibor.

 

     He disfrutado en este partido como un enano con la propuesta de fútbol total planteada, un planteamiento que recoge todas las virtudes del estilo Guardiola. Más adelante, durante la temporada, vendrá el “tío Paco con las rebajas”, pero “que nos quiten lo disfrutao”. El “Santos de Pelé” tendrá que jugar muy bien y ganar muchos partidos para poder olvidar la derrota inmisericorde que le propinó el Barcelona C.F. aquella noche de agosto de 2013. Mientras tanto, me seguiré acordando de aquel portero con tupé y gorra, que no usaba guantes, y aquella goleada al Santos una noche calurosa del ferragosto. Para un servidor, el ver jugar bien al fútbol, es Una buena noticia.

 

 

                    ramallest