SER FELIZ

25 f, 22

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 25 de diciembre de 2022

        

Hoy es Navidad. Una fecha propicia para tirar de tópicos que toquen la fibra sensible de los lectores. Yo pretendo ir más allá. Voy a dar ideas para ser feliz

      Para un recopilador de buenas noticias la temática para esta buena noticia de hoyse podía centrar en la celebración del aniversario del nacimiento de Jesús de Nazaret. El inicio de la historia más grande jamás contada. Pero han llegado a mis manos unos comentarios a propósito de la Navidad vertidos por el Papa Francisco en uno de sus discursos recientes.

      En el mismo resalta los medios con los que cuenta el ser humano para ser feliz en los escabrosos tiempos que vivimos. Basa la felicidad en aprovechar los sentimientos que salen de dentro, en contraposición con la nociva tendencia que padecemos de estar continuamente pendiente de lo que nos llega de fuera.

      Me voy a permitir transcribirles algunos de ellos por si tienen a bien tomar nota de los mismos. A mí, personalmente me han servido:

      “La felicidad no estriba solo en celebrar los éxitos… sino aprender las lecciones que nos transmite los fracasos”.

     “Ser feliz no es solo disfrutar de la sonrisa… sino también reflexionar sobre la tristeza”.

     “Ser feliz no está solo en recibir los aplausos… también está en vivir en el anonimato”.

 “Ser feliz es no sentirse víctima de los problemas… sino encontrar un oasis en el fondo de nuestra alma y ser el autor de tu propia historia”.

     “Ser feliz es tener coraje de escuchar un no. Sentirse seguro al recibir una crítica. Aunque sea injusta”.

     “Ser feliz es besar a los niños, cuidar a los padres, visitar a los enfermos, vivir buenos momentos con los amigos”.

    Termina diciendo:

     “Ser feliz es dejar vivir a la criatura que vive en cada uno de nosotros. Libre, feliz y sencilla. Es tener la madurez para poder decir me equivoque. Es tener valor para decir perdón. Significa tener la capacidad de decir te necesito. Tener la sensibilidad para decir te quiero”.

       La buena noticia de hoy la resume la frase: “ser feliz no es tener una vida perfecta”. “Nunca renuncies a la felicidad, porque la vida es un espectáculo increíble”.

       Creo que el Papa Francisco ha sabido interpretar el mensaje de ese Niño cuyo cumpleaños celebramos hoy. Se resume en ser felices haciendo felices a los demás.

    Tan solo puedo decir que así es.  Feliz Navidad.

LOCURA COLECTIVA

22 f, 22

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries.- 22 de diciembre de 2022

       Una especie de tsunami humano recorrió las plazas y avenidas bonaerenses el pasado martes

       No podía creer lo que estaba viendo a través de las pantallas de televisión. Una tremenda oleada de argentinos invadía la zona por la que, al parecer, iba a discurrir la “rúa” del flamante equipo ganador del Mundial de Futbol en Qatar. Cuando llevaba unos minutos contemplando las carreras de la multitud enfervorizada, las intervenciones policiales, el salto sobre el autobús de un par de hinchas, el conato de decapitación por un cable de varios jugadores de la selección, etc., decidí cambiar de canal horrorizado temiendo una catástrofe producida por un aplastamiento masivo.

      Jamás me imaginé que el triunfo de una selección provocara esa aglomeración de ciudadanos, de un pueblo que lleva años sumido en el caos económico y las constantes devaluaciones. Los cambios de gobierno no consiguen superar la catástrofe financiera y la fuga de capitales del país. Un estado con unas posibilidades de desarrollo extraordinarias y que, durante muchos años, fue el paño de lágrimas de muchos españoles que llegaron allí en búsqueda de futuro y consiguieron prosperar durante generaciones. Muchos de ellos, o sus descendientes, están volviendo a España con lo poco que han podido salvar.

      Volviendo a los hechos que hoy son motivo de nuestra atención, lo sucedido desde que ganaron agónicamente la final frente a Francia, es digno de estudio y merece permanecer en los anales de la historia de la humanidad. Tan solo había que escuchar los comentarios de cualquier componente de la masa enfervorecida que había elevado a los altares junto a Maradona la figura de Leo Messi, un tipo bajito, en el declive de su carrera futbolística (lo que no le impide seguir siendo el mejor), que continua transmitiendo la sensación de ser una especie de dios del futbol para el que nada es imposible.

      Los pobres necesitan una referencia y un modelo que les permita superar sus frustraciones. Messi es un pibe nacido de la nada, emigrante del futbol desde su infancia, que lleva 20 años demostrando por los campos de todo el mundo que es un digno heredero de los otros dos grandes futbolistas que anduvieron por España: Alfredo Di Stéfano y Diego Armando Maradona.

     Los argentinos, con los bolsillos vacíos, con un futuro incierto, se sienten felices al contemplar como algunos de sus compatriotas nadan en la riqueza absoluta conseguida por sus habilidades futbolísticas. Entre ellas destaca Lionel Messi con unos ingresos anuales de unos 125 millones de euros entre sueldos, empresas propias y publicidad. Una cifra que permitiría vivir dignamente a más de 10.000 familias.

     Sí, ya lo sé, puede que esté cayendo en la demagogia. Pero es que me parece un poco excesivo. Lo bueno de esta situación, es que los tres millones y picos de bonaerenses que atestaron el Obelisco y sus alrededores fueron y serán felices durante unos días o mucho tiempo. Dirán a sus hijos “yo estuve allí” aquel día en que los jugadores de la selección argentina tuvieron que sobrevolar la ciudad porque era imposible circular por la misma. (Salvando las distancias, aún recuerdo con nostalgia un fervor colectivo malaguista en el que participé en mi juventud. El Málaga ascendió a primera de la mano de otro ilustre argentino: Sebastián Humberto Viberti).

     El pueblo argentino durante los próximos cuatro años será feliz y mirara por encima del hombro al resto del mundo. Aunque tenga la despensa vacía y los bolsillos con telarañas. Solo por hoy se sentirá miembro de una selección que volvió loco de alegría a un pueblo que necesitaba un atisbo de esperanza.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 18 de diciembre de 2022

     Este era el tema principal del discurso pronunciado en Washington D.C. el 28 de agosto de 1963, por el activista de los derechos civiles  Martin Luther King

    Eran tiempos convulsos en los Estados Unidos en plena guerra del Vietnam ante unas masas enfervorecidas y bastante cabreadas por la situación en general y el trato a los miembros de la comunidad afroamericana en particular. El discurso planteaba los deseos del líder del movimiento en pro de los derechos civiles norteamericanos, basándose en una serie de sueños reivindicativos, especialmente referidos a la comunidad negra del país.

    Un servidor también tiene sueños. Soy de aquellas escasas personas que recuerdan la mayoría de los mismos y los pueden seguir hilvanando una vez despiertas. Me parece que se trata de una capacidad bastante enriquecedora. Cuando el sueño ha derivado en una pesadilla, tienes la posibilidad, una vez despierto, de desecharla y alegrarte de que las circunstancias de la misma no se hayan producido en la realidad. Si por el contrario se ha tratado de unos sueños agradables, te puedes recrear en los mismos como si se hubieran desarrollado efectivamente.

      Una de estas noches pasadas tuve un sueño. El mundo que me rodea había cambiado por completo. Nos gobernaban muy pocos políticos y los que se ocupaban de la gestión pública –todos a una-, se preocupaban de mejorar la situación económica, sanitaria, educativa y familiar en todos los aspectos; defendían los derechos y los valores humanos en lugar de defender los propios o los de su partido. Los países buscaban la forma de trabajar en común, se anulaban las fronteras, los idiomas nos unían –no nos separaban-, el dinero, que hasta entonces se dilapidaba en comprar armas, se dedicaba a mejorar las infinitas posibilidades de los países necesitados de desarrollo. La justicia y el reparto equitativo habían hecho innecesarias las ONGs y la “caridad”.

     Por otra parte la humanidad descubrió que la fe se puede exponer, pero nunca imponer, que todas las religiones e ideas son respetables, mientras que no perjudiquen las de los demás, que la libertad de uno acaba cuando comienza la del otro, etc.

    En el campo de lo personal, soñé que las familias estábamos unidas y felices. Que aprovechábamos la vida para celebrarla con nuestros parientes y amigos. Que la Navidad se vivía todo el año. Que no era necesario lo externo, la lotería, el dinero o las copas para ser felices. La vida era una en sí gran fiesta.

    No quería abandonar la cama. Quería permanecer en ese espacio que acompañan a ese duermevela matinal. Cuando no tuve más remedio me levanté pensando: ¿Será posible que algún día estos sueños se conviertan en realidad?

     Todo este sueño comenzó a fraguarse en mi mente a raíz de un comentario vertido por un lector de uno de mis artículos publicado recientemente. Me decía que una persona que lleva casi veinte años dedicado a recopilar buenas noticias, no debería caer en la trampa de unirse a la serie de agoreros que disfrutan en airear a través de los medios las malas noticias y se regocijan en sacar a relucir lo peor del ser humano y de la humanidad en general. Llevaba toda la razón.

    La buena noticia de hoy es que ha vuelto a salir el sol. Por lo menos en mi mente y en mi espíritu. Me he puesto a la tarea. ¿Cuáles son los deberes?: Vivir el presente, olvidarnos del pasado y dejar el futuro en las manos de Dios. (Por cierto, cuando reviso estas notas ante de publicarlas una parte del sueño se ha hecho realidad. Ayer estuve en un cumpleaños familiar que cubrió de sobra la parte personal de mis expectativas).

     La respuesta ha venido dada por las palabras de ese cuyo nacimiento vamos a celebrar la próxima semana. De ese Niño Dios   humilde que después se hizo Hombre. El hombre con mayúsculas que nos dejó un mensaje corto y liberador: Amaos los unos a los otros. Y yo añado: Olvidaos de vosotros mismos. Entonces gran parte de los sueños (la mayoría) se hacen realidad.

DÍAS NUBLADOS

15 f, 22

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries.- 15 de diciembre de 2022

       Todos estamos deseando que lleguen las ansiadas lluvias. Pero nos cuesta digerir los días nublados

       Será por la falta de costumbre. Será porque vivimos en la Costa del Sol y nos sentimos un tanto turistas. Será por la tristeza que traen consigo las nubes. Será por lo que sea. Llevamos una semana nublados y estamos hartos de oscuridad.

      He dicho que estamos nublados. Lo reafirmo. Los malos recuerdos acuden a nuestras mentes, desaparece el bullicio y la alegría de las calles y sobre todo –por lo menos a mí me pasa-, veo todo negro. Aunque las luces navideñas siguen brillando.

      Los pertenecientes al “segmento de plata” nos convertimos un poco en niños. Siempre somos quisquillosos, sentimos celos, nos creemos ninguneados e inútiles, etc. Pero el nublado hace que nuestro espíritu reabra sus heridas ocultas y saque a la luz las manchas que el sol ha tapado. Nos pasa como a las viejas paredes; con la humedad resaltan sus defectos en días como estos. Los mayores asimilamos mal la oscuridad.

      Hoy me ha costado mucho trabajo el ponerme a escribir en el ordenador. Me pide el cuerpo silencio, calma y cama. Si tuviera cuarenta años menos, estaría renegando de Guardiola, tomando partido por los franceses o los argentinos, me estaría ciscando en los políticos que se han empeñado en amargarnos más la vida o estaría disfrutando de las múltiples comidas de Navidad, con amigos y compañeros, que se celebran desde primeros de diciembre hasta después de Reyes.

    Hace unos días asistí a una de ellas en compañía de cuatro viejos amigos: viejos y amigos. El tema central de nuestra conversación

-mientras veíamos la lluvia resbalar por los cristales- fue los diversos achaques de los que “disfrutábamos” y el recuerdo de aquellos que habían pasado a mejor vida. Mi grupo de dominó lleva varias semanas sin poder reunirse por mor de las distintas dolamas que padecemos los integrantes del mismo. Creo que tenemos que limpiar la plata de nuestro segmento con un poco de optimismo. Para eso necesitamos urgentemente que vuelva a asomar el sol sobre nuestras cabezas.

       Desgraciadamente hoy me invade la nostalgia y la tristeza. Creo que no debería haber redactado este triste articulillo. Pero de lo que abunda el corazón… habla la boca… o redacta el teclado. La verdad es que estoy fastidiado. Me consuela saber que “siempre que ha llovío… ha escampío”.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 11 de diciembre de 2022

     Estoy convencido de que algún colectivo se sentirá ofendido por este artículo así como por el uso del genérico. Como comprenderán, me refiero a personas, animales y cosas de ambos sexos. El fondo de la cuestión es que, a mi parecer, nos estamos pasando

     Las estadísticas no mienten. El número de animales de compañía ha superado en nuestro querido país al de niños menores de catorce años. En cuanto nos despistemos un poco, el número de veterinarios superará al de pediatras. Otrosí: a nivel mundial se venden más pañales para ancianos que para niños. La humanidad va envejeciendo por ausencia de un relevo generacional suficiente. Nos reproducimos poco.

     Estimo que detrás de estas frías cifras, se esconde una especie de egoísmo provocado por el ansia de tener más cosas a cambio de tener menos obligaciones. Esta situación se produce al evitar padecer (craso error, yo creo que disfrutar) de las dificultades propias de criar a una prole.

    Con algo tenemos que llenar nuestras vidas llenas de objetos y vacías de cariño. Los perros no protestan, no viven demasiados años  y se puede deshacer uno de ellos con más facilidad. A los mayores se les lleva a un asilo y se acabó. Se trata de obtener una especie de cariño a la carta y que no de demasiado la lata.

    Sin ánimo de generalizar estimo que a las mascotas se les está tratando demasiado bien. Se les deja pisos en herencia, se les saca billetes individuales en los aviones, se les viste con “modelitos” de pasarela y se les trata por psicólogos y terapeutas de todo tipo. Un poco excesivo.

    Lo de los muñecos “personalizados” es para echarle de comer aparte. Te “confeccionan” un bebé a la carta (una especie de tamagotchi) en el que se deposita todo el cariño y las atenciones que no podemos -o no queremos- dispensar a los semejantes que nos rodean. Al prójimo-próximo. Crean clubes de “padres”, abuelos y familiares en general y se intercambian experiencias paraescolares.

     Lo siento en el alma. No los comprendo. En mi casa siempre ha convivido con nosotros un perro o dos, un pájaro, un hámster o hasta una tortuga. Pero en su sitio. Salvando las distancias adecuadas y de cariño o atención respecto a los niños o al resto de los familiares. Los muñecos han durado el tiempo justo y suficiente para perder un ojo, una extremidad o ser arrastrados de cualquier manera por unos y otros. Según lo que dicen los “expertos”, en mi familia debemos ser una especie de tipos raros.

     Mi buena noticia de hoy me la transmiten los integrantes de dos comunidades que dedican sus esfuerzos al cuidado de niños pertenecientes a familias con problemas o, a veces, sin ningún tipo de familia. Se trata de  Hogar abierto y Nuevo futuro.

    Hogar abierto se preocupa de buscar familias de acogida que integren en sus familias niños que momentánea o definitivamente carecen de las suyas. Nuevo futuro crea una serie de pequeños hogares donde los menores pueden disfrutar de un ambiente acogedor y positivo. Donde un equipo de educadores supervisa su día a día escolar, social y emocional.

    Estas dos instituciones funcionan merced al trabajo de una serie de personas solidarias que se preocupan, desde hace muchos años, de atender y cuidar a niños que necesitan cariño y la presencia en sus vidas de cuidadores que se ocupen de ellos amorosamente.

    No estoy en contra, ni mucho menos, de aquellos que deciden adoptar una mascota o encariñarse con un muñeco si así lo desea. Hacen muy bien. Pero les sugiero que dediquen un poco de tiempo a sonreír con un niño o cuidar a un anciano. Ahí está aquella promesa del Evangelio. Recibirán el ciento por uno.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries.- 8 de diciembre de 2022

       Dicen que los mayores vivimos anclados en los recuerdos. No es cierto. Estos nos sirven para valorar el presente

       Hace setenta años que en un frío mes de octubre cruzaba por primera vez las puertas de un colegio al que después he vuelto en distintas ocasiones y por distintos motivos. Aquel edificio aun sigue en pie. Solo queda la capilla. Un viejo templo en el que se han confirmado –yo también lo hice en su día allí-, tomado la primera comunión y casado alguno de mis hijos y nietos. Lo que fue propiamente colegio, está pendiente de la piqueta o de la ansiada rehabilitación para otros usos. Pero ya nunca será aquel “mi primer colegio”.

         Ya hace muchos años desde que los padres agustinos dejaron aquel edificio de la calle de San Agustín, para construir un extraordinario colegio en la Finca de Los Olivos, al norte de Málaga. Allí se han formado mis hijos y nietos junto a muchas generaciones de malagueños. Esta situación me ha permitido continuar en contacto con la institución a lo largo de todos estos años.

        Ayer fui invitado otra vez por la dirección de pastoral del centro para animar a los alumnos y sus familias a compartir sus bienes con los más necesitados. Esta vez en forma de pañales y leche infantil que se entregarán a familias con problemas de todo tipo.

    He tenido la oportunidad de hablar en público en infinidad de ocasiones. He perdido el miedo a las cámaras o a los micrófonos desde hace años. Pero ayer volví a sentir el “amor y temblor” de los primeros tiempos. De improviso me encontré en un inmenso patio, rodeado de los más de 1.500 alumnos del colegio. Mirando a mi alrededor me hice pequeño y me sentí como aquel día de octubre de 1952 en que crucé sus puertas. Apenas pude distinguir a mi hija, maestra del centro, y a unos cuantos nietos que andaban por allí en medio de la multitud.

        Después de dirigirme brevemente a ellos solicitando su colaboración y mientras hablaban los demás participantes, comencé a dar gracias a Dios porque me ha permitido llegar a vivir como miembro del “segmento de plata”. Con capacidad para transmitir mis sentimientos y con la posibilidad de ser escuchado por esa multitud de colegiales que protagonizarán el futuro de nuestro mundo.

        Hoy me siento más tranquilo pensando en el porvenir. Dentro de setenta años alguno de esos niños que me rodeaban, dirá a un gran auditorio de chavales: “en este colegio me enseñaron a querer a mi familia, a iniciar mi formación académica y humana y a conocer y vivir los valores que permiten crear un mundo mejor”. Tenemos futuro.

Un servidor

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 4 de diciembre de 2022

“DIOS, TAMBIÉN JUEGA AL FÚTBOL”

Ha caído en mis manos un delicioso librito con este título. Me ha hecho pensar

    Su autor es un viejo amigo mío, que ejerce su vocación de sacerdote en una parroquia malagueña. Es un gran poeta, teólogo, escritor y sobre todo cura, que une su extraordinaria capacidad intelectual con su sencillez para acercarse al Evangelio.

     Ha redactado publicaciones de mucha altura que le han dado gran fama en la literatura especializada y que le han llevado a dar cursos y conferencias por todo el mundo y hasta en el mismo Vaticano. Pero a mí, personalmente, me apasiona su sencillez en el trato día a día y en sus pensamientos, que recoge en libritos como el que me ocupa hoy: “Dios también juega al fútbol”, o en aquél otro que comenté en su día como otra “buena noticia”: “Relatos familiares en tiempos de pandemia; propuestas para la “nueva normalidad”.

     En el que quiero comentar en el día de hoy, Alfonso Crespo –que así se llama mi buen amigo- descubre que “Aunque no nos guste el fútbol, todos tenemos que jugar el partido de nuestra vida. La tierra en la que vivimos es un terreno de juego… en el que pasamos las horas y los días; pasamos las hojas de nuestro calendario al compás de las ligas de fútbol, ansiamos marcar el gol de la salud y evitar el gol de la enfermedad. Queremos prolongar nuestra retirada del terreno de juego lo más posible”.

     El contenido de este corto y sabroso librito me ha sugerido “la buena noticia de hoy”. A lo largo de sus capítulos pasapor los partidos de los mundiales, los derbis y partidos clásicos, las rivalidades entre las aficiones y hasta el fútbol femenino al que dedica un capítulo.

     En una hipotética visita de Dios al mundo, este descubre como se  comparan los estadios con los templos; las eucaristías con los partidos de fútbol; a Dios con los dioses terrenos (Messi o Ronaldo) –yo añado a Maradona, que tiene su propia religión, templos  y ministros-. Recuerda frases como: “El Gran Poder es del Betis”; dice que “los abrazos de los hinchas cuando marca un gol su equipo son semejantes al abrazo de la paz”; observa asombrado como se compara el estadio de San Mamés con una catedral -así se le denomina-. Dice con mucha gracia, que Dios cuando vio entrar a muchos hombres en “la catedral” pensó que en este templo no pasa como en los demás: “en la que la mayoría son mujeres”.

    En otros capítulos resalta la religiosidad y, a veces, la fe de jugadores y aficionados. Se arrodillan algunos al comenzar los partidos. Se santiguan al salir al campo, tirar o para un penalty, cuando marcan un gol, etc. Invocan a Dios, Yahvé o Alá en los momentos difíciles, en algunos equipos realizan una oración conjunta antes de salir del vestuario, etc.

     En el capítulo el fútbol femenino recrea un equipo formado por las mujeres, que han llenado la Biblia de extraordinarios ejemplos de bien hacer. Todas ellas dirigidas y coordinadas por la Virgen María. La madre de Dios. Hace otro equipo con los padres en la fe que han perpetuado el seguimiento de Dios a lo largo de una vida de buen hacer.

     No les revelo nada más. Ahora a eso se le llama “spoilers”. Tan solo les recomiendo que se hagan del librito. A mí me ha recordado la frase de Santa Teresa que decía que “entre los pucheros anda Dios”. También está entre los balones y los campos.

      En el último capítulo de este libro Alfonso Crespo dice que “vivimos la vida en medio de un mundo que se ha convertido en una cancha de juego, a veces, hostil; en el partido de la vida, con frecuencia, jugamos en campo contrario. Pero este partido, todos los que hemos nacido, no podemos rehusar jugarlo”. “Pero Dios, con todo su poder, viene en tu ayuda”.

     Una buena noticia adaptada al signo de los tiempos

dav

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries.- 1 de diciembre de 2022

          A lo largo de estos días hemos podido escuchar una frase lapidaria de boca de nuestro presidente: “Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador”

           Creo que lleva toda la razón Don Pedro Sánchez. Los diccionarios recogen, en la primera acepción de esta frase, lo siguiente: Ser recordado [un acontecimiento, un hecho o una persona] por su gran importancia o por su carácter único. Más bien… por lo segundo. El Señor Sánchez es único e irrepetible. ¡Por cuantas cosas pasará a la historia!

       Siempre se ha dicho que la historia la escriben los vencedores (y digo yo que la reescriben los vencidos, cuando da la vuelta a la tortilla). En un ataque de narcisismo, nuestro dilecto presidente no duda en ponerse moños y autodeclararse una especie de salvador de la patria, por haber hecho las mismas cosas, o parecidas, que hicieron sus predecesores más criticados.

         Pasar a la historia lo han hecho muchos. Unos para bien y otros para mal. Depende de la óptica del observador. Pero la gran mayoría acaban siendo protagonistas de la segunda acepción que recoge el diccionario anteriormente citado (Oxford Languages de Google) sobre esta frase: Pasar a la historia por “Perder [una cosa] actualidad o interés”. Apenas pasen las elecciones -o el Señor Sánchez caiga en desgracia- nadie recordará su figura como adalid del cambio y del progreso. Más bien le recordaran todos sus errores.

       La historia está llena de personas que han sido alabadas y homenajeadas mientras han detentado cargos importantes o influyentes. Los mismos que les han seguido con flores y coronas de laurel, una vez apartados del poder, les han perseguido con insultos y desprecios.

         Soy de la opinión de que realmente pasan a la historia (a su pequeña historia) las gentes de buena voluntad. Aquellos que pasan por la vida sin grandes alharacas ni manifestaciones, pero procurando hacer el bien a los suyos y a cuantos salen a su paso.

         Cualquiera puede ser un héroe en medio de una situación excepcional. Lo difícil es ser un héroe a lo largo de una vida sencilla, realizando los pequeños o grandes esfuerzos y sacrificios necesarios para llevar una familia, facilitar la subsistencia a sus allegados y transmitir los valores y la cultura a toda una generación.

         Personas como Ghandi, Teresa de Calcuta, etc., ya están en los anales históricos. Pero en mi historia figuran esos otros héroes desconocidos, como mi amigo Juan Petesa (toda su vida dedicada a los mayores), María Tapia (una viuda que sacó adelante a sus siete hijos) o Miguelito “el cariñoso” (un ex –alcohólico que ayudó a muchos adictos a salir del alcoholismo). Estos y muchos otros son para mí dignos de conservarse en mi recuerdo y susceptibles de “pasar a la historia” por derecho propio.