FE Y RAZÓN

28 f, 21

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries

Málaga 28 de noviembre de 2021

      Los cristianos nos encontramos cada día en la lucha constante entre la fe y la razón.     

      Hoy empieza el tiempo de Adviento. Un tiempo de preparación para la venida del niño Dios a nuestras vidas. Una situación más que suficiente para replantearte por donde andan esas dos premisas: la fe o la razón. Decía el Papa Juan Pablo II que “la fe y la razón son las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”.

    De vez en cuando realizo un ejercicio que estimo que es muy adecuado para mi espíritu: recitar despacio el Credo y calibrar que me ayuda a asumirlo; si la fe o la razón. Al final siempre llego a la misma conclusión. Mitad y mitad. Entonces recurro a un axioma que me ayuda a afrontar mis dificultades teológicas. La fe es la capacidad de aceptar las dudas.

    Cuando a lo largo de una conversación seria (no esas de sobremesa que acaban hablando de lo divino y de lo humano) alguien me pregunta por mi fe, siempre contestó lo mismo. Soy un hombre de poca fe. Y me baso en los evangelios. Si tu fe fuera como un grano de mostaza… moverías montañas. Yo no soy capaz ni de derribar un montón de arena. Pero me conforme con ser consecuente con la poca fe con que cuento. La fe sin obras es una fe muerta –decía el Apóstol Santiago-. La fe es un don de Dios. Hay que pedirla con fuerza.

    Mi buena noticia de hoy es que tenemos la oportunidad de introducir en nuestras vidas ese Dios niño que nace en cada uno de nosotros. Si lo permitimos. Por la razón de la sinrazón. Ha comenzado el tiempo más hermoso para los cristianos. Una oportunidad de hacer un hueco en nuestro corazón en el que podamos cultivar nuestra fe.

    Si lo miras detenidamente, la razón que nace del misterio te permite iluminar tu vida y soñar con que un día toda la fe que vas acumulando, se convierta en certeza cuando tu corazón se vaya liberando de prejuicios y de negatividad. Es básico tener en cuenta una oración que proclama el mismo Jesús y que recoge el evangelio de San Lucas:

“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad”.

   Tengámoslo en cuenta. Eso espero. Yo tomo nota.

ESTAMOS HARTOS

25 f, 21

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries  m.montescleries@telefonica.net

Málaga 25 de noviembre de 2021

        Un día tras otro nos incitan a la división aquellos que están designados por la sociedad para unirnos en la búsqueda del bien común.

         Las noticias difundidas por los telediarios están llenas de soflamas en las que nos vuelven a dividir en dos españas a aquellos que estamos hasta las narices del recuerdo de un turbio pasado y la vivencia de un asqueroso presente, lleno de puñaladas traperas y de escasa o nula habilidad para resolver los problemas actuales.

     A los miembros del segmento de plata se nos ha olvidado el franquismo y la lejanísima república, imaginaos lo que les importa a nuestros hijos y nietos. En el colmo del descaro nos piden que nos olvidemos de los atentados separatistas y nos recomiendan que odiemos a los españoles que llevaron a cabo la transición.

    Entre tanto se cargan las clases de religión, nos meten el catalán por “coj…”, enaltecen el Halloween y no se cargan la Navidad porque vende y hay que poner lucecitas. ¡¡Menuda tropa!!

    ¿Por qué no se preocupan de arreglar la situación económica, sanitaria y social, en lugar de echarle leña al fuego y vender el resto de España a los separatistas? Lo hacen a cambio de un “permiso” para aprobar los presupuestos que les permitan están otra temporada en la poltrona. ¿Por qué no buscan un proyecto común y se centran en lo que nos une en vez de lo que nos separa?

     Espero que algún día descubran el porqué, el para qué y el cómo les hemos votado los españolitos de a pié. Ese día se preocuparan menos de conservar el cargo y más a servir al país.

     Acabo de leer un ejemplo de una mujer política correcta, sincera y consecuente. Se trata de la primera ministra sueca. Publica el diario el País: “Menos de ocho horas después de su elección en el Parlamento, la nueva primera ministra sueca, Magdalena Andersson, tuvo que dimitir este miércoles tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno. «Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho», declaró la dirigente socialdemócrata, añadiendo que espera ser reelegida en una próxima votación”.

      A ver si aprendemos. Y dejamos de tirarnos los trastos y hacer el ridículo ante los españoles y el resto del mundo. Que sepan que ¡¡ESTAMOS HARTOS!!

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries

Málaga 21 de noviembre de 2021

      No tengo el gusto de conocer a este señor. No pertenezco a su partido ni a ningún otro.

      Para considerar la eficacia de este malagueño en la política andaluza me baso en que sus hechos y sus palabras son para mí una buena noticia. Me da la impresión de que los andaluces tenemos un presidente que se preocupa más de nuestra tierra que de su propio partido; de servir que de medrar. No le veo agarrado al cargo en absoluto.

      Es un hombre popular, pero no populista. Me parece ese vecino de mediana edad, con la cabeza bien amueblada, que siempre está dispuesto a transmitir una buena idea y ejecutarla, a echar una mano y compartir una sonrisa. Espero que no le pase como a tantos otros que se “malean” con “el cetro y la corona” mientras se olvidan de sus raíces y de sus intenciones primigenias.

     Otra buena noticia. Este fin de semana he tenido la oportunidad de acercarme a la gente de la calle. He estado echando una mano a los voluntarios de Bancosol en la gran recogida. Esta actividad me ha permitido conectar con los sentimientos de aquellos a los que me acercaba en las colas de las cajas de un supermercado, para recordarles la importancia de solidarizarse con aquellos que están pasando por una mala situación. Esa aportación de unos eurillos tiene  tanto valor como el óbolo de la viuda.

    Además de descubrir lo clara que tienen las ideas los compradores de diversas edades y situación económica, pude notar su preocupación por la situación actual. Temen más al paro y a la subida de precios que a la propia pandemia. Ellos me han hecho ver por donde andan las inquietudes y lo lejos que se encuentran de las mismas los discursos propagandistas de  los próceres de nuestro país. Salvo excepciones, en las que incluyo a nuestro presidente de Andalucía.

                  Otra buena noticia: Canal Sur y la Consejería de Cultura andaluza han emprendido una campaña a lo largo de esta semana para solidarizarse con sufridos habitantes de la isla de la Palma.  Han puesto en marcha una iniciativa solidaria de recaudación de fondos para ayudar a los afectados por la erupción del volcán de La Palma. El sábado 27 de noviembre Canal Sur Televisión emitirá una programación especial conducida por Toñi Moreno y Manu Sánchez. Tres buena noticias. Aprovechen para usar el Bizum con un buen fin.

 

LOS TALENTOS

18 f, 21

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries  m.montescleries@telefonica.net

                                 Málaga 18 de noviembre de 2021

    Pienso que ante cualquier duda moral o simplemente de sentido común, debo recurrir a Los Evangelios o al Quijote. Es factible que allí encuentre la respuesta.

      La columna semanal que vengo publicando desde hace más de diez años bajo el título de “el segmento de plata”, nació de la iniciativa  de un periódico digital que me la solicitó. Posteriormente, años después, decidieron eliminar ese apartado. Pero ya le había cogido “gustillo” al tema y sigo intentando cada semana, poner en valor (como se dice ahora) las capacidades de los pertenecientes a este segmento de edad en el que se conservan muchas de las posibilidades de los que aun se encuentran en activo.

    Para mejorar, recibir y aclarar ideas, me sirvo en muchas ocasiones de esos dos maravillosos textos (Evangelios y Quijote) donde se encuentra respuesta a situaciones en las que te enfrentas a la disyuntiva de obrar bien o mal; acertada o negativamente; sabia o neciamente.

    Ayer leíamos el evangelio de San Lucas en el que se explica la parábola de los talentos (el evangelista habla de onzas de oro). Inmediatamente me vino a la memoria la situación de muchos de nosotros que decidimos guardar el tesoro mental de vida, de experiencia, de conocimientos o de buenos sentimientos en la profundidad de nuestro propio ser.  No se sabe para que.

   Estamos tan mosqueados y tan hartos de que nos tomen el pelo, que nos guardamos ese pellizco de capacidad de compartir y de desarrollar nuestra buena voluntad para servir a los que nos rodean. Nos cuesta salir de nuestro metro cuadrado que se ha convertido en nuestra área de seguridad o  espacio de confort (como se dice ahora).

     Muchas veces pensamos que para que ahorrar, si el dinero no lo van a enterrar en nuestro féretro a nuestro fallecimiento. Tampoco vamos a llevarnos a la otra vida el tiempo libre o los conocimientos. Como dice el Evangelio en la medida en que nos han sido conferidos así debemos devolverlos al mundo que nos rodea. A nuestro pequeño o gran mundo.

    Nos queda mucho que dar y que hacer. Ánimo amigos “puretas” del segmento de plata… o de bronce. Para que atesorar.

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries

Málaga 14 de noviembre de 2021

     Parece ser que la pandemia en la que nos hallamos inmersos está sacando a la luz lo mejor de muchos de nosotros.

     Aunque algunos se empeñen en lo contrario, el año y medio que llevamos, ora acuartelados, ora en semi libertad, ora en libertad vigilada, -pero siempre un tanto “acongojados”-, ha conseguido recuperar en buena parte el sentido solidario, la amabilidad, lo mejor de cada uno de nosotros.

     Últimamente la mayoría de las personas se está acostumbrando a guardar las colas con la distancia de seguridad, a ser más pacientes y comprensivos con el prójimo y, en suma, a ser más serviciales. Siempre hay excepciones, claro, pero esas desgraciadamente las tendremos per secula seculorum.

      Hemos vuelto a circular con prevención por las calles, a asistir a espectáculos públicos, a sentarnos en terrazas y restaurantes, a desfilar procesionalmente, etc. En todas estas actividades noto un cambio a mejor, bastante apreciable en cuanto a la convivencia. Hasta veo a los niños más centrados y respetuosos.

   Mi buena noticia de hoy se basa en esta apreciación mía, la cual  creo que comparten mis lectores. (Hago la salvedad del mundo de los políticos. Estos no tienen enmienda). El pasado viernes, sin ir más lejos viví personalmente otra historia con un chofer de autobús. Una mañana de viernes con las colas de usuarios a tope y un maremágnum de tráfico. En una de las paradas se encuentra una usuaria que necesita la rampa de acceso porque viene en un carrito a motor. El chofer para el autobús. Sale de su cabina y se dirige a la puerta de acceso y ayuda a subir el carrito. A la llegada a la parada de destino de la usuaria con problemas, vuelve a hacer la misma operación. Todo ello con una sonrisa de boca a boca. No tuve más remedio que iniciar un aplauso.

     Mano de santo. La gente se miró sonriente. Se cedieron asientos. Se ayudó a bajar las cestas a los viajeros más mayores. Una auténtica delicia. No sé lo que durará esto. Pero la gente es más buena de lo que parece. Ahora está toda España volcada con la isla de la Palma, como antes estuvo con el incendio de Sierra Bermeja. Otra buena noticia: Canal Sur inicia una campaña a favor de “La Isla bonita” con quince días de eventos y una gala final el 27 de este mes. Una vez más los andaluces daremos la talla.

     No tengo más remedio que recuperar aquella frase de la peña “El Sombrero” malacitana: “To er mundo e güeno”.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries  m.montescleries@telefonica.net

Málaga 11 de noviembre de 2021

      Desde el primer día que la oí, quedé prendado de esta frase pregonada en francés: “La joie de vivre”

     Cuando se llega a esa edad en la que te consideras perteneciente al “segmento de plata”, descubres la cantidad de posibilidades que tiene este estado de disfrutar de “la alegría de vivir”.

      Pertenecemos a una generación –por lo menos, este es mi caso- que ha vivido angustiada pendiente del porvenir. Primero, los estudios que te permitían cursar en Málaga -lo que reducía considerablemente las posibilidades-, segundo, la dichosa “mili” –en mi caso, tres veranos seguidos en las Milicias Universitarias-, en tercer lugar, el encuentro de un trabajo que te permitiera independizarte de tus padres y forjarte un porvenir, después la novia, el piso y el matrimonio.

      Cuando parecía que todo estaba totalmente estabilizado, aparecen los hijos con los correspondientes aumentos de gastos, lo que te obliga a la apertura de horizontes laborales y económicos -en mi caso, abandonar la seguridad para embarcarme en un trabajo como Agente Comercial del ramo textil-. Temporada tras temporada pendiente de conseguir ventas, ampliar clientes, estar pendientes del cobro, de las devoluciones, etc. Toda una aventura que se iniciaba cada año el 1 de enero y concluía el 31 de diciembre.

        Llegó la ansiada –y prematura- jubilación. Había que seguir viviendo. Vuelta a la universidad y a un montón de años de temores a los exámenes y la intención de dar la talla. Finalmente el meter la cabeza –aunque de forma semi-amateur- en el proceloso mundo de la comunicación.

       ¡¡Por fin ha llegado la liberación!! He roto con todas las ataduras y por primera vez, después de tres cuartos de siglo, no me preocupa en absoluto el porvenir. ¡Ya era hora! Me levanto cada día sin la espada de Damocles encima de mi cabeza pendiente del futuro cercano. Me dedico a escribir lo que me gusta, hacer radio y al voluntariado.

       Estimo que ya he recorrido la parte del camino más tortuosa. Hemos superado casi dos años de una pandemia que ha dejado en la cuneta a muchos de nuestros congéneres, lo que me anima a vivir y convivir con más dedicación la vida con mi familia y mis amigos.

      Parece ser que muchos piensan como yo. Ayer mismo se presentó en mi domicilio una familia, muy querida por mí, con la que no nos habíamos reunido desde hace varios años a consecuencia de la lejanía geográfica y el maldito covid 19. Una maravillosa oportunidad de compartir recuerdos y reactivar amistades.

      Definitivamente. Estoy viviendo una extraordinaria etapa de mi vida que quiero compartir con mis lectores. A los que quiero transmitir “La alegría de vivir”; “La joie de vivre”;  “Joy of living” o “La gioia di vivire”. Da lo mismo el idioma. Todos pensamos lo mismo. Así es.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

Málaga, 7  de noviembre de 2021

m.montescleries@telefonca.net

         

    Vamos a acabar hablando por señas o utilizando el lenguaje propio de los indios de las viejas películas del oeste.

         Y es que ya no sabemos a donde vamos a llegar, o que actitud debemos tomar, ante los constantes atentados a la lengua de Cervantes. Los españoles somos “o Juan… o Juanillo”. Nos estamos dejando invadir por la “modernidad” y nos parece que el castellano es un idioma de segunda división. Entre los diversos idiomas de las algunas regiones españolas, donde estiman que hablar el español es una especie de incultura, el lenguaje sincopado de las redes o la exagerada invasión del “spanglish”, cada vez hablamos peor.

     Un caso concreto. Estoy impartiendo unos seminarios sobre el voluntariado en un colegio privado malagueño de una categoría excelente. (Alto standing, debería decir para estar a nivel). Se trata de niños de alrededor de 10 años. Desde que entro al aula solo escucho hablar en inglés. Caigo en el error de seguir la norma hasta que decido tirar de lo mejor de mi castellano para desintoxicar un poco el ambiente. 

     Por otra parte me topo con el famoso lenguaje sexista que se encuentra perseguido, especialmente, por aquellos que viven de lo “políticamente correcto”. Tenemos que hacer grandes equilibrios para conseguir un lenguaje inclusivo que no moleste a ningún colectivo. ¡Chica tarea!            

      Con la diversidad de géneros humanos (humanas y humanes) que están saliendo a la luz en estos tiempos, los que tenemos –y que nos gusta- usar las palabras más adecuadas, nos encontramos con dilemas trascendentales y tenemos que hacer juegos malabares para bordear el error y, finalmente, caemos en él. En menos de una semana he oído a dos comunicadores distintos hablar de “los profesionales y “las profesionalas” o los miembros y “las miembras”. Que por cierto, miembra está bien dicho, pero me parece una verdadera aberración lingüística.

      La buena noticia de hoy nace de la existencia de la Real Academia de la Lengua Española, el Instituto Cervantes y de académicos tales como Arturo Pérez Reverte que no tienen pelos en la lengua para denunciar constantemente estos atentados a nuestro idioma.

      Menos mal que nos quedan esos países hispanohablantes que aun conservan un español lleno de matices y de palabras que por esta vieja España están cayendo en desuso. Como ejemplo pongo una definición esclarecedora procedente de un país al otro lado del Atlántico: Este verano escuché hablar a un mejicano de donar “cobijas”. Tuve que tirar de diccionario para descubrir que hablaba de mantas o cobertores. “Pulpería”, “coger”, “boludo”, “macana” o “pileta”, son expresiones en español que apenas utilizamos. Por cierto investigando en el tema he descubierto una palabra procedente de El Salvador que sí que utilizamos en Málaga, “chacalaca” (una especie de chiquilicuatre).(Ellos dicen chachalaca).

     Confieso mi incapacidad para que mi lenguaje coincida con mi lengua. Soy un andaluz cerrado lleno de ceceo y falto de eses para rematar los plurales, aspiro las haches y me como muchos matices. Intentaré mejorar. Pero procuro reflejar mi lengua adecuadamente en la escritura aunque me equivoque muchas veces. Ya he redactado más de un millar de artículos y, en diversas ocasiones, me han llamado la atención amigos que están al tanto y te sacan de tu error. No me da vergüenza el aceptarlo. Lo rectifico y aquí paz y después gloria. Pero por favor: hablemos bien, sin concesiones a lo políticamente correcto, que hablar bien no cuesta… tanto.

       Así que, queridos niños y compañeros de los micrófonos, tengamos en cuenta que debemos conocer mejor nuestra lengua y mejorar nuestro lenguaje.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries  m.montescleries@telefonica.net

Málaga 3 de noviembre de 2021

   Hace unos cuantos días escuche esta frase que por su profundo significado me hizo pensar… y sonreír

        Estamos viviendo unas fechas que nos hacen cavilar especialmente en el más allá, sin dejar de preocuparnos por el más acá. Las nefastas influencias de la “nueva civilización”, procedente de allende los mares, nos hace sacar a la calle todo tipo de disfraces que nos hagan olvidar lo serio que es el transito de vivos a difuntos.

      Se está desvirtuando tanto el tratamiento de este preocupante tema que, días atrás, un niño al ser preguntado por sus catequistas en su preparación para la primera comunión, por el significado de las fiestas de los Santos y los difuntos, contestó sin dudar: “esta noche es la noche de los muertos vivientes”.

    Los pertenecientes al “segmento de plata” hace años que “hemos dado la vuelta al jamón”. Una expresión que refleja, con cierta gracia, que hemos comenzado la segunda parte –cuando no, la tercera o la cuarta- de nuestra vida.

     Y aquí surge el ejemplo de los que nos han precedido en el trance y ya se encuentran en la otra vida. Son esos “santos de la puerta de al lado” (como denominaba el Papa Francisco). Los mayores hemos tenido la oportunidad de acompañar en el último trance a demasiados familiares, amigos y conocidos.

    Siempre hemos aprovechado ese momento para recordar lo mejor de su vida y los momentos en que han sido un buen ejemplo para nosotros. Finalmente le hacemos un hermoso homenaje… pero después de haber fallecido.

     Les propongo –y me propongo- aprovechar esos momentos en que aun los tenemos vivitos y coleando para ofrecerles esos honores de amistad y reconocimiento para que lo disfruten con nosotros. En una palabra, que comencemos juntos ese otro lado del jamón que se encuentra curado por el tiempo y nos sabe mucho mejor. Siempre antes de que se ponga duro y sea difícil de digerir. Tratemos de evitar ese arrepentimiento por no haber reconocido y valorado a tiempo los méritos de aquellos a los que no se los valoramos hasta que no se encuentran entre nosotros.

      Los homenajes y los reconocimientos en vida. Después es “viruta de Puertollano” y fuegos artificiales.