MENTIRAS

29 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 29 de febrero de 2024

                

           El octavo mandamiento de la ley de Dios dice textualmente: “No darás falso testimonio ni mentiras”.

        Sí, ya sé que muchos de los lectores no son creyentes, ni tienen en cuenta los mandamientos. Pero da la casualidad que esta “recomendación” la puede presentar cualquier religión y, especialmente, la ley natural.

           El ser humano ha recurrido a la mentira y la envidia desde siempre. Nada hay nuevo bajo el sol. Pero corren tiempos en los que el Pinocho de los cuentos infantiles queda a la altura del betún ante los personajes que pululan por el mundo.

          Cuando se les pillan en un renuncio, alegan con desfachatez: “he cambiado de opinión”. Y se quedan tan tranquilos. En la política, en los medios, entre los “influyentes” de nuestros días y en todos los que defienden sus posturas a sabiendas que están engañando a todo el mundo, pululan unos embusteros compulsivos que están muy lejos del precepto evangélico: la verdad os hará libres”.

      Si nos referimos a los falsos testimonios, nos encontramos con una costumbre muy arraigada. Se pontifica con la situación o los actos de cualquier persona, sin confirmar y, a veces, sin conocer a fondo, las circunstancias reales que la rodean. “Critica que algo queda”. Los mentirosos y los murmuradores se basan en la premisa de que “proclama la mentira, que algo queda”.

     Espero que algún día se vuelva a valorar la verdad y el que la transmite. Por el bien de la humanidad.

UNZÚE

25 f, 24

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 25  de febrero de 2024

       Durante años hemos conocido las gestas de Juan Carlos Unzúe como portero y entrenador destacado de futbol de la primera división española

      Su vida deportiva se vio truncada en el año 2020 al conocer su padecimiento como enfermo de ELA, una enfermedad degenerativa que provoca una parálisis muscular progresiva con un futuro un tanto incierto.

    Tuve la oportunidad de convivir hace 25 años con un familiar que, desgraciadamente, no pudo superar dicha enfermedad. En la actualidad parece que la esperanza de vida se ha prolongado bastante, aunque aun queda mucho por investigar.

    En esa tarea se encuentra inmerso nuestro admirado Unzúe. No cesa de hacerse presente en los medios, encabezar manifestaciones, organizar eventos, etc., al objeto de reclamar atención al problema de los afectados por esa enfermedad.

    Su última batalla la ha planteado en el Congreso de los Diputados. El pasado día 20 presentó una solicitud instando a la promulgación de una ley que permita llevar a los afectados “una vida digna”. Su gran sorpresa surgió cuando pudo observar que de los 350 diputados que componen la cámara, solo estaban presentes cinco de ellos. Con mucha sorna comentó: “el resto tendrá mucho que hacer”.

    Mi buena noticia de hoy me la proporciona el admirable Juan Carlos Unzúe, que lejos de hundirse en la adversidad, está dando pasos de gigante en la lucha por la atención a los enfermos de ELA entre los que se encuentra él mismo.

     Solo me queda prorrumpir en un abucheo virtual a todos esos miembros de la Cámara que no faltan a la hora de votar y a la de cobrar. El resto del tiempo lo dedican a otros menesteres.

      Entre tanto, las distintas asociaciones de enfermos de esa enfermedad y los familiares que los cuidan, siguen trabajando día a día por hacérsela más llevadera a este colectivo, bastante ignorado por los que están obligados a ayudarles.

      ¡Ay!… Esos políticos…

CARNAVAL

22 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 22 de febrero de 2024

           En estos días nuestras calles son invadidas por personas de todas las edades que celebran “los carnavales”

          Durante una gran parte del siglo XX estuvieron prohibidos por las autoridades españolas, aunque se siguieron realizando en Cádiz bajo el seudónimo de “fiestas típicas gaditanas”. Con la llegada de la transición volvieron a coger vuelo hasta llegar a la explosión actual de desfiles, concursos y saraos de todo tipo.

         Los miembros del “segmento de plata” nos sentimos un poco faltos de experiencia en estas lides, por la falta de realización de las mismas a lo largo de gran parte de nuestra vida. Realmente no las pudimos vivir en nuestra juventud, una excelente etapa para disfrutar de cuantas fiestas se  ponen a tiro.

        Salvo que ustedes opinen lo contrario, el carnaval es una consecuencia de la próxima llegada de la cuaresma: “ tiempo del año litúrgico cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua”. Se trata de seis semanas de purificación e iluminación interna que intentamos vivir los fieles. Afirmo que es una consecuencia porque, o así lo entiendo yo, se basa en una adaptación de las fiestas de primavera al candelario litúrgico. Una especie de despedida a lo grande de la jarana, para entrar en tiempos de reflexión y purificación.

     Me consta que no es este el espíritu que anima a aquellos que celebran el carnaval. El ser humano tiende a desinhibirse y acrecentar la permisividad y el descontrol en cuanto puede. La gente se esconde tras los disfraces para cantar y contar aquello que no le gusta y que no se atreve a realizar a cara descubierta. Lo de la cuaresma es una escusa.

    Hasta aquí todo muy bien. La gente se disfraza y critica cuanto le da la gana. Pero parece que hay una tendencia muy marcada a ridiculizar personas e instituciones de la Iglesia Católica, lo cual me parece de un mal gusto bastante inadecuado.

    Pero lo que verdaderamente me indigna, es cuando se ridiculiza, se juega o se mancillan con burdas imitaciones imágenes sagradas,  procesiones o celebraciones litúrgicas. Hace unos años tuvimos en la calle un trono en el que se paseaban órganos femeninos como motivos de adoración y, este año, en un pueblo de la Axarquía, se ha celebrado una procesión en la que se han entronizado la ginebra y el ron con apariencias y aditamentos propios de los tronos de la Semana Santa de aquella localidad.

     Los que sentimos a Jesús de Nazaret y a la Virgen María como nuestro hermano y madre, nos hemos visto insultados por ese trato a lo que nosotros estimamos cuando menos respetable. No sé que hubiera pasado si los carnavaleros se hubieran choteado y paseado en andas la foto o la imagen de sus familiares directos.

     No se trata más que la reedición del mismo tratamiento que le dieron en su día los coetáneos de Jesús de Nazaret. Los mismos que salieron a recibirle con palmas y aclamaciones, le abuchearon después durante su Pasión.

    Esto es lo que hay. Se que estoy predicando en el desierto y que soy un carca. Pero me siento muy a gusto después de decir lo que pienso.

Carnival card or banner with typography design, confetti and hanging flag garlands

CULPABLES

18 f, 24

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 18  de febrero de 2024

    Todos los medios de difusión se han apresurado a condenar el salvaje atentado perpetrado contra miembros de la Guardia Civil en Barbate

     En medio de la celebración de la final carnavalera del Falla, corrió como la pólvora la noticia del atentado realizado contra una lancha de la Benemérita por unos narcotraficantes de la zona del Estrecho, con el resultado del fallecimiento de dos Guardias y las graves heridas sufridas por un tercero.

     Esta noticia ha abierto y llenado el contenido de todos los telediarios y las primeras páginas de la prensa española. Casi todos los comentaristas han aprovechado para arrimar el ascua a sus convicciones políticas e intentar sacar partido de esta terrible situación.

     Los que tenemos tiempo para pensar, procuramos leer entre líneas y sacar conclusiones que van más allá de la capa más superficial del tema. Sí observamos con atención, descubrimos los culpables últimos de esta situación que desborda a las autoridades y provoca un sentimiento de indefensión de España ante el imperio de “los malos”.

    Y ahora viene mi pregunta: ¿Quiénes son los malos? ¿Los que elaboran la droga?, ¿los que la trafican?, ¿los que la distribuyen?, ¿los que la consumen? Entre todos le mataron y… Si no hubiera un consumidor final toda la cadena se rompería y el negocio se iría al traste.

    Este último suele ser una persona que parece que triunfa en los negocios, en los escenarios, en la cultura, el deporte, la gente guapa y los ambientes Vips. Es un sujeto que presume de dominar los vicios y acaba en clínicas de desintoxicación o rehabilitación.

    Por el camino nos encontramos a grandes traficantes que blanquean sus ingentes beneficios con mansiones en los lugares de moda. Aventureros sin escrúpulos que son el enlace entre los países productores (cuyos gobiernos miran hacia otra parte mientras se producen las distintas sustancias). Machacantes de pie de playa que engañan su pobreza con su oficio de aguadores o transportistas, en un entorno desprovisto de posibilidades de trabajos honrados y futuro laboral. Camellos que suministran a domicilio, en discotecas o en narco-pisos y que hacen del trapicheo una profesión.

      Todo un abanico de personajes que son coautores del asesinato de esos pobres funcionarios que, día tras día, se juegan el cuello para hacer una España más limpia. Estos son mi buena noticia de hoy. Seguirán recorriendo las playas, los campos y las carreteras hispanas para intentar garantizar la seguridad de los ciudadanos. Con unos sueldos de segunda división y una presencia nunca bien entendida por los que, a veces, torcemos el gesto por su presencia, a la que no tenemos que temer sino agradecer.

         Insisto con mi idea principal de hoy. ¿Quiénes son los culpables? No habría droga si no hubiera consumidores. Menos lamentos y más vergüenza. Menos poses de condena y menos imágenes y declaraciones haciendo defensas solapadas del consumo.

VECINOS

15 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 15 de febrero de 2024

       Cada día añoro más aquella Málaga provinciana en la que se disfrutaba de esa “parafamilia” que formaban los vecinos

      Ya apenas queda nada de los viejos barrios malagueños. De las calles adoquinadas, de las “casas-mata”, de las sillas de anea sacadas a la puerta al atardecer, de las verbenas de la Trinidad o el Perchel. De las broncas y los festejos en las casas de vecinos o en los corralones.

      Todas sus calles se han llenado de mamotretos de muchos pisos, en los que cada vecino intenta conservar su independencia, sin trato con el que vive en otro lugar de la misma casa. El corto contacto en el ascensor, se intenta evitar o, como mucho soslayar, leyendo atentamente las instrucciones del mismo o mirando con atención el celular, a fin de eludir el más mínimo acercamiento al vecino.

     He intentado rememorar mi paso por las cuatro o cinco viviendas que ocupado a lo largo de mi vida. Aparecen en mi mente aquellos niños con los que jugaba en la calle hasta que era la hora de comer o de cenar. Las madres conversando en las tiendas o en los mercados, los padres tomándose el tinto a la salida del trabajo y el ambiente casi familiar, que nos permitía crear pequeñas comunidades solidarias y cercanas.

     Los hogares en que me crié, salvo uno que aún permanece erguido, han caído victima de la piqueta y la especulación mobiliaria. Aquellos vecinos, con los que convivimos y crecimos, han desaparecido poco a poco de nuestras vidas y apenas permanecen en nuestro recuerdo.

      El hogar que ahora habito, se encuentra ubicado en un edificio muy grande, cuyo ascensor compartimos un centenar de personas, de las que apenas conocemos su rostro. Los niños parten a autobús hacia los distintos colegios, donde echan todo el día entre clases y actividades complementarias. Los domingos, todas las familias salen en desbandada, en busca del campo, la playa o el almuerzo en el restaurante de moda.

       Los jubilados vagamos por unas calles desiertas a la búsqueda de ese centro de mayores, o de un barecito en el que te puedas tomar tu café sin prisa o echar una partidita. Ambos lugares no son rentables.

-“Se trata de barrios de gente joven y no hay muchos mayores”. (Me dijo un político local). Claro que no hay muchos. Se tienen que marchar a la fuerza a residencias donde encuentren alguien con quien hablar.

     En el entorno de mi domicilio se ubican varios gimnasios, guarderías, centros de belleza, tropecientos restaurantes de todas las nacionalidades, institutos, tatuadores, escuelas profesionales, escuelas de idiomas, ludotecas, etc. Pero ni un rincón donde los mayores puedan echar un rato de conversación o una partidita. Solo “disfrutamos” de unos desangelados bancos de piedra, en medio  de unos jardincillos abiertos a los cuatro vientos.

     Ya no volveremos a ver las sillas de anea en las puertas. Ni siquiera en los pueblos de la costa. Las aceras están invadidas por las terrazas de los bares y restaurantes, carriles bici o patinetas motorizadas. Como mucho encontramos unos toboganes y juegos infantiles, para unos niños que apenas tienen tiempo para usarlos, dada su carga de actividades extraescolares: karate, inglés, violín, balonmano, pintura, baile, piano, psicólogo, foniatra, etc.

     Apenas les quedan tiempo para ser felices. Quizás los de mi generación también hemos actuado así. Intentando que nuestros hijos fueran algo más que nosotros. Coartando su libertad y su tiempo libre. Si pudiéramos volver atrás les ofreceríamos menos cosas y más tiempo para cultivar la amistad y la vecindad.

ARGUIÑANO

11 f, 24

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 11  de febrero de 2024

    Don Carlos Arguiñano es un tipo que cae bien a la gran mayoría de los españoles

    Nos hemos acostumbrado a su presencia cada día en nuestros hogares a través de sus lecciones de cocina sencilla y “rica, rica”. Pero detrás de una presencia agradable y un discurso bien hilvanado, se trasluce una sabiduría asentada por el paso del tiempo y la experiencia adquirida.

    Siento admiración, además de por su aporte culinario, por su defensa acérrima de la familia y de los valores tradicionales. Además lo hace sin jactancia y con sencillez. Lo que no impide su profundidad.

    Hace unos días estuvo en un programa de televisión presentando su último (y enésimo) libro de cocina. Habló de recetas como excusa. Pero su verdadero mensaje lo centró en la tranquilidad. Soy incapaz de repetir sus palabras en euskera. Pero me quedo con sus gestos apelando a la mesura ante las situaciones perturbadoras de cada día. El lenguaje de los gestos y la mirada limpia lo dice todo.

     Por otra parte habló de su extensa y unida familia. Sin ningún tipo de complejos. (Digo complejos porque a los que pertenecemos a una familia numerosa, de verdad, se nos mira con cara rara y se nos pregunta si pertenecemos a una determinada comunidad religiosa, o nos sueltan la  manida gracieta del televisor). Hablaba de un crecimiento de su familia basado en la unidad, de un matrimonio de muchos años de duración y de trabajo. Mucho trabajo.

     El discurso público, publicado y vivido por Arguiñano es una fuente de buenas noticias para todos. Es un oasis en medio de un desierto de valores salpicado de discursos negativos, revanchistas y provocadores. Lo terminó diciendo que solo hay que luchar para que haya igualdad y comida para todos. Buen tipo este zarauztarra.  

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 8 de febrero de 2024

TIRIOS Y TROYANOS

       No entiendo el porqué de la vuelta a las andadas del pueblo español, convirtiéndonos de nuevo en una especie de bandos irreconciliables

       Los miembros del “segmento de plata” hemos  vivido la mayor parte de nuestra vida ajenos a ese odio visceral, que nos ha convertido a los españoles en los últimos tiempos, casi sin quererlo, en una suerte de bandos enfrentados radicalmente.

     Los primeros treinta años de mi vida se han desarrollado en un ambiente de búsqueda de progreso, de mejora en las condiciones de vida y de una libertad bastante aceptable. Aunque persistía un rencor latente procedente de la guerra incivil. Después de la llegada de la democracia comenzaron a aflorar tendencias, ideas políticas y sociológicas distintas. Pero no irreconciliables.

      Dialogaban con respeto los de derechas y los de de izquierdas; mientras, la gran mayoría habíamos optados por una solución intermedia y conciliadora: el centrismo. Así lo reflejaron las urnas. Durante años tuvimos gobiernos de centro, de centro-izquierda o de  centro-derecha moderados. La oposición apretaba, pero sin poner el pie en el pescuezo.

      Pero ha llegado una etapa en la que hemos vuelto a las andadas. Se ha comenzado a hablar de extrema izquierda y de extrema derecha. Las intenciones políticas se han radicalizado y, lo que es peor, han salido del ámbito estrictamente político para aterrizar en el día a día de los españolitos de a pie.

     Desgraciadamente, se vuelve a clasificar a todo el mundo como “fascista” o “rojo”. Sin medias tintas. Con un desprecio total a las opiniones del “otro”. Una actitud que teníamos olvidada por considerarla propia del primer tercio del siglo XX y que los miembros de mi generación apenas habíamos utilizado.

    Me niego en rotundo a calificar a nadie por sus ideas. Y mucho menos a considerarlas buenas o malas en función de su tendencia o sus palabras. “Por sus hechos les conoceréis”. Me parecen buenas todas las opciones políticas, siempre que vayan en beneficio de la población en general y no de las apetencias de mando por parte de los que las detentan.

     Hasta ahora no me había planteado si soy “rojo” o “facha”. Sigo sin saberlo. Desde que tengo uso de razón política me he considerado demócrata-cristiano. Un tipo raro que no desprecia ninguna idea siempre que sea razonable, factible, enriquecedora, con capacidad de mejorar y de escuchar a los demás.

     Sigo recordando el pasaje del Quijote en el que se plantea la discusión sobre si un vino sabía a hierro o a cuero. Al final descubrieron que en el fondo del pellejo había caído una llave con una argolla de cuero. Todo el mundo tiene sus razones. Pero busquemos “la razón” entre todos. Dice “el Quijote”: “callaron tirios y troyanos”. Un buen paso para el progreso y la conciliación.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

                                            Málaga 4 de febrero de 2024

     El ser humano siente temor ante todo lo desconocido. En este caso, bastante desconocido

     La inteligencia artificial, según se puede definir un tanto superficialmente, se encarga de sustituir algunas capacidades del pensamiento del ser humano, por sistemas informáticos que desemboquen en máquinas que imitan la inteligencia humana.

     Es decir, la puesta en marcha de aquel anuncio de hace muchos años “no piense: nosotros pensamos por usted”. Una vez más el gran hermano intenta meterse en nuestras vidas y hasta en nuestros pensamientos. Por otra parte se preocupa de mejorar nuestros conocimientos y sustituirnos en el segmento de creatividad literaria o poética. En pocas palabras: nos hace los deberes.

     Ya me gustaría a mí estar enchufado al bicho este para sobrevivir al examen de Historia del Antiguo Oriente que se cierne sobre mi cabeza. Pero volviendo al tema, me da miedo alguno de los experimentos que se han hecho públicos en los medios televisivos en estos días. En uno de ellos, mediante el reconocimiento de voz, se suplantó a personas fallecidas haciéndolas “resucitar” mediante diálogos con aquellos familiares que les habían perdido. Provocaron profundos sentimientos en los interlocutores y una falsa y peligrosa sensación de realidad.

    Mi buena noticia de hoy la baso en que, sin necesitar la I.A., seguimos teniendo la oportunidad de conectar más intensamente con nuestros seres queridos en vida y no esperar a que nos abandonen para lamentar la escasa atención que les prestamos, ahora que los tenemos cerca.

    Todos pensamos que, posiblemente, no lo hemos hecho tan bien como deberíamos con nuestros semejantes. Razón de más para comenzar a hacerlo a partir de ahora. La vida son tres días y nos tiramos un par de ellos en la duda entre ser más consecuentes y dejarlo para mañana. Finalmente  tendremos que lamentarlo.

    Personalmente me conformo con utilizar medianamente bien la escasa inteligencia que me queda. En este caso para entender que realizar esas conversaciones y actos pendientes me tengo que poner a la tarea ya. Así no tendré que lamentarlo mañana. No debemos temer la llegada de la Inteligencia Artificial. Lo malo es que dejemos de utilizar la propia.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 1 de febrero de 2024

            Cada día nos sorprende una definición que demuestra que la gente de mi generación está fuera de onda. Aunque no lo reconozca

            Anoche escuchaba en un famoso programa televisivo la descripción de una terapia para “desnaturalizar la masculinidad”. Agárrame esa mosca por el rabo. Al parecer los varones de más de cincuenta años estamos para el arrastre y necesitamos un reciclaje de forma urgente.

            Todo consiste en abandonar nuestras costumbres adquiridas a lo largo de los años y en vivir en un continuo culto al quedar bien y aparentar lo que no se es con el fin único del placer instantáneo personal. Es decir al hedonismo integral. Todo basado en abandonar nuestras características masculinas.

            La desnaturalización masculina consiste en eliminar todo rasgo de masculinidad que nos diferencie del otro sexo. (Perdón, de los otros sexos, que ahora se identifican con identidades, que son muchas y variadas).

          Todo empezó con el rosa y azul para niños y niñas, juguetes de todo tipo para todos, ropas unisexo y orientaciones sexuales, que parece que existen 37.

        Tenemos que aprender que significa “pangénero”, relaciones  abiertas y que el “ménages a trois” es algo más que un buen vino. Me coge un poco mayor. Aunque todo esto lo auguraba el maestro Manolo Alcántara cuando abogaba por los mayores a los que nos consideraba de un solo sexo debido a que “a partir de cierta edad se nos ponía a todos cara de viejas de ambos sexos”.

      Estoy deseando ver que se nos presenta en esa serie en la que se comenta las aventuras y desventuras de los que se someten a este proceso de desnaturalización masculina. Les seguiremos el ejemplo y dejaremos de se machos-alfa, machirulos, carrozas y demás lindezas. Parece ser que, hasta el momento, vivíamos en la ignorancia.