LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 30 de octubre de 2022

             La vuelta a un viejo barrio te permite, a veces, topar con una buena noticia

             Hace la friolera de veintinueve años tuve la oportunidad de contribuir modestamente al nacimiento de una parroquia en un barrio humilde de la periferia de la ciudad. Se encontraba ubicada en unos bajos comerciales cedidos por el Ministerio de la Vivienda, ocupando una especie de tubo de aproximadamente cien metros cuadrados.

        El párroco, que era un “manitas” realizó un mural de teselas que ocupaba el frontal de detrás del altar. Los ornamentos y los enseres adecuados fueron cedidos por otras parroquias y para el acomodo de los feligreses, compramos unas sillas de plástico apilables. Aquel local inhóspito y vacío quedo convertido en un lugar sagrado agradable y lleno de sus modestos vecinos, especialmente niños y mayores.

       Por circunstancias de la vida, dejé de aparecer por allí pasados unos cuantos meses. Supe que la Diócesis había construido en el mismo barrio un templo “como Dios manda” y había desalojado aquel modesto lugar de culto.

     He vuelto a habitar en las cercanías de aquel barrio. Me he dirigido al nuevo templo. Muy hermoso y muy bien acondicionado. Quizás noto la falta de aquel calor humano que aportaban los niños despeluznados y sus madres con el mandil puesto. O quizás es que me he hecho viejo y un tanto tiquismiquis.

      Mi buena noticia de hoy me la transmite el destino que, finalmente, ha tenido el viejo local de la parroquia primitiva. Se trata de un gimnasio en el que se forman jóvenes boxeadores de ambos sexos. Aprovechan el local, así como el jardín que le rodea, para efectuar su entrenamiento y, sobre todo, para canalizar la posible violencia que se desprende de un barrio marginal en el que el paro y la falta de recursos económicos te invitan a otra forma de vivir menos deportiva y más arriesgada para ellos así como más peligrosa para la humanidad.  

       Creo que al Buen Dios no le haya parecido mal el cambio de uso de su pequeña parcela. El control y la canalización de la violencia unidos a la disciplina que transmite todo tipo de deporte, hacen acreedora de considerarse como una buena noticia esta iniciativa de alguien que también se preocupa por la salud física y mental de los jóvenes.

            “Mens sana in corpore sano”. Me gustaría añadir “barriga llena a Dios alaba” Pero eso es más complicado para muchos.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

27 de octubre de 2022

   Un año más las hordas anglófilas y posmodernas nos amenazan con el dichoso “Jalogüín”

   Esta costumbre, desconocida durante gran parte de mi vida, se ha quedado entre nosotros como permanecerá el metaverso y la realidad virtual. Otros dos conceptos que casi nadie conoce, pero que los clásicos enterados de las tertulias esgrimen sin pudor.

    Desde el año 2006 ya ha llovido. Poco… pero ha llovido. Desde aquél 29 de octubre en que proclame mi horror ante lo inevitable, con un quejumbroso artículo que entonces publiqué (La buena noticia: “el tostón de Halloween”, la colonización y proliferación de la fiestecita en la que se homenajea a los muertos cachondeándose de los mismos, ha permanecido terne e inexorable. Se sigue alardeando  de la falta de fe en Dios y cayendo en el culto a los diablos.

    Me niego en rotundo, una vez más, en ceder a la tentación de unirme a esta historia y, sintiéndolo mucho, mandaré a hacer puñetas “cariñosamente” a mis nietos y tiernos infantes vecinos que me digan aquello de “truco o trato”. Que no sé que moño es.

     Días atrás fui a una consulta médica; la recepcionista, con su garita llena de muñequitos extraños, me ha dicho con una sonrisa: “truco o trato”. La mirada que le he echado ha sido suficiente. Me ha atendido amablemente y no ha dicho nada más.

    Este día de los Santos compraré unas pocas castañas, unos huesos de santo y unos buñuelos de nata. Llamaré a mis hijos ausentes y a mi hermana y, posteriormente, en mi casa, efectuaremos una degustación de rosetas alrededor de la mesa de camilla. Participaré de una misa de agradecimiento a los Santos y de apoyo a los difuntos que se encuentran en espera de su paso definitivo a la presencia de Dios. Por supuesto, nada de disfraces y de calabazas incendiarias. Faltaría más. Intentamos llegar a ser seres de luz. No de tinieblas.         

        Tenemos que atrincherarnos. Vienen de nuevo. ¡Si mis padres levantaran la cabeza! Sigo prefiriendo  mis Santos. Con mayúscula o sin mayúscula.

Atardecer en el lago de Tiberíades

(foto del autor)

ESTADÍSTICAS

23 f, 22

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 23 de octubre de 2022

      Siempre se ha dicho que existen tres niveles de mentiras: las mentirijillas, las mentiras gordas y las estadísticas. En ese orden

     Yo añadiría un estadio superior: las encuestas. No es que obligatoriamente sean tramposas. Es que son muy manejables por aquellos que las preparan. Estamos hartos de observar diferencias muy apreciables entre sus resultados (especialmente los políticos) en función del partido que las subvenciona. La más corriente es aquella que publican los medios con referencia a los asistentes a un mitin o una manifestación. Los interesados dicen una cifra bastante inflada y los contrarios hablan de un número cinco veces menor. Tenemos que buscar un guarismo intermedio para conseguir una cantidad más aproximada.

     Todo este preámbulo me sirve para ilustrar mi buena noticia de hoy. Se basa en que, debido a mi curiosidad, he podido introducirme en los vericuetos del CIS y sus esperadas (y denostadas) conclusiones a través de sus encuestas. Sus resultados son a veces extraños o a veces reveladores. Lo importante es que nos sirven para entender por donde andamos y por donde dicen que caminamos.

    Por ejemplo: con respecto a la situación económica de España el 16,7% de los encuestados dicen que es buena. A continuación el 59.9 % manifiesta que la suya personal es buena. ¿A quien le hacen las preguntas? Con el pago de impuestos si que esta la mayoría de acuerdo. El 70% dice que debemos seguir el mismo criterio impositivo en todo el territorio nacional y que los ricos tienen que pagar más impuestos que los pobres. ¡Faltaría más!

      Con referencia a los problemas que tenemos en España consideran que el más importante es la crisis económica, el segundo el paro, el tercero los problemas políticos en general y en cuarto lugar la sanidad. (En quinto lugar se refieren al gobierno y a los partidos políticos, que estimo que son los que tienen que intentar solucionar esto). O los encuestados, o los que realizan las encuestas, olvidamos hablar con más atención de las crisis de valores, de los conflictos generacionales, la inmigración, la vivienda, el papel de los medios de comunicación. Etc.

     Cuando el estudio se detiene en los políticos surge ya el maremágnum. Los encuestadores barren para casa. Pero la encuesta nos permite comprobar que no conocemos a la gran mayoría de nuestros próceres. Un centenar de ministros, ex ministros y similares son unos perfectos desconocidos para el españolito de a pie.

     Otra buena noticia que me apresuro en resaltar. El 98.9% de los encuestados ha ido a la escuela y tan solo un 0.2% es analfabeto. Un 48 % han completado los estudios de grado medio y más del 43% los de grado superior. Proliferan los másteres y los estudios de posgraduado.

     La siguiente encuesta que me ha sorprendido es la que recoge las creencias. Un 56% de los encuestados se define como católicos, de los que solo un 18.9% se considera practicante. De los que así se consideran el 14.2% cumplen el precepto dominical.

      Para terminar. El 50% de la muestra esta casado, el 33%, soltero, el 7.3% viudo y el 9.5 separado o divorciado. De los ingresos mejor no hablar. Un buen porcentaje de mileuristas y similares y un sorprendente 18.8% con más de 3.000 euros de ingresos mensuales.

     Estamos con el agua al cuello pero somos un gran país. No excesivamente bien dirigido pero con una gente currante y emprendedora. Se cree menos en el matrimonio y se practica poco. Hemos pasado del nacional catolicismo al nacional pasotismo. Con una religión dominante basada en los signos externos y mucho folklore. Vivimos una ruptura generacional que, por otra parte, ha existido desde siempre.

     Mientras estaba elucubrando sobre estos temas he descubierto que las estadísticas no son tan embusteras. Tan solo tenemos que saber huronear en ellas.

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

20 de octubre de 2020

   Los mayores descubrimos con sentimiento que nuestra capacidad de influir en los demás pasa, como por ensalmo, del todo a la nada

   Parece mentira. Pero tres días después de la jubilación pasas de ser D. Juan a ser juanillo. He conocido el hecho, protagonizado por un altísimo ejecutivo de una importante empresa, de un jefazo que se encontró que, una semana después de su cese, el chofer que le había acompañado y peloteado constantemente, le ignoraba por completo.

    Mientras te encuentras en el candelero, surgen a tu alrededor aduladores e individuos de poca clase que ríen tus gracias y ensalzan tus hechos. Se adhieren inquebrantablemente a tus decisiones y deseos y besan el suelo que pisas.

    Cuando se pierde le “sillón”; cuando pasan los años; cuando dejas de ser influyente; también pasas al segundo plano. Ya te llaman menos por teléfono, ya aceptan menos tus errores y dejas de ser imprescindible, para pasar a convertirte en un ser oscuro, incómodo y perfectamente prescindible.

    Los que son inteligentes, tardan poco en asumir la nueva situación. Los que no se han preparado para ello, van de decepción en decepción y acaban deprimidos. Como dice el Evangelio: “cada día tiene su afán”. En la tercera parte de tu vida (el segmento de plata), descubres cuales son tus verdaderos amigos, que no te acompañan por lo que eres, sino que lo hacen por como eres.  

    Creo que esto lo entienden muy bien los políticos, que, por lo que pueda pasar, se agarran al sillón como a un clavo ardiendo, preparan el desembarco en otros puestos y se preocupan de alcanzar una buena jubilación. A ser posible en la poltrona de un consejo de administración. (Me ha salido una rima).

     Los “pringaos”, que hemos pasado por puestos de mediana responsabilidad, descubrimos que toda nuestra fuerza como líderes se diluye como un azucarillo en un vaso de agua. Pero nos queda la satisfacción del deber cumplido y el regusto que recoge maravillosamente la frase del “Divino Impaciente”: La virtud más evidente, es hacer sencillamente… lo que tenemos que hacer. Lo demás, es “viruta de Puertollano”.

       Del todo a la nada. Te conviertes en invisible. Los “amigos” dejan de serlo. Pero lo aceptas con dignidad.

SÍ QUE DONAN

16 f, 22

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 9 de octubre de 2022

     En un artículo que escribí hace una docena de años, me quejaba de la poca colaboración de las grandes cadenas de alimentación con los bancos de alimentos

      En estos tiempos, gracias a Dios, esta circunstancia ha cambiado, para bien, extraordinariamente y la solidaridad de las grandes superficies es patente. No solo participan en las grandes campañas de captación de alimentos, sino que constantemente realizan entregas de productos perecederos para su posterior reparto entre las entidades que se dedican a esta maravillosa labor.

    En Málaga tenemos uno de los bancos de alimentos más eficaces de nuestro país. Se trata de BANCOSOL, una institución que atiende a más de 50.000 personas pertenecientes a miles de familias de Málaga y su provincia que sufren dificultades económicas y de todo tipo. Este trabajo lo realizan en colaboración con las 169 entidades que realizan el reparto final a los usuarios. Cas 3.000.000 de kilos a lo largo del pasado año.

    La buena noticia de hoy se basa en el despliegue extraordinario que realiza esta entidad en colaboración con un montón de grandes establecimientos, los cuales prestan sus instalaciones para la captación de fondos, que posteriormente se cambian por alimentos, así como para que los voluntarios informen de la posibilidad de hacer aportaciones económicas por medio de las diversas opciones que se ofrecen. Este esfuerzo extraordinario se realizará en Málaga y su provincia los días 25 y 26 de noviembre del presente año. Al mismo tiempo se pondrá en marcha la gran recogida –en este caso para de carácter económico- a través del Bizum 00877 y de las diversas cuentas corrientes de Bancosol. Con estos fondos se podrán adquirir los alimentos necesarios en cada tiempo para la atención a los usuarios finales. De todo ello se os hablará a través de las redes sociales y del boca a boca, una labor puesta en marcha por los cientos de voluntarios de BANCOSOL.

     Pero hoy, especialmente, quiero resaltar como excelente noticia  la donación por parte de MERCADONA de 10.000 Kg. de alimentos que se harán llegar a las naves de Bancosol. Se trata de alimentos de primera necesidad, especialmente apropiados para los menores.

     Tengo la suerte de participar como voluntario en toda esta campaña y puedo asegurar lo bien organizada que se encuentra y como posibilita la atención alimenticia de los niños, que son los más necesitados en estos momentos. Así que aprovecho estas letras para animaros a colaborar con la misma. Estoy convencido que los malagueños y las grandes superficies  sí que donan.

EL DESFILE

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El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

13 de octubre de 2020

    Como cada año ayer volví a presenciar los actos del día de la Hispanidad. Otra vez con lágrimas en los ojos

      Lo cierto es que los pertenecientes al “segmento de plata” sufrimos el síndrome de la expresión de los sentimientos sin ningún tipo de recato. En una palabra: que lloramos a la primera. Cada doce de octubre me apresto a instalarme delante del televisor para presenciar el desfile de las fuerzas armadas que acompaña a la celebración del día de la Hispanidad. Y entonces comienza el drama.

      Debo ser un idiota. Me sigue poniendo los pelos de punta la presencia de la bandera de España. Será porque la he jurado en un par de ocasiones (cuando me incorporé al ejército, allá por 1963 y cuando lo hizo uno de mis hijos a principio de los noventa), o por que sigo manteniendo ese “espíritu militar” que nos pedían en las Milicias Universitarias.

     Tuve la oportunidad de vestir uniforme militar a lo largo de tres veranos. Los dos primeros en el campamento de Montejaque y el tercero en Alcalá de Henares. En mi paso por el ejército aprendí un montón de cosas y me salió la barba. Experimenté la convivencia dentro de una tienda de campaña con diez bigardos como yo. Conocí la disciplina del “porque lo mando yo”. Aprendí a conducir camiones, grúas y carros de combate. Desfilé orgullosamente a pie, a caballo y en carro de combate, etc. Todo ello como una especie de aventura inesperada para un jovenzuelo que jamás había abandonado el caparazón familiar.

      Pero el paso por el ejército es algo más. Es una experiencia vital de la que sales con amigos para toda la vida y con una formación personal que te ayuda a lo largo del resto de la misma. No se pierde el tiempo. Ni mucho menos. Fue un complemento importante en el paso a la madurez y la identidad de unos jóvenes que no están acostumbrados a la supervivencia en soledad.

     Pero aquel ejército por el que pasé y que sigo considerando muy importante en mi vida, servía para otras muchas cosas. Lo pude vivir en mi etapa de prácticas. Me encargaron la formación de cien reclutas recién llegados del campamento. Setenta gallegos y treinta andaluces. Ochenta de ellos salieron con todos los carnets de conducir, lo que les ha servido para mucho en su vida laborar posterior. Otros veinte, dejaron de ser analfabetos y conocieron otro mundo lejos de la aldea.

     Viendo desfilar a las fuerzas armadas pensé el bien que haría a muchos jóvenes de ambos sexos que andan sin rumbo por la vida, manejados por las modas y los “influencers”. Un paso, a su debido tiempo y en su debida forma, por una preparación y una prestación de servicios a España les vendría muy bien a ellos y al resto de nuestro país. He tenido la oportunidad de comprobar como los ciudadanos suizos están comprometidos con su tierra y prestan sus servicios militares durante unas cortas etapas de cada año.

     Como pudimos ver en el desfile de ayer no todo el ejército se dedica al manejo de las armas, a la preparación para los conflictos internacionales y la pacificación de zonas con todo tipo de problemas. También son una fuerza eficaz para ayuda en las emergencias y las catástrofes, para el mantenimiento del orden público y para el control de la paz y la estabilidad del país.

    Está de moda la infravaloración y casi el desprecio por lo que ha sido nuestra España. Parece que nos da vergüenza ser españoles, hablar español y querer a nuestro país. Lo políticamente correcto es andar en la ambigüedad y resaltar los errores cometidos, mientras se pretende ignorar lo que España ha sido, es y será en el progreso, la culturización y, aunque moleste a muchos, en la evangelización del mundo.

      Todo eso pensaba ayer mientras algunos políticos y “fuerzas vivas” jugaban al escondite, otros se quitaban de en medio y los cuatro sentimentales, que piensan igual que yo, nos enjugábamos las lágrimas y nos recreábamos en las imágenes de aquellos tiempos en que la familia rodeaba y presumía del joven que había cedido al país por un tiempo, para que le sirviera como soldado. ¡¡Aquellas juras de bandera!

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 9 de octubre de 2022

      Hoy se ha cerrado el ciclo vital de un malagueño que tuvo que abandonar familia y entorno para subsistir durante los malos tiempos

       Llevo siguiendo esta historia desde hace muchos años. Conocí a su protagonista en una gran ciudad del sur de Francia en la que llevaba muchos años buscándose la vida.

      Como tantos otros malagueños de la posguerra, el protagonista de nuestra historia, tuvo que emigrar a Francia en aquellos años sesenta en los que el paro y la miseria proliferaban en Málaga y en el resto de España. En los tiempos actuales, posiblemente, nuestro hombre se habría buscado las habichuelas en el mundo de la farándula. En aquellos años, este “artisteo” era muy peligroso, amén de proporcionar a sus integrantes de unos escasos beneficios. Pan para hoy y hambre para mañana. Otro miembro de aquella generación del “Chiquito de la Calzá”. Su nombre artístico: Pepito el del quiosco”.

      Su hermano mayor, que ya llevaba años en Francia, tiró de el y le buscó un puesto en la formidable fábrica Renault de Lyon. Allí encontró a su esposa y desde allí inició su flamante familia un periplo de trabajos, penurias y luchas para sacar adelante la familia que se había incrementado con cuatro hijas. A base de duplicar trabajos se pudieron hacer de una casita en los alrededores de la gran ciudad y allí permaneció hasta la hora de su jubilación. Una vez más siguió a su hermano que se había trasladado a la provincia de Tarragona. Allí vivió sus últimos años.

      Durante esta larga etapa no dejó de venir por su Málaga querida. Varias Semanas Santas, algunos veranos, al entierro de su madre, etc. Tuve la oportunidad de compartir con él alguna de esas visitas a nuestra ciudad. Cada vez se admiraba más del cambio que está experimentando nuestra Málaga.

      Desgraciadamente falleció hace un mes. Pero nunca morimos totalmente. Esta es mi buena noticia de hoy. Esta mañana se han desplazado su viuda y sus hijas a Málaga para depositar sus cenizas en la bahía malacitana. Una empresa dedicada a estos menesteres garantiza la realización de este acto de una manera eficaz y totalmente dentro de la legalidad.

      Tenía hijas y nietos en Francia. Ya son franceses del todo. Pero guardan en su corazoncito esa llama malagueña y la memoria de ese chavalillo que se crió en el Muro de Santa Ana y que, por avatares de la vida, tuvo que vivir en tierras lejanas. Hoy descansa en paz en los brazos de la Virgen de la Victoria y arropado por chanquetes y boquerones de su Mediterráneo malagueño. 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries

6 de octubre de 2020

 Decía mi abuela, con mucho desparpajo, que los mayores corríamos el peligro de pasarlas canutas por una de las tres Ces: Casarse, Ciscarse, o Caerse

  Después de casi cincuenta y dos años de casado ya creo haber superado sin peligro la primera C y no creo que jamás caeré en la reincidencia. Por lo concerniente a la segunda, a la evacuación del tracto intestinal, creo que, de momento, funciona bastante bien y sin alteraciones notables. Con referencia a la tercera C no puedo decir lo mismo. Son tan notables y tan importantes en mi vida las caídas que hace más de veinte años escribí una narración bajo el título de “las caídas”. A lo largo de mi vida, los “guarrazos” (expresión muy malagueña), han sido tremendamente trascendentes en el devenir de la misma. Con buenas y malas consecuencias.

 Y es que tengo la tendencia a “caerme en lo barrido”. Los “aterrizajes” de mis sobrados cien kilos producen daños muy apreciables en mi cansado cuerpo. Jamás he sufrido fracturas -creo que soy de huesos duros-; pero de roturas de ligamentos, artrosis, hernias de disco, problemas de columna, ciáticas, etc., puedo presentar un amplio muestrario.

 La última vez ha sido el pasado jueves. Procedía a mi caminata habitual por la amplia avenida que divide la Universidad de Málaga a un paso rápido. Un ligero resalte en el pavimento me hizo perder el equilibrio y “hocicar” (creo que es el término que retrata mejor el hecho) contra el duro suelo. La rápida extensión de los brazos me permitió salvar la cara. Manos y rodillas sufrieron la consecuencia del “jardazo”.

  Miré a mí alrededor mientras me levantaba. No se encontraba cerca ningún transeúnte. Tan solo los conductores de un montón de  vehículos, que estaban en medio de un semi atasco matinal, me echaron un vistazo indolente. Supongo que alguno incluso se sonrió.

Me enderecé de la forma más digna que pude y continué mi camino como si no hubiera pasado nada. Cuando conseguí encontrar un banco, me senté en el mismo para valorar el daño recibido. No había roturas ni dolores excesivos. Unos desollones sangrantes en la palma de las manos y las rodillas. El daño se solventó con agua, jabón y Cristalmina. Y el consiguiente palizón general en mi osamenta.  

Creo que los pertenecientes al “segmento de plata” tenemos tiempo, capacidad y necesidad de analizar las diversas circunstancias que nos ocurren cada día. En este caso pensé varias cosas: en primer lugar, recordé que pierdo el equilibrio con facilidad y que soy un tipo bastante mayor, como consecuencia, tengo que moverme con más cuidado. En segundo lugar observé la soledad del individuo entre la multitud de la urbe; la indiferencia del que va deprisa por la vida sin pensar en atender al prójimo. La tercera es que no podemos andar por la urbe sin documentos encima. No es que sea necesario llevar un cartelito colgado del pecho. Basta con llevar un carnet y un número de teléfono al que avisar.

 ¿Por qué les largo esta perorata? Porque la mayoría de mis lectores pertenecen al gremio de “puretas” o similares. Casi todos efectuamos caminatas en soledad muchos días. Hemos de reconocer que no tenemos la agilidad de otros tiempos. Creo que estoy realizando un servicio público y una información pertinente.

 Si no es así, he aprovechado de esta columna para desahogarme ante la impotencia de no poder controlar suficientemente mis ciento ochenta y cinco centímetros de estatura;  y para confirmar la certeza de que el enemigo “caída” nos acecha peligrosamente a los mayores. El paso de los años tiene esas consecuencias.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

Málaga 2 de octubre de 2022

           El avance en la investigación y la excelente formación de las nuevas generaciones nos permiten mirar al futuro con esperanza

           A lo largo de nuestra vida sufrimos hechos y situaciones que nos marcan para siempre. Especialmente aquellas que te suceden cuando aun no has alcanzado la plena madurez. A medida que van transcurriendo los años, el ser humano se va endureciendo y se superan con más entereza los acontecimientos negativos de la vida.

           Personalmente tuve la desgracia de ver como un fulminante ataque al corazón se cobraba la vida de mi padre. Por entonces yo tenía veintidós años. Nos encontrábamos solos y cuando pudimos hacernos con un médico había transcurrido media hora y mi padre había fallecido a los cincuenta y ocho años.

           Esta escena ha vuelto a aparecer en mi memoria leyendo una buena noticia que ha llegado a mí poder a través de las redes. Según comunica el Colegio de Enfermería de Málaga, un de sus asociadas, matrona del Hospital Materno Infantil, ha salvado la vida de un vecino, que había sufrido un grave episodio coronario, practicándole las medidas de reanimación durante más de media hora, consiguiéndole mantener con vida hasta la llegada de una ambulancia medicalizada, que consiguió la estabilización total. El enfermo ya está en su domicilio totalmente recuperado.

        He recordado aquél momento en que, si hubiera tenido medios o conocimiento suficiente, habría salvado la vida de mi padre. Las nuevas generaciones están mejor preparadas para afrontar estos temas. Los profesionales de la medicina, las fuerzas de seguridad, los responsables de atención a grupos de gente, etc., están suficientemente formados para realizar las maniobras de rehabilitación y a utilizar los desfibriladores que se encuentran ubicados en centros oficiales, establecimientos y distintas asociaciones.

     Enhorabuena a la enfermera que, por cierto, se trata de una hija mía, nieta de aquel hombre que en el año 1967 murió prematuramente por no contar con la ayuda precisa. “Casualidades” del destino. En este enlace pueden leer la noticia. Carmen Montes Lluch protagoniza hoy mi buena noticia. (Aquí les facilito el enlace).