LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 28 de enero de 2024

    En estos días se celebra en Madrid FITUR, una de las ferias temáticas más importante de España

    A lo largo de mi vida, debido a mi anterior profesión, he asistido a innumerables ferias de muestras del sector textil. A lo largo del mes de enero y, a veces, principios de febrero, los fabricantes de tejidos, prendas confeccionadas y maquinaria para dicha industria, presentaban sus novedades en unos tremendos recintos situados en la Plaza de España de Barcelona, en el recinto de muestras valenciano y últimamente en Madrid con la semana de la moda.

     Allí nos dirigíamos fabricantes, compradores y comerciales de toda España, buena parte de Europa y Oriente medio, dedicados al honroso negocio textil, hoy casi desaparecido tras el advenimiento de las multinacionales, grandes superficies, franquicias y una globalización productiva que se ha cargado la industria y el comercio “de ropa, de alfombras, lencería, mantas, sabanas y toallas, etc.”.  Aquellas ferias se diferenciaban de la que se celebra en estos días en Madrid, por la escasa o casi nula asistencia de políticos. Allí solo se hablaba de negocios y nada de la situación de los diversos partidos en constante lucha.

      Los certámenes de hoy se han convertido (además que para la realización de los negocios turísticos para lo que nacieron) en un escaparate en el que los prebostes de turno se pavonean de sus resultados, hacen declaraciones estridentes y critican a todo bicho viviente que no sea de su cuerda. Hoy en día se aprovecha la situación para hacer declaraciones políticas –que inmediatamente se rectifican- y para hablar de lo que no se atreven en el Congreso. Los medios de comunicación de toda España destacan allí gran parte de sus redacciones a la “caza y captura” y todos se ponen “a modo” de viandas de todo tipo. Un canto al comercio y al “bebercio”. Hace años la llamé: “Fritur”.

   En función de estos hechos la he denominado con el mismo título de aquella famosa novela de mediados del siglo XIX, “La feria de las vanidades”, que ha sido llevada al cine y a la televisión en diversas ocasiones. Todo un escaparate de frases veladas y de segundas intenciones aprovechando las circunstancias.

          La buena noticia de hoy se basa en que los hosteleros de nuestra bendita Andalucía no van a engañar a nadie con aquello de “sol y playa”. Los turistas que decidan venirse por aquí se van a hinchar de sol, dadas las perspectivas climáticas que se nos avecinan. De agua no se que va a pasar, pero el buen tiempo, el pescado frito y el buen vino o la cerveza no les va a faltar.

     La semana que viene los próceres volverán a sus cuarteles de invierno ufanos de lo bien que lo han hecho y lo bien que han quedado. Yo seguiré añorando aquella Málaga llena de tiendas de ropa, de fábricas de tejidos, pantalones, lencería y punto que movían la economía malacitana. Hogaño nos toca turismo. Bienvenido sea.

PERIODISTAS

25 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 25 de enero de 2024

         Ayer celebramos el día del patrón de los periodistas y de los escritores: San Francisco de Sales

        Puede que alguno de mis lectores se pregunté la razón por la que fue nombrado patrón de este gremio, dada la impresión de ser un oficio un tanto moderno. Nuestro buen Obispo Francisco de Sales  desarrolló su labor en Ginebra, la ciudad “del chorro” a orillas del lago Leman. Era un gran orador y un excelente escritor. Se dedicó a escribir folletos alentadores que después repartía casa por casa. En una palabra: fue un periodista de buenas noticias y de la Buena Noticia.

     Cada año nos reunimos un grupo de periodistas para conmemorar el día con una Misa y de paso, entregar distinciones por parte de la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga. En dicho acto se premia a los medios y compañeros que se han distinguido por su trayectoria. En esta ocasión han sido homenajeados Canal Málaga TV. -una empresa en la que llevo una decena de años realizando programas solidarios-, y Rafael Contreras, un veterano periodista curtido en muchas batallas y con el que compartí una tertulia televisiva durante muchos años.

     A este acto acudimos muchos periodistas “mayores”. Aquellos que estamos retirados del fragor de las redacciones, de la lucha diaria por la exclusiva y por la búsqueda de una verdad que se aproxime a la VERDAD con mayúsculas.

    En un momento de la Eucaristía celebrada en honor de la prensa,  así como en recuerdo del patrón, he podido escuchar una frase que me ha hecho pensar: “Los periodistas debemos llevar ánimo y esperanza a aquellos a quien nos dirigimos. Sin dejar de buscar la verdadera realidad de los hechos, intentar dulcificar el mensaje con una expresión un tanto más optimista”.

     Es cierto, hay un estilo periodístico que no es nuevo. Se trata de buscar el titular de la forma más atrayente posible. Y no podemos negar que lo que vende es el morbo. Últimamente se incurre cada vez más y en todos los medios, a la crónica negra y a la búsqueda de las peores actuaciones del ser humano. La filosofía de aquél “el Caso” publicación que tanto éxito tuvo el pasado siglo. Creo que durante la pandemia se suavizo bastante esta tendencia. Pero estimo que hemos vuelto a las andadas.

    Un año más me he vuelto a reunir con los viejos periodistas malagueños que fueron ejemplo para mí y que encaminaron esta última etapa de mi vida a intentar transmitir sentimientos positivos a  aquellos que se presten a leer mis escritos.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 21 de enero de 2024

     Estimo que alcanzamos la madurez plena como personas,  cuando estos tres parámetros tienen el mismo significado en nuestra vida

    Cada día podemos observar como los distintos próceres se ciscan en cuanto dicen y hacen con la excusa de que “han cambiado de punto de vista o de idea”.

    El mundo se mueve a golpes de timón basados en que “el fin justifica los medios” y donde “dije digo… quise decir Diego”. Los que tienen que dar ejemplo de coherencia, no se recatan en desdecirse de cuanto antes habían defendido calurosamente con algún tipo de escusa. Se basan en la obediencia ciega al “argumentario” de cada día, que le viene impuesto “desde arriba”.

      Es muy difícil que encontremos a personas que mantengan su criterio, sus pensamientos, con la palabra y los hechos. El resto de los mortales se mueven en el campo de la hipocresía, el engaño, cuando no, en la mentira descarada. Así que, desgraciadamente, cada vez confiamos menos en aquellos que debían regirnos con mano firme y camino recto. 

     La buena noticia, nunca mejor recogida, la encontramos en las palabras de Jesús de Nazaret, claras y terminantes, contrastadas por su vida y muerte, por su ejemplo desarrollado a lo largo de su corta vida, en un país y unos tiempos difíciles.

    Cada vez que me acerco al Evangelio descubro la sencillez y profundidad de su mensaje así como en el acercamiento a la felicidad que se alcanza cuando se siguen sus dictados. Y lo lejos que nos encontramos a veces en función de su interpretación.

      Estos días estamos celebrando la semana de unión entre los cristianos. ¿Qué ha pasado para que haya esa división en múltiples ramas? Pues muy sencillo. Nos pasa lo mismo que a los políticos. A lo largo de los siglos las mentes pensantes han hecho de su capa un sayo y han montado cada uno su historia. Han deducido “lo que quiere decir”, en lugar de lo que realmente dice. Y han adaptado la verdad a sus necesidades temporales y su propio criterio. Al final, se han quedado en palabras… palabras… y palabras, apenas reflejadas en los hechos.

      Creo que todos los seres humanos y especialmente los cristianos,   deberíamos radicalizarnos: volver a nuestras raíces. Hacer patentes en nuestras vidas las propuestas evangélicas sin ningún tipo de filtros. Con menos signos externos, menos normas, menos parafernalia y más vida. Buscar lo que nos une y no lo que nos separa.

    Pensar en lo que nos dejó dicho Aquel Nazareno, proclamar la Buena Noticia e intentar vivirla. Pero sin engañar a nadie. Las otras noticias, las otras “verdades”, cada vez se pueden defender menos. Ya les tenemos calados.              

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 11 de enero de 2024

         Los mayores a veces tenemos la tentación de vivir como cuando teníamos cuarenta años

       Entonces cometemos un gran error. El ser humano está planificado maravillosamente para vivir una serie de años. Pero no siempre de la misma manera. Los medios de comunicación nos bombardean a diario con información que te invita a pasar del abandono a una fácil manera de volver a la juventud.

     Los mayores nos vemos embarcados en el discernimiento entre lo que nos dicen y la realidad. A veces caemos en el error de hacer caso a los cantos de sirena y actuar de una manera alocada. La realidad de los hechos nos pone a todos en nuestro sitio.

     Es corriente ver como personas, al parecer sensatas, transforman sus caras con tratamientos aberrantes que les convierten en una especie de muñecos inflados. Se trasplantan y tiñen cabellos, se estiran pieles colgantes, se visten de una forma estrafalaria y se vuelven a poner “en el mercado” a la espera de aventuras fáciles y relaciones de difícil culminación.

    Yo mismo he pretendido volver a las aulas con el ímpetu de unos jóvenes recién salidos del bachillerato y con las mentes frescas. El choque ha sido brutal. Los exámenes finales del cuatrimestre casi me han costado una enfermedad y me ha invadido una sensación de impotencia rayana en la depresión.

    La memoria cercana necesita de unas neuronas frescas y no fatigadas por el paso de los años. Todos sabemos como recordamos fácilmente lo que vivimos hace 50 años y olvidamos donde hemos dejado las gafas (que por cierto llevamos puestas).

    Esta penosa, aunque necesaria, sensación de impotencia, me ha hecho bajar los humos y volver a la auténtica realidad. Los mayores no debemos quedarnos parados, sino movemos a otra velocidad más acorde con nuestras posibilidades. Así que si no consigo superar las diez asignaturas de este curso, habré aumentado mis conocimientos histórico-geográficos de una forma notable. Además, me habré sentido útil para transmitir la experiencia propia de mi provecta edad a media centena de jóvenes bastante brillantes a mi entender.

    Como conclusión. Debemos medir nuestras fuerzas. Decía el Divino Impacientede Pemán: “No hay virtud más evidente es hacer sencillamente lo que tenemos que hacer”. Me aplicaré el parche.

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES
                                            Málaga 14 de enero de 2024

      Esta pasada semana nos hemos encontrado con la subida del salario mínimo interprofesional en un 5%

    Es decir, que el que tenga un trabajo estable en estos días, cobrará como mínimo catorce pagas mensuales de 1.134 euros. Hemos podido comprobar como, llenos “de orgullo y de satisfacción”, los artífices de esta subida manifiestan sus logros en el aspecto de la mejora en los salarios.

    Ha venido a mi memoria aquellos años de mediados de los 60 en los que participé en una negociación de salarios a mis apenas 20 años. Trabajaba por entonces en Intelhorce, la tristemente desaparecida industria textil malagueña, y había sido elegido miembro del Comité de Empresa por el grupo de administración. Como era el más joven de todos fui designado secretario del mismo.

    En aquellos días se negociaba un convenio y recuerdo cual era una de las reivindicaciones que llevamos al Consejo de Administración de la empresa, presidido por un preboste que apenas conocía la fábrica. Entonces se solicitaba el aumento del salario mínimo diario de 90 a 91 pesetas. Creo que se consiguió. Nada ha cambiado.

    Seguimos lo mismo. Si suben el salario un 5% y el coste de la vida un 6% aproximadamente, nos quedamos prácticamente igual. Así que basta de presumir que ganamos un 50 % más que hace cuatro o cinco años. Nos cuesta lo mismo –o más- llegar a fin de mes. Me recuerda la anécdota de aquel comerciante “avispado” que decía vender más calcetines que nadie. Los compraba a 5 y los vendía a 4. ¡Pero vendía muchos! Tardó poco en arruinarse.

    Me siento incapaz de impartir clases de macroeconomía. Pero creo que la solución no estriba en trabajar menos y cobrar más. Sino en rendir el máximo y que mejoremos la producción, respiren las empresas y seamos más competitivos con los países emergentes que nos están dando sopas con honda.

   En todo este lío se intuye una “buena noticia”. Vivimos mucho mejor que en aquellos años 60. Hemos pasado del Vespino a la Honda, del 600 al coche híbrido. Tenemos vacaciones para más gente y nos acercamos bastante al estado del bienestar. Los bares y restaurantes están llenos. Pero no para todos. El paro sigue estando ahí y la solución no está en la subvención, sino en la promoción del empleo mediante la formación de los jóvenes y el apoyo a los emprendedores. No a los especuladores ni a los buscadores de “paguitas”.

      Desgraciadamente añoramos aquella Málaga industrial donde se confeccionaban pantalones para toda España, lencería para toda Europa desde el Valle del Guadalhorce, prendas infantiles para todo el mundo, y en todos los pueblos del interior, pequeñas talleres textiles vivían de rematar el trabajo de aquella pujante ciudad industrial que tenía algo más que turismo y museos. Para volver a esa situación no hacen falta chimeneas. Pero sí apoyo al 2º sector que tan bien nos fue en su día.

MEDITERRÁNEO

11 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 4 de enero de 2024

      Tengo la fortuna de poder contemplar el mediterráneo desde que amanece     

     No exagero ni un ápice. Mientras desayuno veo aparecer el sol por encima del azul de las aguas. Se produce en mí una sensación de paz y de amor por la naturaleza que me perdura a lo largo de todo el día.

   Algo así deben de sentir todos los habitantes de las costas del Mare Nostrum. Desde Grecia hasta Gibraltar todos vemos aparecer el sol por encima de las olas o de la mar calma. Estas sensaciones producen impacto en cuantos tenemos un mínimo de sensibilidad.

   Así entiendo como, desde la antigüedad, las distintas civilizaciones han ido recorriendo sus costas normalmente de levante a poniente. Buscando puestas de sol más tardías. Este año tengo la oportunidad de conocer más detalladamente las distintas civilizaciones que han surcado sus mares, en busca de minerales, de lugares con los que comerciar o países donde extender sus dominios.

    Me maravilla como desde la península de Anatolia, las islas griegas, las costas romanas, incluso los árabes, surcaron el charco buscando la orilla buena del Mediterráneo. A lo largo de los siglos se han ido extendiendo sus habitantes por todo este mar cálido y calmado y les ha ido permitiendo la mezcla de razas, de culturas y de religiones.

    Si rascamos nuestros suelos costeros nos encontramos con una civilización encima de otra que han dejado su impronta y parte de su manera de ser y de vivir.

    Todo esto ha venido a mi memoria leyendo la noticia de que han encontrado más vestigios de pasadas civilizaciones en la Torre de Benagalbón. No hay que excavar mucho. De niños, apenas rascábamos un poco, encontrábamos enterramientos árabes a pie de playa, Enfrente de mi casa han destapado una villa romana que estaba ahí esperando desde siempre. 100 metros hacía el Camino Viejo hay unas termas que descubrieron y taparon no se debido a que. Encontraremos vestigios en cualquiera de nuestras costas. Son nuestros ancestros. Una gran mezcla.

       Hoy me siento muy orgulloso de llevar sangre de todos esos pueblos. De haber pertenecido a la Magna Grecia, al Imperio Romano, al Ándalus y a cuantos nos han precedido a las orillas de este mar. Especialmente cuando me entero que las ruinas del Faro de Alejandría fueron investigadas por un malagueño del siglo XII: Ibn al Sayj. Este era tan curioso como yo.

    El Mediterráneo pertenece al “segmento de plata” de los mares. Por su edad y conocimiento. Su capacidad de acompañar y de transmitir sensaciones positivas. Juan Manuel Serrat tenía razón.  

LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

                                            Málaga  7 de enero de 2024

      Las fiestas navideñas y la parafernalia que las rodean, parecen especialmente diseñadas para que todos seamos como niños

      Como mis lectores conocen vivo en una casa muy familiar. Por sus habitantes fijos y los esporádicos. Por su número de ellos y su culto a la tradición.

   Hay varios momentos claves dentro de estas fiestas, pero el que produce más revuelo, es el de la mañana del día de Reyes. Y es lógico: 19 mayores y 20 niños dan mucho de sí. Para colmo, sus majestades depositan todos sus regalos en el salón de los abuelos y allí acuden en manada a recoger lo que les hayan dejado.

     Hoy en día llegan “los reyes” para todos. Mayores y pequeños. Los niños de la posguerra vivíamos de una forma distinta. Los padres se las ingeniaban para encontrar unos maravillosos regalos que hoy no pasarían la crítica más benigna. Pero los niños de entonces éramos tan felices como los de ahora. En las calles del centro de Málaga se habían instalado puestos artesanales con unos muñecos de cartón, unos motoristas de lata, un surtido de ollitas, de recogedor y escobas, palos de escoba con cabeza de caballo y unas riendas de “guita”, burros acartonados con serones, aros de madera., etc. Nunca faltaban “las cosas del colegio”, adquiridas en Denis o en casa Kreisel (la que ardió un lunes Santo): gomas Milán, sacapuntas, lápices del 2 y una caja de 12 colores de Alpino. Esos eran los lugares claves para los Reyes Magos.

     ¿Qué nos dirían los niños de ahora de aquellos regalos? Seguro que nos los tirarían a la cara. He visto por mi casa maquinas infernales electrónicas de todo tipo, muñecos especializados en matemática cuántica, tabletas con I.A. incorporada, Transformers que dan miedo y toda suerte de regalos (con la etiqueta para descambiar incluida) de unos grandes almacenes donde se surten los Reyes Magos.

    Este año he pillado una ropa preciosa, colonia y una radio despertador que no suena, comprada a una de esas plataformas a la que no puedo reclamar porque no sé ni donde está. (Me dicen que se devuelve y te mandan otra que funciona). No me fío mucho. Sigo añorando aquél motorista de lata que nunca tuve.

    La buena noticia nos la proporcionan los niños. Los de antes y los de ahora. Los niños de los cincuenta del siglo pasado y de los veinte del presente, los que queríamos y los que quieren, ser felices. Sentirse protegidos por los mayores y evadirse de un mundo lleno de problemas y de incertidumbre ante el futuro.

    Entonces y ahora jugábamos a ser héroes por un día y a olvidarnos de un mundo puñetero que nos amenaza. Entonces y ahora, los niños serán felices cuando nos tiremos al suelo a jugar con ellos, les hagamos un avión de papel o le montemos en una caja de cartón de la que tiremos con una cuerda.

   Las pilas se agotan, los juguetes electrónicos se rompen, pero el amor de cuantos te rodean permanece en tu mente y en tu corazón para siempre.

CONTRASTES

4 f, 24

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

                                                  Málaga 4 de enero de 2024

      A lo largo de los últimos dieciocho años he venido colaborando, modestamente, con distintas publicaciones periódicas

      Al ser un periodista “raro” que llega a este estatus, después de muchas otras actividades, como premio a una situación de jubilado, mi acceso a los medios de comunicación ha sido siempre desde el papel de emérito.

       Comencé desde el diario de Málaga. Un periódico que desapareció de la noche a la mañana, por encontrarse inmerso en un procedimiento judicial enrevesado. Posteriormente colaboré con Popular Televisión. Al poco tiempo le quitaron la licencia de una forma “rara” y también desapareció. Lo mismo le pasó a Onda 8 en Cártama.

     He seguido enviando mis “buenas noticias” y mi “segmento de plata” a quien me lo ha querido publicar. Diversas plataformas digitales lo recogen y difunden a través de sus páginas. Este fin de año ha cerrado una de ellas. “El faro de Málaga”. Una cabecera que se emitía desde Alhaurín de la Torre, en la que un buen grupo de escritores andaluces volcábamos nuestras inquietudes periodísticas. La falta de presupuesto les ha abocado al cierre.

     Como contraste, las distintas televisiones nacionales y las nuevas plataformas, claramente orientadas al negocio rápido y al aumento de la audiencia de la manera que sea, siguen viviendo de las noticias engañosas, la vida privada de los “famosos” y la búsqueda de seres extraños que aportan muy poco a la sociedad.

   El último “reportaje”, que me ha hecho comprender porqué el futuro de este mundo es un tanto oscuro, lo cogí al vuelo en un programa de mediodía de una cadena nacional. Conectó con un circuito de velocidad murciano donde se viene celebrando una “rave”. Copio de la Wikipedia:  Rave significa delirio. Es ya tradicional que a comienzos de año una fiesta ilegal que no acaba de terminar capte la atención de los medios, generando una mezcla de curiosidad, hilaridad e indignación”.

    De entre los 5000 asistentes a la “big fucking party”, (dejo en manos de los lectores la traducción del sentido de la fiestecita), eligieron a una treintañera de buen ver que dijo estar allí para “vivir, disfrutar y divertirse a tope” y se despidió mandándonos a todo el resto de la humanidad a “tomar por …”.

      Menudo “reportaje de actualidad” nos endilgaron. Como es natural rodeado de publicidad de colonias, bebidas, coches y juguetes electrónicos. Seguro que despierta más curiosidad que los esfuerzos de esos jóvenes que estudian durante la semana y los sábados y domingos los dedican a recoger aceituna con sus padres.

     Se ha puesto de moda entre los “popes” de la tele hablar alegremente de la marihuana y de las drogas en general. Bromas basadas en el “meterse”, en “empolvarse” o frases similares, que se sueltan como nota de modernidad y de estar en la onda. Ayer mismo vi como uno de los presentadores más prestigiosos de la televisión se veía en el futuro: “en un sillón y con un kilo de marihuana”. Ole.

    Contraste entre medios de comunicación y contraste entre maneras de vivir la juventud. Vivimos en un mundo de contrastes. Ya lo dice el Evangelio: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”. Es cuestión de elegir. Educar en valores o animar a la falsa felicidad llena de egoísmo y de tinieblas mentales.

                               Les mando una imagen de la fiestecita por si se animan a despiojarse