La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga  30 de octubre de 2017

MIS AMIGOS CATALANES   

 

    Mi vida comercial y personal ha estado unida a lo largo de medio centenar de años a la industria textil catalana y, por consiguiente, a los catalanes.

 

       Esta circunstancia me ha permitido crear y cultivar una excelente amistad que tan solo ha difuminado la lejanía, la enfermedad y, desgraciadamente el fallecimiento de muchos de ellos.

 

A los veintidós años decidí cambiar la seda por el percal y la contabilidad por los trapos. Me lancé a la aventura de pasar de la seguridad de una gran empresa a la inseguridad del autónomo como representante especializado en el ramo textil.

 

Comencé a representar a una empresa sevillana, otra valenciana y varias más pequeñas de Cataluña. Al cerrar la andaluza, me lancé a buscar más variedad en todo el noreste español, de manera que comenzando por Santa Pau (Gerona), pasando por Mataró y Sardañola acababa en plena Alta de San Pedro barcelonesa.

 

Genero de punto exterior, interiores, prendas de baño, calcetines, prendas deportivas, faldas y vestidos, abrigos, pijamas, pañuelos, mantas, toallas, sabanas bordadas, mantelerías, tejidos, albornoces, cortinas, tapicerías, corsetería… Todo aquello que basaba su producción en el ramo textil. Como consecuencia se creó una especie de unión entre Cataluña y Andalucía en la que yo era el pasillo.

 

Entonces pude descubrir como los catalanes eran felices entre los andaluces y viceversa. Muchas de esas industrias catalanas estaban en mano de andaluces o de hijos de andaluces nacidos en Cataluña. Por otra parte, Mataró o Sardañola estaban plagadas de malagueños y en los telares o las máquinas de coser se hablaba catalán con acento andaluz o andaluz con acento catalán.

 

Se me viene a la memoria nombres de amigos de aquellas tierras que conocían mejor que muchos de nosotros “casa el guardia”, “er Goaqui”, “er cabra”, “Miguelito er cariñoso” o “el refectorium”. Venían buscando la sopa viña AB o el tronco de rape de Casa Curro, los chanquetes de Antonio Martín o las delicias de todo tipo de casa Frutos.

 

Traian una lista de clientes y otra de “lugares” a visitar entre operación comercial y pedido a la talega. Descubrieron la partida de dominó a pie de playa con los clientes, tomando helado de Lauri regado de agua de fuego. La dura vida que nos pegábamos, mientras ayudábamos al crecimiento económico de nuestra querida España.

 

Me atrevo a poner nombres y apellidos: Luís Más, Ramón Cabasa, Luís García Torrent,  Jaime Vallcorba, la familia Guasch, Sampons, Antonio Aleñá, Salvador Méndez, Agustí Viñas, Javier Beltrán, José Colomer, Xavier Tudó, Jesús Verdaguer… gentes con la que he compartido el pan, la sal, el negocio y la conversación. Dialogo y respeto. Amistad y recuerdo.

 

Hoy mi buena noticia se basa en el recuerdo. Dios quiera que volvamos a los viejos tiempos de la cooperación y la concordia. Si el señor Rufián o el poco honorable “Puigdemont primero, el indeciso” nos lo permiten. Hoy por hoy han decidido romper la baraja. Con su pan se la coman.

 

     Yo sigo pensando que nos están liando entre todos. Siento vergüenza ajena al verlos pavonearse mientras siembran discordia y división. Yo seguiré sin ver un telediario ni una tertulia política. EL no oírlos es mi buena noticia. Me quedo con los anuncios sencillos de aquellos productos que vendíamos.

            

 

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga 26 de octubre de 2017

TIEMPOS DIFÍCILES -2-    

Hace más de cinco años escribía un artículo con este mismo título basándome en la situación de aquél, por entonces, año complicado.

 

He vuelto a releerlo y, curiosamente, no se ha solucionado nada de cuanto se destacaba entonces. Es más, se le han añadido una serie de circunstancias que hacen aun más laboriosa su solución.

 

Hablaba por entonces de las complicaciones que trae consigo la familia moderna. Estas se han acentuado. Hoy por hoy cada vez se confía menos en la institución familiar, se divorcian más personas que las que se casan, la natalidad está por los suelos y los nuevos modelos de convivencia campan por sus respetos.

 

En otro apartado me refería a la situación económica. Curiosamente cada vez se habla menos de la crisis. Y, una de dos, o esta se va superando, o el lío político en el que andamos metidos nos tapa la persistencia de la misma. Que se lo digan a los empresarios catalanes que van quedando. Solo les falta que la SEAT coja el portante y se desplace a otra zona de España, para que se queden a cuatro velas.

 

Los mayores vemos la situación con desasosiego. Hemos vivido la posguerra, la dictadura, la nueva democracia y lo de ahora con el miedo, transmitido por nuestros padres, de volver a las andadas. Pues ya hemos vuelto. Los reinos de taifas proliferan y los salvadores de la patria (o las patrias) surgen como hongos. Al final tendremos que recurrir a la manida frase de “Virgencita que me quede como estoy”.

 

Pero es que me indigna escuchar las frases tales como “presos políticos”, “asilo político”!, “Cataluña –norte y sur-“, “Euskalerría” o “viva Cartagena”. Decía el clásico “divide y vencerás”. Estamos perdiendo más que el Málaga C.F.

 

¿Que podemos hacer? Agua y ajo. Preocuparnos más de nuestro metro cuadrado y transmitir paciencia y comprensión a esa mayoría silenciosa que lo único que quiere es paz y tranquilidad. Menos banderas y más viviendas, empleos y sanidad.

 

Decía una vieja canción: “no te puedo querer… porqué no sientes lo que yo siento”. No estoy de acuerdo. Creo que se puede querer al que no piense como yo. Pero eso es para nota. Edad tenemos para conseguirlo. Lo malo es que me da la impresión que los que tienen que decidir no están por la labor. Yo creo que se puede.

 

 

 

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga  23 de octubre de 2017

LA MALDITA ENFERMEDAD   

 

     A lo largo de la historia se han declarado pandemias que han diezmado la población de grandes zonas del mundo. Lepra, viruela, tifus, peste, tuberculosis y toda clase de gripes denominadas con el gentilicio del país del que proceden.

 

    En estos últimos años, posteriores a las grandes guerras del siglo XX, podemos recordar con terror la polio y el sida. Ambas, gracias a Dios, erradicadas o mejoradas con vacunas y tratamientos. Pero persiste la maldita enfermedad que asusta solo con su nombre: el cáncer.

 

    Miento, asustaba. Hoy se puede hablar de él con naturalidad. Conocemos a miles de personas que han padecido diversos tipos de tumores malignos y que han evolucionado hacia la salud, completa o casi completa, con tratamientos quirúrgicos y, o, quimioterapia y medicamentos complementarios. Salvo casos concretos, la literatura médica habla de supervivencias, después de los cinco años, que van del 50 al 100% de los casos. Dependiendo del lugar y la virulencia.

 

Esta semana se ha hablado mucho de la “mardita enfermedá” coincidiendo con el día mundial del cáncer de mama. Una enfermedad que se llevó por delante a muchas de nuestras antepasadas y algún antepasado, dado que los hombres también lo padecen. Nos han llegado excelentes noticias a través de los medios; miles de de ejemplos de mujeres que lo han superado gracias a la ciencia y a la voluntad. Deportistas, bailarinas, amas de casa, políticas, etc., han superado la etapa del pañuelo o la peluca y hoy vuelven a ser mujeres bellas y útiles a la sociedad.

 

Mi buena noticia de hoy lo es a medias. Se investiga a fondo en el tratamiento y la erradicación de la maldita enfermedad, cuyo nombre cada vez asusta menos; pero creo modestamente que no se hace con los medios y la intensidad necesaria. Barrunto que si el dinero que nos gastamos en armas, en publicidad política y en parecer más jóvenes y más guapos, lo dedicáramos a la investigación, esta puñetera enfermedad sería atacada de una forma casi definitiva. Así lo hemos visto en el caso de los tratamientos contra el sida que han sido muy eficaces.

 

Por eso animo a los investigadores y terapeutas de la rama oncológica a seguir luchando con el amor y la dedicación que lo están haciendo hasta ahora. Doy fe de ello. Se de primera mano del esfuerzo económico y humano que están realizando con alguien muy cercano a mí. Dios se lo paga con los resultados, nuestro agradecimiento y su satisfacción propia. Y yo lo proclamo.

 

 

Santa Bárbara

19 f, 17

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga 19 de octubre de 2017

SANTA BARBARA     

      Dice el dicho popular que “nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que no truena”.

 

      Esta semana nos hemos hartado de acordarnos de Santa Bárbara. Entre martes y miércoles han caído chuzos de punta. Santa Bárbara se hizo famosa por la presencia de un rayo en el momento de su decapitación, que por cierto mató a su padre que era el verdugo,  como culmen de su martirio. Los artilleros la han elegido por patrona recordando el ruido de los truenos (la santabárbara es una parte de las naves donde se guarda la munición); es una Santa muy famosa en muchos pueblos europeos de los que es patrona y en Oriente próximo donde se le tiene mucha devoción.

 

Pero yo me he acordado de santa Bárbara por otros motivos. He tenido que visitar el Hospital Materno de Málaga con motivo del nacimiento de mi nieto número diecisiete. En la espera da tiempo a todo, pero sobre todo, a mí que me gusta mucho huronear, me ha permitido leer con detenimiento las placas de agradecimiento a los facultativos y personal sanitario y a una serie de Imágenes Sagradas. Especialmente a Jesús Cautivo.

 

Cuando escuchas a los tertulianos (dioses sentenciadores de las ondas) que el hablar de lo trascendente, es como ellos denominan “viejuno”, te entra la risa. El ser creyente está casi mal visto. Llega un momento en que nos cuesta trabajo el dar razones de nuestra fe. Esto se supera con los cultos externos basados en las grandes fiestas, Semana Santa y Navidades, pero que no comprometen a nada y se tratan de “otra cosa” que la fe que se manifiesta en el Credo.

 

Pero cuando empieza a tronar en nuestras vidas… recurrimos a aquello que nos enseñaron nuestros mayores y hacemos promesas y propósitos que cumplimos o no. No se nos quita de la boca el ¡Ay Dios mío! El “Oh my God” que escuchamos de los angloparlantes.

 

La verdad es que Dios nace en nosotros de dentro a fuera. Pienso que si lo dejásemos aflorar en más ocasiones nos iría mucho mejor.

 

 

Cartel que he podido copiar del  Materno

 

 

 

 

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga  16 de octubre de 2017

QUE NO NOS TOQUEN LOS…

   

 

     Los españoles somos indisciplinados, anárquicos, iconoclastas, broncosos, dejados, veletas… Aplaudimos a los mismos que denostamos; subimos a los altares a los que crucificamos. Somos… españoles.

 

    Pero hay algo que nos enerva (ahora se dice “nos pone de los nervios”). Y es que nos toquen los co… o los ova… Desde los tiempos de Viriato y compañía hasta nuestros días, pasando por el dos de Mayo, el 23 F y otras tantas fechas, en el momento en que nos los han tocado, hemos saltado como fieras y nos hemos puesto de acuerdo contra los tocahuevos.

 

En el noreste de nuestra España se han creído que a los españoles se nos puede engañar de cualquier manera. No somos demasiado cultos, pero inteligentes…, las vemos venir a la primera. Queriendo dividirnos han conseguido justo lo contrario. Jamás he visto a los españoles tan unidos como en aquél 23 F y en esta semana. No he vuelto a ver tantas banderas españolas en los balcones y en las calles desde que ganamos el Mundial.

 

El gran fracaso de las cabezas pensantes -con excesivo pelo para mi gusto- de los separatistas, ha sido el conseguir que salieran a la calle esos miembros de la mayoría silenciosa que no se hace presente hasta que notan que les están trasteando en los bajos. He disfrutado viendo mis queridas calles barcelonesas llenos de banderas españolas y catalanas juntas, incluso revueltas y unidas.

 

El pueblo español, en general, son para mi hoy la buena noticia. Una vez más hemos dado la talla y nos hemos agrupado alrededor de lo nuestro, no nos gusta demasiado a veces, pero es lo nuestro. Los independistas seguirán adelante,  pero van a darse de frente con unos españoles a los que no nos gustan las imposiciones. Y si consiguen sus propósitos allá ellos. Se van a quedar más solos que la una y más tristes que una juerga a base de sardanas. He dicho.

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga 12 de octubre de 2017

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE     

Nuestra existencia discurre entre ambas situaciones. Estas se producen sin solución de continuidad. ¿Estamos preparados?

 

    Un servidor de ustedes desde luego que no. La vida pasa cada vez más deprisa a nuestro alrededor y, una de dos, te conviertes en un inconsciente como la copa de un pino y pasas olímpicamente de todo, o sufres esta serie de cambios que, a veces, no puedes asimilar. Como habrán podido observar por mis escritos, me muevo en este segundo campo, lo que me hace estar constantemente en ascuas.

 

El martes fue un día de esos, mi amigo, enfermo, se cae y se fisura la cadera; en la radio me piden ayuda desesperada para localizar una familia de acogida para dos niños; nace un nuevo miembro de mi familia e, inesperadamente, surgen problemas ya casi solucionados. Mientras, en Cataluña, juegan a “ahora somos españoles, ahora no”; independencia por la cara o por co…”; banderas y grupos para allá y para acá; mozos, policías y civiles a la greña. Hasta desde los púlpitos se anima a la confrontación.

 

¡Hasta cuando! Y eso que procuro diferenciar entre lo accesorio, lo importante y lo esencial. Las banderías y los territorios son accesorios para mí. El bien común y el de mi familia son aspectos importantes. La vida y la felicidad de mi metro cuadrado son esenciales.

 

Hoy me han hablado de niños de Burkina Faso, un país perdido en medio del África profunda, allá por el sur del Sahara. Un grupo de amigos hemos decidido ayudarles. Un poco de leche nos hace más pobres y más solidarios. Cada día tiene su afán. Nos movemos entre la vida y la muerte. Pero amamos la vida… aunque nos da miedo.

 

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga  9 de octubre de 2017

SONRÍA, POR FAVOR

   

 

     Hay que echarle bemoles para pedir a mis lectores una sonrisa con la que está cayendo, pero hay que poner al mal tiempo… buena cara y seguir las indicaciones del día de la sonrisa que se celebró a escala mundial el pasado viernes.

 

Es muy difícil conseguir una sonrisa. La risa abierta y la carcajada son consecuencias de una situación concreta que provoca la hilaridad; vienen de fuera a dentro. La sonrisa es algo más meditado, algo que surge del interior y se proyecta al exterior.

 

La sonrisa es una sensación, una forma de ser, una actitud abierta y solidaria. Se ríe de la gente, se sonríe con la gente. La carcajada mosquea, la sonrisa acoge y acompaña.

 

La pasada semana participé en una representación teatral con un grupo de aficionados al que pertenezco. Mi papel, de acuerdo con mis capacidades, era pequeño. Solo intervenía en dos pequeñas escenas del primer y tercer acto. La obra era de Buero Vallejo: “Día de fiesta”. El autor y por consiguiente, los actores, consiguen integrar al público en las vivencias de un grupo de pobres de la posguerra. Personas que mantienen sus penalidades y su hambre con dignidad: vestidos ajados,  chaquetas y gorras.

 

La sonrisa, mezclada con alguna lagrimilla, imperó entre los espectadores, pero, sobre todo, entre los actores, a los que contemple entre bambalinas como disfrutaron siendo felices y haciendo felices a los demás. Entre verdades como puños y “morcillas”. Entre olvido de los problemas personales y sentimiento de cercanía con los espectadores. Entre sediciones y seducciones.

 

Una sencilla historia, como todas mis buenas noticias, pero basada en una vivencia personal. El escribir estas letras ha permitido que una sonrisa aflorara a mis labios. Y espero que a los de mis lectores. Me ha hecho recordar aquella campaña de hace muchos años: Smile please, sonría por favor.

 

                            

PENA

5 f, 17

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga 5 de octubre de 2017

PENA

       

Este es el sentimiento que me invade en estos días mientras observo como nos están amputando una parte de nuestra querida España.

 

    Pena por esa mayoría silenciosa que observa como los políticos se pegan, insultan y dividen desde unos sentimientos personales y la ambición de pasar a la historia como adalides de las libertades.

 

Pena por ver a esa piel de toro a la que se le ha amputado el brazo izquierdo, mientras el resto de los miembros se aprestan al fraccionamiento y la destrucción total.

 

Pena por ese montón de niños, jóvenes y mayores que se han echado a la calle impulsados por una propaganda que no dice toda la verdad, lo que es una gran mentira.

 

Pena por ese montón de amigos catalanes que he atesorado a lo largo de mi vida en estrecha relación comercial con ellos, por esas tierras tan maravillosas que he aprendido a recorrer y amar, por esos productos de las mismas que ahora quedan tan lejos de nosotros como las naranjas de la China.

 

Pena por esa Iglesia con la he convivido, en especial por ese Monasterio de la Murtra en el que he pasado extraordinarios momentos de comunión y cercanía.

Pena en general por todos. Por aquellos que nos sentimos ciudadanos del mundo y hermanos de todos sin distinción de sexo, edad, condición, nacionalidad u origen. Parece ser que se han empeñado en poner paredes al campo y hacernos sentir extranjeros en nuestra propia tierra.

 

Menos mal que mis padres ya no están entre nosotros. Ellos vivieron situaciones similares y sufrirían muchísimo pensando en lo que se nos avecina.

 

Llevo una semana sin atender a los informativos; creo que no me ofrecen nada positivo. Solo odio y enemistad. ¡Qué pena!

 

              

La buena noticia

Por Manuel Montes Cleries         

        m.montescleries@telefonica.net

                                                                   Málaga  2 de octubre de 2017

FORMAR, INFORMAR Y ENTRETENER

   

 

     En varias ocasiones he comentado las tres condiciones indispensables establecidas en la labor del periodismo: formar, informar y entretener.

 

La mayor parte de la programación de las diversas cadenas televisivas se basa en postulados totalmente distintos a las premisas anteriormente citadas. Se busca la audiencia por la audiencia y se cae en la confección de parrillas basadas en la búsqueda desesperada de publicidad que engrose las arcas de los empresarios.

 

Sin embargo, en ocasiones, se consigue poner en práctica los fines últimos del periodismo; en este caso, del periodismo televisivo. Y así nos encontramos con programas que, quizás sin pretenderlo, dada la calidad de los participantes, consiguen formar, informar y entretener.

 

Hoy me voy a referir, como buena noticia de la semana al programa de la serie “en mi casa o en la tuya” que capitanea Bertín Osborne, emitido en la pasada semana. En el mismo el presentador se desplazó a la casa de Jesús Calleja (Fresno de la Vega, León. 1965). En dicho programa se informó, se formó y se entretuvo.

 

El común de los mortales, entre los que me encuentro yo, sabíamos que Jesús Calleja era un montañero, aventurero, piloto y presentador de televisión. Disciplinas en las que ha obtenido un gran éxito. Ha estado en lo más alto y en lo más profundo de la tierra; en el polo norte y en el polo sur, ha recorrido la selva amazónica en un globo y ha estado a punto de perder la vida en diversas ocasiones. Dicha información se completó al conocer que había comenzado su vida laboral como peluquero, vendido coches y otras muchas actividades tales como guía en la montaña.

 

El apartado de la formación del televidente lo desarrolló, sin pretenderlo, al manifestar como se puede conseguir lo que se ansía, con esfuerzo, trabajo y sacrificio. Como se puede empezar de la nada para llegar a ser primera figura en cuantos oficios ha desarrollado a lo largo de su vida. Como se ha rodeado de su familia y de sus amigos para, juntos, internarse en aventuras laborales que han culminado con éxito.

 

Pero sobre todo poniendo por delante su corazón de persona noble y solidaria. Ha manifestado que cada vez que ha visitado la zona del Himalaya, ha procurado conocer a fondo sus habitantes tibetanos. De ese encuentro, ha nacido su compromiso de ayudar a los mismos, hasta el punto de adoptar a un niño de la calle y traerse un par de ellos más a España. La entrevista con este chico, que lleva casi treinta años en nuestro país, así como de los padres y el hermano de Jesús, fue un ejemplo para todos nosotros de cómo una familia unida, se convierte en una buena noticia y algo distinto a lo que nos ofrecen otros “gurús mediáticos”.

 

     El apartado de la información se detuvo en las penalidades de la montaña. En la atracción por descubrir lo desconocido y en el llegar más allá que ha impulsado los descubrimientos de la humanidad. En el amor al montañismo y la aventura que acerca a todos los que caen en sus redes. Nos descubrió las intimidades de algunos políticos y sus miedos y debilidades. Laboralmente, nos explicó la forma de acceder a un trabajo con valentía y deseos. La anécdota de su primer programa es un ejemplo para tanto periodista frustrado por la dificultad de encontrar trabajo.

 

     Finalmente, como entretenimiento, fue una autentica gozada. El ritmo, el tono, la simpatía, las intervenciones de todos -desde una sencillez encomiable- nos hicieron pasar una noche televisiva en prime- time que cautivó desde el principio. No obtuvo la mejor audiencia del día, pero los casi dos millones de espectadores que presenciaron el programa consiguieron disfrutar de una hora y pico extraordinarias.

 

Jesús Calleja es una buena noticia.