Mis vecinas

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 “El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

Mis vecinas

                              Málaga 29 de mayo de 2014

 

Hace más de treinta años que me mudé a una lejana zona de Málaga que entonces solo estaba habitada por holandeses. A lo largo de los años y de forma paulatina, fue siendo ocupada por algunos españolitos que buscábamos la cercanía de los Colegios del Atabal y de los Olivos, aire, luz, sol y paz. Desde entonces vivo en el “Atabal de los Holandeses”, justo enfrente del cerro que corona el Puerto de la Torre, donde los Reyes Católicos pusieron la última tienda antes de “invadir” la Málaga musulmana, que antes había sido bástula, fenicia, cartaginesa y romana, y después afrancesada, republicana, franquista, americanizada e invadida finalmente por los guiris de todo pelaje.

 

Una de las ventajas de este barrio es que tiene convento, templo, eucaristía y monjas propias, lo que nos permite participar de una pequeña comunidad católica (además de una protestante holandesa que goza hasta de una emisora de radio). Esta comunidad –las monjas y los vecinos que nos prestamos a ello- ora, celebra, trabaja y evangeliza. Unos, desde fuera y otras, desde dentro del Convento de la Asunción de Nuestra Señora regida por la Orden Cisterciense.

 

De ellas, de mis vecinas monjas, quiero hablar un poquito. Son diez; cinco, jubiladas por edad hace tiempo, españolas y otras cinco, jóvenes, procedentes de la lejana India. Esto es fusión. Y se llevan maravillosamente. Pero ¡ay!, siempre hay un ¡ay! La priora, Sor Mercedes, me dice que les hace falta sangre nueva, que no les llegan vocaciones. Quizás es que les falta publicidad, quizás es que le mundo de los jóvenes no está por la labor. Pienso que si las conocieran y supieran el mundo interior tan feliz que disfrutan, muchas de aquellas chicas que anhelan la felicidad tomarían la opción por esta vida contemplativa que está tan llena como cualquier otra. El domingo nos invitaron a comer a unos cuantos matrimonios y vecinos y descubrimos más alegría en ellas, que en los cenáculos políticos (vencedores todos y trincadores algunos) o en los seguidores del Madrid.

 

Yo me comprometí formalmente a “vender su proyecto”. Por eso me atrevo a decirle a las chicas jóvenes: “prueben y si encuentran algo mejor… cómprelo”. El producto que venden: Jesús de Nazaret y su Madre, amor y comunidad, trabajo y felicidad, es de primera categoría y las “gerentes” son de confianza. El futuro, asegurado. Sobre todo… en la otra vida.

 

Además de la foto os envío un enlace con su página Web. Es deliciosa. Como son ellas.

http://www.cisteratabal.com/

monjas atabal

 

 LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                               Málaga 26 de mayo de 2014

 

UN CRISTIANO, UN JUDÍO Y UN MUSULMÁN

 

No, no es un viejo chiste xenofobo de aviones. Se trata de un viaje de tres amigos. Tres representantes de diversas religiones que miran en la misma dirección; la paz y la unidad. Y un solo Dios que les une, les motiva y les acompaña. Se trata del Papa Francisco, el Rabino Skorka y el profesor musulmán Abboud. Tres argentinos, antiguos conocidos desde que eran dirigentes religiosos en su país.

 

Según extraigo de diversas noticias de prensa, “en su día mantuvieron una serie de coloquios interreligiosos sobre temas diversos, tales como Dios, el fundamentalismo, el ateísmo, la muerte, el holocausto, la homosexualidad y el capitalismo”. Temas candentes donde las haya. Juntos, como conclusiones de estas conversaciones, redactaron un libro titulado Sobre el cielo y la tierra”. (2010).  El rabino Skorka y el profesor musulmán Abboud acompañarán al Papa en la mayoría de los 20 eventos programados, como miembros de la delegación vaticana, algo inédito.

 

Más datos que extraigo de la prensa. “El Papa también se encontrará con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, con el que firmará una declaración conjunta recordando el encuentro histórico de hace cincuenta años entre Pablo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras I de Constantinopla, ocurrido el 5 de enero de 1964 en Jerusalén, una reunión que rescindió la excomunión de 1054 que había provocado el cisma entre las iglesias de Oriente y de Occidente”. Otro paso para romper las inexplicables barreras entre los cristianos. Finalmente, visitaran el Muro de las Lamentaciones, el Monte Herzi y el Yad Vashem (monumento en memoria de las víctimas del holocausto) y a dirigentes políticos israelitas y jordanos.

 

La buena noticia de hoy me la ha proporcionado este apasionante viaje. Mientras escribo estas letras se está celebrando una eucaristía en Belén presidida por Francisco. Una especie de polvorín encima de aquella pequeña cuadra donde se cambió la historia del mundo. Allí se pondrán los cimientos de un esfuerzo común, de buena voluntad, sustentando en la personalidad de los tres dirigentes religiosos que van unidos en el deseo de renovar su petición de paz entre judíos y palestinos y, por encima de todo, a propiciar y animar el dialogo entre las tres grandes religiones monoteístas: cristiana, judía y musulmana. Dios se lo pague a Dios.

 

jerusalen

 “El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

Pedro el de “Los Valle”

                              Málaga 22 de mayo de 2014

 

Pedro “el de los valle” pertenece a esa generación de hombres que descubrieron a Jesús de Nazaret, allá por los años sesenta del siglo pasado, en un Cursillo de Cristiandad. Aquellos primeros Cursillos hicieron salir a los hombres de detrás de las columnas, al final de los templos, para sentarse a los primeros bancos, donde, con un pequeño librito de tapas de cartón, seguían las celebraciones con respuestas fuertes y acompasadas. Se ponían de rodillas para rezar el rosario y cantaban –cantan- mal, muy mal. A mí me causaron tal interrogante, que me apresuré a asistir a un cursillo en cuanto tuve ocasión.

 

Pedro es un hombre del Perchel. Allí montó sus reales una churrería, que sigue abierta, donde pasaba –y pasa- todo el barrio. Pedro es un devoto de la Virgen del Carmen que ha seguido ejercitando aquello que aprendió en aquél lejano Cursillo de Cristiandad a lo largo de toda su vida. Es uno de aquellos que yo defino como “bestias de Yahvé”. Una serie de hombres y de mujeres que optaron por el Evangelio con todas sus consecuencias. Todos un poco locos, pero locos de amor: Pedro ha seguido cantando y contando, a voz en grito -es un poco sordo- las verdades y beneficios del encuentro con el Señor. Sus bolsillos han ido siempre llenos de publicidad de los Cursillos y su boca llena de colores. En estos últimos años, hasta que hace algunos meses cayó enfermo, iba por la calle buscando pobres, marginados, gente que está sola, que sufre, para darles compañía y alimentos. Evangelio vivo. Su campo de acción: la estación del ferrocarril, la estación de autobuses, calle Cuarteles y los alrededores de la Iglesia y el mercado del Carmen. Y en el verano el Rincón de la Victoria.

 

Nos creemos que esa labor es ardua pero casi improductiva. ¡Qué gran equivocación! El domingo pasado escuchaba a un emigrante, cubano, preso político traído a Málaga por el Ministerio de Asuntos Exteriores y dejado a su suerte aquí durante años. Pedro “el de los Valle” le acogió, le orientó, le acompañó y finalmente le ayudó a situarse. Bendito “loco por amor” decía el cubano. “He encontrado trabajo, cariño, he podido volver a reunir a mi familia y, además, me han preparado y me he bautizado”, decía. Con más de cuarenta años.

 

Gracias a Dios Pedro continua entre nosotros. Para mí, es uno de esos santos que el cantaba y contaba a voz en grito: “con corbata, con chaqueta o con mono azul de obrero, podemos seguir a Cristo de casados o de solteros”. Y desde la cama, añadiría yo.

 

 

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 LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                               Málaga 19 de mayo de 2014

 

HACER FÁCIL LO DIFÍCIL

 

Hay frases que te hacen sentirte bien contigo mismo. A mi edad, en la que ya estoy curado de espanto, me permito recibir parabienes y criticas sin sentirme ni demasiado dolido, ni excesivamente orgulloso.

 

El mundo que nos rodea es hostil. Encima, con nuestras actitudes, lo hacemos casi irrespirable. Estamos pendiente de que alguien pare de hablar, comentando su parecer ante cualquier tema, para buscarle lo negativo y finalmente, ante argumentos irrefutables, ponerles pegas o contestarle con el “más tú”. Sin embargo hace años que he trazado en mi vida un propósito, casi irrealizable, que matemáticamente podríamos reflejar como el límite cuando el deseo tiende a infinito.

 

Esa ilusión pasa por sacarle lo más hermoso que tiene la vida, que es mucho. Como dice el Evangelio de San Mateo “cada día tiene su afán”. Durante la pasada semana he podido ser testigo de que esta frase se hace realidad a lo largo de nuestra existencia. He pasado horas difíciles por problemas familiares, que he tenido que compatibilizar con mi presencia ante los medios a fin de transmitir noticias esperanzadoras (leivmotiv de mi profesión-vocación actual).

 

Muchas veces tus interlocutores no se dan cuenta de lo que llevas por dentro. Pero al final, de lo que abunda el corazón, habla la boca. Encima hay personas como yo, que queramos o no queramos se nos nota todo lo que pensamos y sentimos. Somos transparentes.

 

La buena noticia de hoy, me la ha dado una de las personas que han tenido que compartir conmigo una actividad radiofónica a lo largo de esta semana. Precisamente el día más difícil de la misma, aquél en el que se provocó la situación que me hizo pasar unos momentos críticos, (pasados, solucionados y terminados ya, gracias a Dios). Hoy me ha puesto un correo en el que me ha dicho: “haces fácil lo difícil”. ¡Menudo piropo! Debía de seguir escribiendo ruborizado.

 

Posiblemente esto es una raya en el agua. Pero como he dicho millones de veces a lo largo de mi vida, “si consigues hacer feliz a alguien a lo largo de tu vida, aunque solo sea por un momento,  tu paso por el mundo no será jamás en vano.

 

         Prometo seguir intentando hacer lo difícil fácil a los que me rodean. Se puede. Les pide a mis lectores que hagan lo mismo. A veces suena la flauta por casualidad. El pie de la foto dice: Por mucho que te cueste, nunca dejes de sonreír.

 

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 “El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

 

m.montescleries@telefonica.net

 

Cristina se manifiesta

 

                              Málaga 15 de mayo de 2014

 

 

 

He podido acceder a un reportaje (06-05-14, Gaudim Press) realizado a una italiana llamada Cristina Acquistapace. En sus declaraciones Cristina afirma: “Soy una simple mujer de 41 años que cree en la vida. Fui muy afortunada porque mi familia no redujo mi enfermedad a mi persona y ha creído en el maravilloso don de Dios. La vida es un don y debe ser vivida como un don”.

 

 

 

     Cristina es monja; pertenece a la “Ordo Virginum” desde el 2006. No ha podido cumplir su vocación de misionera en África por sus “facultades diferentes”, pero sigue a rajatabla su lema “Toma tu vida y crea una obra maestra”, inspirado en San Juan Pablo II,que se complementa con el suyo propio: “me tropiezo pero no me rindo”.

 

 

 

    Otro detalle: nació con el síndrome de Down. Lo cual no ha sido óbice para ser luz en medio de la llamada “cultura de la muerte”. Ha recibido recientemente el premio “Una vida por la vida”, de la Facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma.

 

 

 

Mi reflexión se basa en lo poco que valoramos a las personas diferentes. Creo que la sociedad se equivoca cuando marca “las diferencias”. Cristina es una mujer feliz, realizada y contenta, con una misión muy particular. “No quiero decir que no he sufrido, pero el sufrimiento hace parte de la vida; quiero vivir mi vocación al servicio de mi familia, de mi parroquia y de mi sociedad”.

 

 

 

      Los padres de Cristina, en su día, decidieron por ella. Dieron la oportunidad a un ser vivo de salir a la luz y dar testimonio en otros del amor recibido de los que confiaron en ella desde el principio. A veces pienso que los “listos” de la sociedad son los que son “diferentes”.

 

 

 

No quiero terminar este “segmento” sin manifestar mi pena por la postura de los políticos y las “fuerzas vivas” de todo el mundo ante la situación de las niñas nigerianas, raptadas y sometidas a todo tipo de vejaciones por parte de unos terroristas fanáticos. Los países “democráticos” se tapan la nariz y los ojos y se conforman con mandar unos observadores de “cumplo y miento”. Los radicales que se manifiestan por todo; grupos como Femen; los antisistemas y los “reventaores” en general, no se han desnudado ni refregado sus “cosas”, en la cara de los que consienten e inspiran esta situación amparándose en sus creencias fanáticas.

 

 

 

Hasta ahora, solo unos pocos de nigerianos, de esos que deambulan por Málaga buscándose la vida, se han manifestado. Voy a pocas manifestaciones, pero estoy esperando con ilusión esa gran explosión de compromiso que nazca de cuantos creen que estas niñas son nuestras. (Me imagino la que habría liada si hubieran raptado a un cantante o la hija de un VIP). Hoy es 15 M. A ver que piensan al respecto. Cristina ya se ha manifestado.

 

 

 

 

 

            

 

 

 LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                               Málaga 12 de mayo de 2014

 

FEA, PERO FEA DE NARICES

Dedicado a Manolo Reina. Con el tamaño propio

 

Así ha quedado la vista del edificio civil más emblemático de Málaga. Ya, de por sí, no era un dechado de belleza, ni un ejemplo a seguir por los estudiantes de arquitectura para el futuro de su carrera. Pero han conseguido afearla a conciencia.

 

“La gallina turureta” (que así llamaron los malagueños al edificio de la Equitativa coronado por un, dos, tres, huevos), es la referencia visual de Málaga si se mira desde el Parque, la Alameda o calle Larios. Es lo primero que se encuentran los viajeros de los Cruceros que arriban a nuestro puerto. Es la imagen de fondo de las procesiones retransmitidas por televisión en nuestra Semana Santa. Es, queramos o no, algo cotidiano y que se dejaba ver. Según dice la información de Internet, se trata de un edificio construido en 1956 de los arquitectos Manuel Cabanyes y Mata Juan Jáuregui Briales, que introduce el modelo de los rascacielos americanos en la ciudad, pero con elementos autóctonos en su decoración, tales como la torre de inspiración islámica que remata el edificio”. Toma castañas.

 

A alguna mente calenturienta se le ha ocurrido tapar los andamios, montados para la rehabilitación del edificio, con unos murales horribles que recrean paisajes londinenses, chicas foráneas y botellas de licores espirituosos. Agua de fuego, que dirían los indios.

 

Me parecen que nuestros mentores han hecho un poco el ídem. Posiblemente le han sacado una pasta a la publicidad. Pero esa pasta, a mí al menos, se me ha indigestado. Espero que acaben pronto la obra, o, por lo menos, quiten esa fealdad. No me recuerda ni a Time Square; allí hay luces y anuncios cambiantes; ni a Picadilly Circus, allí no se atreverían; ni a la Puerta del Sol, donde los autores de un desaguisado de este tipo irían directamente a los calabozos de la Dirección General de Seguridad. Nos ha tenido que tocar a nosotros.

 

Que le vamos a hacer. Agua y ajo. La buena noticia estriba en que ya no vamos a  ver otra cosa más fea en Málaga. De aquí en adelante todo será mejorar. O no. Hay gente “pató”

 

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 “El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

Estamos en el “candelabro”

                              Málaga 8 de mayo de 2014

 

Una famosa cantante española “confundió” los términos candelero y candelabro durante una entrevista en la que intentó manifestar su extenso vocabulario y tan solo consiguió demostrar lo escaso de su formación dialéctica.

 

La Iglesia Católica, en general, y los cristianos comprometidos -en mayor o menor escala-, en particular, estamos cada día presentes en las aperturas de los telediarios o en las primeras planas de los periódicos. Es decir, estamos en el candelabro. Los brillantes analistas de la actualidad se han agarrado al “bache” de las noticias eclesiales, dado que los problemas de Belén Esteban o la familia Jurado-Ortega Cano están un poco parados en estos momentos.

 

Creo que no hemos sido, a lo largo de ninguna etapa histórica, analizados, escrutados, interrogados y juzgados, con tanta intensidad. La Iglesia, descrita como casta y meretriz por San Agustín allá por el siglo IV, siempre ha tenido sus luces y sus sombras. Lo mismo que en la actualidad. Estoy convencido que los primeros que sufrimos los equívocos y meteduras de pata de los católicos, somos los que intentamos pertenecer a esta comunidad. Las luces y los taquígrafos son buenos, pero cuando comentan todo, no solo lo malo.

 

Menos mal que tenemos cada día el respiro, la luz y la fuerza de la homilía del Papa Francisco en su Eucaristía de Santa Marta. Días atrás comentaba el martirio de San Esteban. Decía que la Iglesia no es “una Universidad de la religión”, sino el pueblo que sigue a Jesús”. Solo así, añadió, “es fecunda y madre”.

En esta homilía, que no tiene desperdicio, habla de “los celos de los dirigentes” que ya trataban, en el caso de Esteban, de eliminarlo. “Era gente sin paz en su corazón, que juzgaban de forma rápida”. Esteban lo único que había hecho era dar testimonio de su vida en el seguimiento de Jesús con su ejemplo. Lo mismo nos pide Jesús a los cristianos de hoy: que demos testimonio en la vida cotidiana con dificultades y, a veces con persecución. “Cuando la Iglesia se encierra en sí misma, se cree –digamos así- una “Universidad de la religión”, con tantas bellas ideas, con tantos bellos templos, con tantos bellos museos, con tantas bellas cosas; pero no da testimonio, se vuelve estéril. Y el cristiano lo mismo. El cristiano que no da testimonio, permanece estéril, sin dar la vida que ha recibido de Jesucristo”.

 

    En tiempos de los primeros cristianos, la época de San Esteban, muchos de ellos huían despavoridos ante la persecución. Ahora, también somos perseguidos. La mayoría de nosotros huimos a la primera insinuación. O nos pasamos a las legiones de “descubridores” de errores, de la nueva “inquisición laica”, pendiente de las homilías y declaraciones equivocas o equivocadas y de los errores, demasiados, que cometemos los cristianos.

 

El error está en fiarse más de los “neo-inquisidores”, jerarquías, “monaguillos” y fieles en general, que del Evangelio. De lo que nos dicen, que de lo que vivimos. Es más fácil “rajar” que evangelizar y ser evangelizado. Pero la realidad es que, queramos o no, los cristianos estamos en el “candelabro”. Y eso es muy malo… pero también muy bueno. Nos purifica.

 

                                       

Los tacos

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 LA BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                               Málaga 5 de mayo de 2014

 

LOS TACOS

¡Hay que hablar bien, que hablar bien no cuesta un hue…! Esta era una gracieta con la que se contestaba en mi juventud, en cuanto alguien –normalmente algún mayor- te afeaba la costumbre de reforzar tus frases con un taco al uso. En aquellos tiempos, se cuidaba el lenguaje hablado y, especialmente, escrito y radiotelevisado. Como mucho se llegaba al “ostras”, “leñe”, “cáspita” y “órdiga”. Aun recuerdo el paso por los calabozos del inigualable Antonio el bailarín, por soltar un ¡me c… en Dios!, en público. Al hablar mal se le consideraba “lenguaje de carretero”.

 

En el transcurso de los años se le ha tildado de inadecuado, irreverente, zafio, etc.; pero al final, el “malhablar” ha triunfado. Que conste que yo también lanzo mis epítetos. Es que lo malo se pega. Pero cuando he escuchado a mi nieto de cinco años soltar un estruendoso “joer”, se me ha caído la cara de vergüenza. Comenzaron los futbolistas, que se excrementan en lo divino o en lo humano; siguió con la gente “guai”, los jóvenes y, finalmente, ha llegado a los periodistas, locutores y políticos.

 

Parece ser que las ideas se refuerzan con los tacos. Parece ser que una vida, un coche, un trabajo, un beneficio o un familiar son mucho más importantes si se les adoba con un adjetivo calificativo, cuando no descriptivo, tal como puto, puta. Con perdón. Pero está de moda. Si lo dice la vicepresidenta del gobierno y lo recogen los micrófonos, las imágenes y las linotipias, porque no lo voy a decir yo. Por cierto, el Diccionario de la RAE se ha puesto las pilas y ya recoge la palabra “puto” como calificación denigratoria o encarecedora.

 

Cuando se procede a mezclar lo que, para alguno de nosotros, es sagrado, divino o, cuando menos, respetado, con las exclamaciones que se producen en los momentos difíciles, competiciones deportivas, o, simplemente, cuando se acaba el escaso vocabulario con que nos educan desde las redes sociales, a mi se me sigue produciendo un rechinar de dientes. Se ha puesto de moda las palabras hostia o copón en sus acepciónes más vulgares. Dios, Jesús y sobre todo la Virgen, son objeto de “excrementaciones” varias e innecesarias. Lo siento, no me agrada que alguien que no cree en algo que a mí me merece respeto y veneración, lo utilice como arma arrojadiza. Y si es creyente, peor. Es como el que escupe para arriba.

 

Se que, como casi siempre, lo mío es gritar en el desierto. Pero así es mi p…asable vida. Tampoco es necesario hablar como “Josemi”: córcholis, leñe, ostras, mediocre, puñetas y otras lindezas, son palabras en desuso. Ahora, se utilizan más como insulto los calificativos de “corrupto, homófobo, pederasta, xenófobo, fascista, meapilas, capillita o directamente conservador. Todos ellos dedicados a quién no comparte los criterios del “políticamente correcto” o “modelno” de turno. O sea, el que no está en la “pomada”.

 

Considero como muy importante cuidar el qué y el cómo se dice o se escribe; la prosodia, la sintaxis, la ortografía, etc. Yo, que me equivoco mucho, recibo con agrado las correcciones que, a veces, me envían mis lectores. Me gustaría que también afeáramos los modos y las modas soeces en la escritura y en la vida. Digo yo. Que hablar y escribir bien no cuesta un … ojo de la cara.

 

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Reconciliación

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 “El segmento de plata” por Manuel Montes Cleries

m.montescleries@telefonica.net

 Reconciliación

                              Málaga 1 de mayo de 2014

 

Hace casi cuarenta años que tuve la oportunidad de visitar por primera mes el templo de la Reconciliación en Taizé. Esta catedral de lona se encuentra en un pueblecito francés perdido en medio de Francia; por encima de Lyón y muy cerca de Macon. A unos pocos kilómetros de Cluny, una Abadía fundada en el siglo IX. La comunidad de Taizé se fundó en los años cuarenta como lugar de encuentro y de acogida para las víctimas de la segunda guerra mundial. Allí fueron atendidos refugiados de todas las nacionalidades, y, actualmente, se ha convertido en un pequeño paraíso para aquellos que valoramos un lugar humilde donde reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.

 

En esas lomas idílicas, se encuentran constantemente grupos de personas que buscan la verdad sin ningún tipo de fundamentalismos ni certezas absolutas. Tan solo se busca poner en común las reflexiones que sirven de acercamiento y de unión, que son muchas y muy aprovechables. Todo ello desde el respeto, la oración y la búsqueda del Ser Supremo cuyo primer mandamiento es el amor al prójimo. Allí he dialogado y compartido “el pan de la amistad” con miembros de todas las confesiones o con la ausencia de ellas, bajo la única condición imprescindible: el respeto al otro sustentado en la búsqueda, el escuchar y el compartir. Exponer criterios, no imponer.

Pocas veces he  podido entrar en oración con tanta intensidad, como en las ocasiones vividas allí. Un espacio vacío de imágenes, pero lleno de personas y de música, de silencios valorativos y de meditación de cortas frases evangélicas, lo que te permite profundizar en la búsqueda de la verdad.

 

¡Cuanto tenemos que aprender de esa forma de vivir, de buscar la verdad y de encontrarse con el hermano! Me recuerda mucho esta actitud la de los protagonistas de la primera moraga que recogen los anales de forma documentada. Aquella noche en que Jesús comparte el pan y el pescado asado con sus discípulos. En la conversación, Jesús no les echa en cara a nadie lo mal que lo hicieron durante la Pasión, ni los pecados cometidos; tan solo les dijo, uno a uno, lo que esperaba de ellos: apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas, y que concluyo diciendo: Sígueme.

 

    Me gustaría que pasáramos, aunque sea mentalmente, por Taizé, o, al menos, le cogiéramos un poco el aire al legado de aquél Frère Roger, fallecido victima del ataque de una perturbada mientras rezaba. Busquemos lo que nos une, que es mucho, y esperemos que seamos capaces de no andar tanto por las ramas, actitud que no nos conduce a nada positivo.

 

El Papa Francisco nos dijo esta semana algo al respecto, en una homilía en la que resaltó los criterios de las primeras comunidades cristianas:

El Papa se detuvo en las tres características de este grupo: era capaz de conseguir la plena concordia en su interior, de dar testimonio de Cristo hacia fuera, y de impedir que sus miembros padecieran la miseria: las “tres peculiaridades del pueblo renacido”. Concordia, testimonio y caridad. Tomo nota.

 

 

 

                         reconciliación