LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 1 de febrero de 2016

UN PAÍS DE CAINITAS

  • Hace medio siglo que Fernando Díaz-Plaja publicó un libro de gran éxito: “El español y los siete pecados capitales”. Posteriormente del mismo se derivó una serie televisiva que se emitió en el 1980. En dicha obra se abordaban con mucha gracia y un punto de “mala leche” los defectos públicos de nuestros compatriotas (y los del resto de los países, añado yo).

 

Para mí, el más evidente es el que se refiere a la envidia. Somos envidiosos. No sé si por naturaleza o por defectos adquiridos. El caso es que nos molesta el bien de los demás y permanecemos agazapados en espera del fallo ajeno para lanzarnos como lobos en celo sobre el o los envidiados. Nos sentimos mal cuando los otros se encuentran bien. Esto crea una nueva dimensión de “las dos españas”. Una está formada por ti, y, la otra… por el resto de los mortales.

 

Los envidiosos nos agrupamos en facciones totalmente irreconciliables: del Barcelona o del Madrid, de derechas o de izquierdas, creyentes o ateos, de los verdes o de los moraos, vasco o maqueto, republicano o monarquico, catalán o charnego, sevillano o malagueño, etc. Una especie de seguidores de aquél Caín que se ventiló al hermano por pura envidia.

 

Por eso los españoles difícilmente obtendremos la paz definitiva. Los que blasonaban de adorar a algún político determinado que se encuentra en la cúspide del éxito, se cambian la chaqueta sin pudor y manifiestan su odio “de toda la vida” cuando este cae en desgracia. Disfrutamos viendo el deterioro de los y las bellezas de otrora que ahora salen a la calle llenos de botox o de caras tapadas.

Siempre recuerdo los entierros sonados. Políticos, militares, famosos, etc., son visitados en sus capillas ardientes por multitudes. Los mismos que, años después, se quejan de no haberles dado “garrote vil” en su día. Las manifestaciones “a favor de” son menos multitudinarias que las de “en contra de”, pero al final la masa está a favor del vencedor pero dentro de una envidia cochina.

Nos encanta tirar a las estatuas de sus pedestales. Subrayar cualquier rumor o infundio de aquel que está en el candelero. Esta postura da de comer, con audiencias de escándalo, a algunas cadenas de televisión y sus programas que se retroalimentan con la mala leche propia o adquirida. (Se puede ver un faldón en el que se dice: sí sabe algo desconocido –a ser posible, escandaloso- de algún famoso o famosillo, díganoslo).

Actitudes, otrora impensables, son aceptadas por la sociedad sin hacer ni una mueca ni un gesto. Desde la búsqueda inquisitiva de la limpieza de sangre de los siglos XV y XVI, pasando por la caza de rojos de la posguerra, hemos llegado a una sociedad que llora ante el paso de una procesión en Semana Santa y se carcajea en un teatro oyendo la voz en off de Dios mientras se recrean los personajes de un trono indefinible con Judas como protagonista.

Por eso soy feliz. Me muevo en el mundo del fracaso permanente. Y cuando he estirado un poco el cuello, los demás se han preocupado de ponerme en mi sitio. No se si es la envidia o la tristeza lo que me ha llevado a desgranar estas letras. Pero me da mucha pena que nos cebemos con el caído, posiblemente yo también lo hago, aunque no me gusta sentarme en la puerta a ver pasar el cadáver de mi enemigo.

Mi buena noticia de hoy; estoy intentando poner en orden estas ideas y la lluvia golpetea firmemente mi ventana. Una gran noticia. Es posible que la atmósfera se libre de tanta tensión y tanto odio contenido. Espero que la cordura triunfe y aprendamos a soportarnos los unos a los otros. Por lo menos sin partirnos la boca.

 

 

 

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 28 de enero de 2016

El nuevo mito de prometeo

 

“Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba”. (Del mito de Prometeo)

 

 

He tenido la oportunidad de contemplar un trabajo del filósofo de la Universidad de Valencia D. Vicente Bellver sobre la nueva tendencia modal que se nos está colando en la sociedad subrepticiamente. Me refiero al transhumanismo o el posthumanismo. En síntesis, se analiza al deseo desordenado de mejorar las condiciones vitales no con el deseo legítimo y razonable de mejorar condiciones y eliminar dificultades en las mismas, sino en unos tratamientos de “vuelta atrás”, de recuperación de la juventud perdida.

Para ello no se duda en convertir al ser humano en una especie de robot al que se le van cambiando las piezas a medida que se van deteriorando y se va intentando mejorar la raza a través de la manipulación genética. ¿A qué me suena esto? De esta forma las personas que se encuentran en la onda, los Vips, “guais”, etc. no dudan en someterse a todo tipo de “reformas y repasos de chapa y pintura”.

Las ofertas son muy tentadoras. Sobre todo mueven mucho dinero. Ya no solo de los pertenecientes al “segmento de plata”, que necesitamos prótesis para seguir comiendo o andando-nada que ver con las cirugías estéticas que nos convierten en máscaras infladas y bultos sospechosos-, sino también los cuarentones que quieren dejar de serlo, pero marcha atrás. Hasta las adolescentes están esperando a tener la edad mínima para implantarse prótesis que las conviertan en usuarias de la copa A a la DD –las mujeres y los que hemos vendido corsetería entendemos los términos-.

Soy de la opinión de que cada edad tiene su encanto. Tenemos que saber envejecer (perdón, madurar) con dignidad. Cuando se quiere aparentar lo que no se es, amén de hacer el ridículo, no engañamos a nadie, ni a nosotros mismos. Están muy bien los gimnasios -men sana in corpore sano- pero, a veces, nos pasamos y nos convertimos en adictos a una belleza exterior -cuyos cánones fluctúan- olvidando el mantener clara y despejada la mente. Esta última premisa sí que nos mantendrá jóvenes en el espíritu.

Sigo pensando que la medicina moderna se debe orientar hacía dar calidad de vida a los mayores, los cuales tenemos una expectativa de vida cada vez más larga, pero sobre todo para mantener nuestras capacidades de relación y de conocimiento. Gimnasia de la mente y del cuerpo. Sobre todo del corazón y de la escucha. Aunque sea con prótesis auditiva. Nada de vigorexia. Suena a palabrota. Puede llegar a ser una reedición del mito de Prometeo, o de un nuevo experimento del Dr. Frankestein.

 

envejecer con dignidad

Me he decidido

24 f, 16

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

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                                                                     Málaga 25 de enero de 2016

ME HE DECIDIDO

  • Sé de sobra que no le importa a casi nadie lo que yo decido. Pero para mí, para mi menda “lerenda”, esta decisión ha sido una inyección de fuerza, de ganas de vivir y de aprovechar el tiempo.

 

Cuando hace unos días observé como se paraban las máquinas de algunas cadenas de televisión para decirnos que los políticos seguían haciendo de ídem y que uno se ciscaba en el otro, aquél pactaba con todo bicho viviente y este no se daba cuenta de que hay que dar paso a otra generación. Al Rey (o al compañero Felipe, como le llaman algunos) no le hacía caso nadie. Lo que habíamos votado los españoles era una baraja en manos de Juan Tamariz. Los salvadores y los rompedores de la patria surgían como setas en el campo de nuestras vidas. Ellos deciden lo que pensar o lo que decir. En ese momento…  decidí escribir un libro.

 

Llevo toda mi vida empezando a enjaretar libros. Tengo un montón de ellos pensados. Tengo cosas que contar. Pero soy consciente de que soy incapaz de redactar algo potable en la ficción literaria basándome en las vidas ajenas. Me pasa como en estos artículos. Soy tan mal periodista que no se juntar dos palabras en las que no aparezca como partícipe. Tan solo me atrevo a ser notario de lo que vivo y de lo que veo. Siempre me involucro en lo que escribo. Por eso me muevo en el mundo de la opinión.

 

Pero después de más de setenta años viviendo la actualidad en primera fila (una especie de Forrest Gump a la española), creo que estoy en condiciones de contar lo que he presenciado, sufrido y disfrutado, como han pasado por delante de mi vida mentiras y verdades, cobardías y heroicidades, chaqueteos y fidelidades.

 

Me he puesto a revisar cosas escritas por mí y he llegado a dos conclusiones: la primera, vale la pena vivir; la segunda, la vida es la búsqueda del inicio del camino de la felicidad. El que la encuentre que la disfrute. Y eso es lo que voy a contar.

 

Mi buena noticia de hoy es que, por fin, me he decidido a transmitir a los que no me conocen lo que sé y lo que soy. Mis lectores ya lo saben casi todo. Más de seiscientos artículos publicados dan para mucho. Ahora voy a escribir lo que he vivido con los demás en forma de memorias selectivas para quien lo quiera conocer. Lo de publicarlas es otra cosa.

 

 

evolución

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 20 de enero de 2016

Un balón de reglamento (y un cura)

Allá por el mes de septiembre de 2007 recogía en una de mis BUENAS NOTICIAS la celebración de las bodas de oro de un cura. De un cura de pueblo: Diego Gil Biedma. El pasado lunes por la noche mientras le acompañaba en su última visita a la Parroquia de Nª Sª de los Ángeles, esta vez de cuerpo presente, recordaba lo que escribí aquél, ya lejano día y que hoy lo vuelvo a rememorar. Lo transcribo a continuación.

“La semana pasada asistí a unas Bodas de Oro; las segundas en este año. Esta vez se trata de Diego Gil Biedma que en estos días han cumplido medio siglo de servicio a la Iglesia. Se habla mucho del trabajo de los maestros de la posguerra y de su dedicación, en unos años difíciles de pueblos pobres y sin medios materiales. Estos curas del caballo, la vespa y el 600, que también pasaron lo suyo atendiendo a pedanías, escuelas rurales y pueblos llenos de hambre y de incertidumbres en aquellos tiempos de depresión económica.

 

Con Diego he convivido mucho. Él es un cura que casa a mucha gente pero no se casa con nadie. Sus ideas son claras y las defiende a macha-martillo, cuando abre la boca… anuncia y denuncia. Es un “comunicador evangélico”. Yo he compartido con él experiencias de todo tipo, muchos Cursillos de Cristiandad, Cursillos de Cursillos, cientos de prematrimoniales… En un hotel de la costa, en un colegio de Ronda, en Villa San Pedro, en Almería, En Valencia en plena transición (por poco acabamos en comisaría), en Roma. En la Catacumba de San Calixto le escuché predicar en “spaninglish”. Con él he vivido miles de anécdotas. Es más, en una de esos “viajes apostólicos” le dejé, sin dinero ni documentación, tirado en una gasolinera de una autopista italiana; por supuesto, involuntariamente. Cosas de la VIDA.

 

El cura Diego fue al Seminario en busca de un balón de reglamento. Y de unas porterías de palo y con redes. Y de un campo grande y pintado con tiza. Ya en los años cuarenta, se hacían fichajes. El Señor llegó antes que el Atlético de Madrid, adonde iba a acabar ineludiblemente, le ofreció un contrato indefinido que, hasta ahora, no ha denunciado ninguna de las partes. Es definitivo. Por eso, el viernes sus  feligreses le ofrecieron un magnifico balón nuevecito, para sustituir aquél que le atrajo tanto hace muchos años. Es lo único que ha tenido que renovar, el resto lo tiene como el primer día. Y eso que es un quejica con  mala salud de hierro. Los de Coín están hechos de otra pasta”. 

 

Como Pablo ya “ha recorrido el camino”, y yo he tenido la suerte de acompañarle. Viéndole de cuerpo presente he vuelto a afirmar que ha valido renunciar al balón de reglamento. Ahora ha fichado por un gran equipo. Hasta siempre amigo.    

diego gil biedma

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

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                                                                     Málaga 18 de enero de 2016

POR LA TETA LE VA

Será porque pertenezco a una generación que se crió a base de teta (dado que aun no se había inventado el Pelargón ni similares) de la que, según mi madre, estuve agarrado hasta casi los tres años, soy un acérrimo partidario de la alimentación natural sustentada en los efluvios de las glándulas mamarias maternales.

Por eso me ha enternecido la imagen de la madre alimentando a su niño en pleno hemiciclo. Todo se aprende. Hace varios meses escribí un artículo sobre una diputada del parlamento europeo que efectuaba la misma operación con el beneplácito de público y crítica. Por eso he obviado el compartir la foto trucada del Sr. Tejero tomando el Congreso con pistola en mano y niño en brazos. Me imagino que nuestra diputada no quiere dejar a su niño en la guardería del Congreso que, posiblemente, no tendrá las cámaras que utilizan los padres modernos para observar el comportamiento de sus niños desde la casa o el trabajo. Yo que se. Ni me importa.

     La buena noticia de hoy la saco del Diario Sur de Málaga: Una agente de policía colombiana fue avisada de que en un bosque de Cacúa había aparecido un recién nacido abandonado. La agente no dudo en remediar su situación de hipotermia e inanición mediante un método muy eficaz. Amamantarlo personalmente dado que ella tenía esa posibilidad como consecuencia de su reciente maternidad. La agente Luisa Urrea, tras consultar a los médicos, decidió darle el pecho al pequeño. “Soy madre desde hace poco y tengo leche y reconocí las necesidades que esa pobre criatura tenía”.

Hasta ahí la noticia sintetizada. Definitivamente se trata de transmitir la “buena leche”. Esa policía antepuso su papel de mujer y de madre a cualquier otro. De la forma más natural. ¡Qué hermosa noticia! Espero que el “niño del Congreso” español, amén de ser una preciosidad, tenga la suerte de recibir lo mejor de los sentimientos que podamos transmitirle el pueblo español representado por sus parlamentarios. Y en el parlamento se segregue buena leche. Si lo que hacen es otra cosa la historia se lo demandará. La buena o la mala leche por la teta nos va.

policia pecho

  • Foto diario Sur

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 14 de enero de 2016

La cosa empezó en Galilea

El pasado domingo asistía a la celebración de la misa dominical y escuché, no oí, un fragmento de la segunda lectura que se me quedó grabado en la mente. Relata lo siguiente: Hechos 10-37,38 “Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo;
cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien”. 

 

      A partir de ese momento dicha frase ha martilleado en mi pensamiento y me ha hecho reflexionar a fondo. Y como en estos escritos se pretende transmitir sensaciones y sentimientos, no dudo en recogerlos a continuación.

 

La aparición en escena de la Santísima Trinidad queda referida en el envío del Espíritu por el Padre a Jesús de Nazaret. Lo siguiente es el resultado de dicho envío: pasó haciendo el bien.

 

Mira que es fácil. Seguir su ejemplo: pasar por el mundo haciendo el bien. Y como lo complicamos. Parafernalia, investigaciones teológicas, controversias, concilios, decretos y celebraciones, muchas celebraciones.

 

Pienso que debemos radicalizarnos. Volver a las raíces. Seguir el ejemplo de Jesús. Pasar por la vida haciendo el bien. Lo demás es “como campana que suena o címbalo que retiñe”.

 

 

Foto del autor (Mar de Galilea)la cosa empezo en galilea 103.2MGP2267

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

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                                                                     Málaga 11 de enero de 2016

EL FARO DE MÁLAGA

Hace más de diez años que fui invitado a redactar una BUENA NOTICIA que comenzó a ser publicada cada miércoles en el desgraciadamente desaparecido DIARIO DE MÁLAGA. Aquello duró muy poco: la empresa se fue a pique y todavía estoy esperando por lo menos una nota de disculpa. Pero esto funciona así.

Posteriormente, un grupo de gacetilleros, todos procedentes de aquella página que encabezaba el maestro García Pérez, nos enrolamos en el DIARIO DE LA TORRE. Allí sentamos plaza en los últimos diez años hasta que, al culminar el año 2015, nuestros buenos amigos de Alhaurín de la Torre, los hermanos De Molina, comienzan a volar más alto y se expanden a toda Málaga con la puesta en marcha del Diario Digital EL FARO DE MÁLAGA.

            Hay que echarle valor y sangre fría para iniciar una andadura periodística en los tiempos que corremos. Sin una gran empresa o un partido político que les respalde. Sin culto al sensacionalismo y al periodismo de bufanda. Por eso no hemos dudado en seguir sus pasos e incorporarnos a este nuevo proyecto.

Yo soy un periodista viejo, no un viejo periodista. Soy un recién llegado a esta profesión. Esto me permite no estar demasiado contaminado. Cuando veo la posibilidad de ser manipulado en algún foro, huyo de la situación como de la quema. Hoy prepondera la opinión publicada sobre la pública. El ejemplo son esos debates televisivos y radiofónicos que comentan cualquier acto o actitud bajo el prisma del color de la empresa a la que pertenecen.

Si quieren divertirse, sintonicen cualquier emisora de TV. a las 12 de la noche. Solo existen dos tipos de deportistas: los del Madrid o los del Barcelona. Los “periodistas” participantes jamás analizan y ponderan las actuaciones puramente deportivas; se centran en los insultos y en calentar a las distintas aficiones para que se metan en una especie de guerra civil deportiva. Y mientras millones van y vienen. Claro dejando buenas comisiones a ese “mundillo deportivo” que huele peor que el “corruptopolítico”, que ya es difícil.

Estoy oyendo la radio mientras escribo, parece que nos vamos a ahorrar unas elecciones en Cataluña y nos vamos a tragar un proceso de Independencia “por narices”. Con su pan se lo coman.

Me quedo con la buena noticia que transmite la aparición de EL FARO DE MÁLAGA. Ahí les seguiré llevando cada semana algo por lo que sentirse felices. Lo pueden buscar en http://www.elfarodemalaga.es/. Vale la pena. Además sale mi foto.

 

faRO DE MALAGA

El segmento de plata

Por Manuel Montes Cleries m.montescleries@telefonica.net

Málaga 7 de enero de 2016

Pasó la Navidad

Dicen los psicólogos que de cualquier tipo de encuentro se derivan pensamientos, deseos, actitudes, acciones, etc. Es decir que hay que ser muy insensible para vivir estos días y cuantas circunstancias les rodean, sin sentirse movido en lo más profundo de nuestro ser por unos sentimientos de ternura y de paz.

 

Como yo ando por esos mundos de Dios, he notado especialmente como, pese al deseo incontrolado de muchos de cargarse el sentido cristiano de la Navidad, el Espíritu sigue iluminando el corazón de las personas de buena voluntad y hace sacar de cada uno de nosotros los mejores sentimientos. Tan solo me voy a detener en lo más cercano a mi vida de persona mayor que se mueve poco en el campo de los grandes festejos y aglomeraciones populares.

 

El primer impacto lo recibí en un programa de radio en el que colaboro (La Málaga Solidaria de Onda Azul). Tres chicos pertenecientes a AMAPPACE me demostraron como se puede ser feliz desde un carrito de ruedas o un sintetizador de voz. Como se puede cantar un fandango con una parálisis cerebral o como se puede crear una emisora de radio entre personas que tienen problemas en los sentidos. Claro, iban acompañados por los ángeles que vigilan el milagro, sus cuidadores.

 

El segundo me vino de una parte de mi familia que no vive en mi casa. Viven en un convento de clausura sito en mi propia calle. Allí nueve monjas se han convertido en unos seres muy importantes para todos los míos. Nos ofrecen su oración, su casa, sus dulces, su acogida, su Eucaristía y, sobre todo su amor. El pasado domingo celebramos con ellas la Navidad compartiendo la risa, el pan, la sal y ¡la fiesta! Cada uno aportó lo que pudo. Pero esta vez pudimos presenciar una actuación inédita de unas monjas nacidas en la lejana India que trajeron a nuestra presencia unas danzas autóctonas llenas de sabor y ternura.

 

La tercera también fue en la radio. Invité a tres viejos amigos, amigos y viejos, a poner voces a los Reyes Magos (desde una traducción de las palabras de los auténticos de Oriente, que todo el mundo sabe que desconocen el español). Pude ver a tres viejos luchadores, bregados en la búsqueda de la verdad y la justicia, transformarse en auténticos hombres buenos y sabios. Les observé como se manifestaron como niños y como, desde su sabiduría adquirida por la experiencia, se postraron ante el Dios niño. Ante el Dios amor. Una experiencia maravillosa.

 

La sociedad seguirán intentando cargarse el espíritu cristiano de todo cuanto se ha generado alrededor de la fe. Tendremos bautizos, comuniones, bodas, confirmaciones, semana santa y entierros por lo civil. Reconciliación… ni siquiera por lo civil. Pero en el fondo de todo siempre habrá algo o alguien que te monte un pequeño belén en un rincón de tu casa, ponga un evangelio en tus manos y te enseñe a masticar un padrenuestro.

 

Siempre habrá alguien que te transmita el Amor de Dios. Siempre hay y habrá Navidad. La Navidad pasa, pero deja huella.

 

reyes magos

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    LA  BUENA NOTICIA DE MANUEL MONTES CLERIES

m.montescleries@telefonica.net

                                                                     Málaga 4 de enero de 2016

UN NIÑO ENTRE ZARZAS

Los niños -¡ay los niños!- nos dan montones de alegrías y de malos ratos. Los que estamos acostumbrados a estar rodeados de ellos, tenemos dos alternativas vitales: o nos encontramos hartos de los mismos y estamos deseando que nos los quiten de encima, o los estamos echando de menos y esperando que vuelvan a estar a nuestro lado lo más pronto posible.

Y es que los niños, salvo para esos individuos raros que los detestan, son el motivo de nuestra esperanza y el acicate para seguir luchando por un mundo mejor. Todos queremos proyectar nuestros deseos frustrados en sus personillas y nos volvemos a reencarnar en sus logros. En una palabra: los niños son nuestro futuro.

Por eso sufrí tremendamente la noticia recibida en las primeras horas de este año desde Cataluña. Recogía la pérdida de un niño de tres años en una zona rural de Gerona; en Camós, un pueblo cercano al lago de Bañolas, en las estribaciones del Pirineo catalán. Los niños siempre se pierden en un descuido. Sobre todo a la llegada a un lugar nuevo. Investigan por su cuenta mientras descargamos las maletas y… no saben volver. Nunca olvidaré aquél día que perdí a mi hijo Jesús de tres o cuatro años en la playa y como apareció en una moto de la Policía Municipal muerto de risa.

La buena, la extraordinaria noticia, primera de este año, es la aparición de Jordi después de encontrarse durante 20 horas perdido en el bosque y refugiado entre zarzas. Un milagro. Un milagro interpretado y protagonizado por cientos de voluntarios que renunciaron al champán y al cotillón y recorrieron palmo a palmo la zona. “Esta putada nos puede cambiar la vida a todos”, manifestaba el abuelo de Jordi durante la búsqueda. Pero la constancia en la búsqueda de un padre y un hijo, médico por cierto (otra casualidad), dio como resultado el encuentro de un niño hambriento pero en un estado físico aceptable.

Dos “pepes” catalanes: Josep y Josep María, han sido los brazos de la “casualidad” (basada en la fe, la esperanza, la constancia y la voluntad) que ha permitido el rescate de este niño que podía haber sido el nuestro.

Espero que este 2016 me permita transmitiros un cerro de “buenas noticias”. Esto será señal de que el sentido común está volviendo a los habitantes de este mundo que nos empeñamos en fastidiar.

niño camos 2